domingo, 1 de junio de 2014

Historia hacia Tierra del Fuego




Texto de Miguel Bordini
La Galera Patagónica



Descubierto el Nuevo Mundo, España guardó celosamente aquellos conocimientos de recónditas tierras que los navegantes traían al imperio, en una conquista cuidada de información. Sevilla sería el archivo de manuscritos y crónicas de una América mágica, desbordante de nuevas culturas

A la contribución que hicieron los cartógrafos españoles y portugueses en la carrera de las Indias a lo largo de los siglos XVI y XVII desarrollando las “cartas de marear”, ameritó la promoción del oficio de navegar, el desarrollo de las ciencias matemáticas y la construcción de instrumentos eficaces de orientación y medición.

Si bien la Casa de Contratación de Sevilla sirvió de punto de convergencia de todas las informaciones de los navegantes hispanos al Nuevo Mundo, las de Zaragoza y Salamanca ejercieron la labor de enseñar cosmografía, reglas y recomendaciones.

La “Suma de Geografía” de Martín Fernández de Enciso en l519, describe las tierras del Nuevo Mundo y sus costas, anexando en forma de separata una tabla de declinaciones solares.

En 1535 el cosmógrafo Francisco Falero publica en Sevilla, el “Tratado de la Esfera y el Arte de Navegar” incorporando nuevos estudios sobre la declinación magnética, y en 1545, el gran libro del maestro Pedro de Medina el “ Nuevo Arte de Navegar” compendia recientes conocimientos aportando mejores instrucciones académicas, y el reconocimiento de ser traducido a otras lenguas europeas. España se enfrenta rápidamente al gigantismo territorial de América y en las periferias estratégicas de las costas del extremo sur, las insuficientes referencias y una geografía costera mínimamente trazada, limitó por décadas el reconocimiento y fijación de la gran terra incógnita de la patagonia.

Los problemas climatológicos para la navegación a vela, los ríos de puertas falsas sin hablar de las posibilidades de fortificación, demoraron la protección real y una estrategia imperial en las costas australes. Lo cierto es que hasta 1770 pocas eran las cartas marinas útiles para los navegantes, a duras penas la de Alonso Berlinguero marcando por primera vez el litoral patagónico, estrecho de Magallanes y aguas de las Malvinas.

La principal referencia de a mediados del siglo XVIII, fue la bahía de Puerto Deseado y sus condiciones naturales controlando la difícil navegación a través del estrecho magallánico y las islas del Atlántico sur. Los estudios del teniente de fragata Manuel de Pando en 1769 y posteriormente el superintendente interino Antonio Viedma, clarificaron aspectos de calado, compensación de antiguos errores y precisión suficiente para “ la navegación a estima”.

A partir de 1781 se incentivaron los reconocimientos de la Tierra del Fuego y comprobaciones de profundidades costeras, editándose con la denominación de “ Mapa geográfico que comprende todos los modernos descubrimientos de la costa Patagónica y sus puertos desde el río de la Plata hasta el puerto de río Gallegos junto al cabo de las Vírgenes, la porción descubierta del río Negro y caminos por la campaña desde Buenos Aires” en panel de tinta y colores sobre papel, con explicaciones y que aún guarda el Archivo de Simancas.

La poca efectividad española de las exploraciones en Magallanes, Tierra del Fuego y Malvinas a fines del siglo XVIII, fue la existencia de amplísimas regiones en el territorio del Plata y un control estratégico drástico, frente a las posibles penetraciones de otras coronas expansionistas por el estuario.

Indudablemente España hubo de esforzarse por conocer la Patagonia antes de hacerlo por consolidar y defender, tarea que el tiempo demostraría adversa quedando como atalaya el puerto y fuerte del Carmen de Patagones, que nos concede otra historia entre otras circunstancias.




 
¿Porqué se llama Cabo Virgenes?
 
Fernando de Magallanes llegó al cabo el 21 de octubre de 1520. Como ese día 21 de octubre es la festividad de Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes, él nombró al cabo en su honor.

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