viernes, 30 de junio de 2017

EL 30 DE JUNIO DE 1900 - Tierra del Fuego cuenta con más de 166 mil cabezas ovinas



Tierra del Fuego cuenta con más de 166 mil cabezas ovinas




EL 30 DE JUNIO DE 1900

Tierra del Fuego cuenta con más de 166 mil cabezas ovinas

E
ste día, luego de la exitosa implantación ovina en la zona, se verifica que las majadas “se multiplicaban con bíblica fecundidad alcanzando sólo los ovinos las 166.874 cabezas” (Mateo Martinic B. La Tierra del Fuego).
La iniciativa ganadera de expandirse por la isla estaba en pleno desarrollo. En noviembre de 1893, las huestes de Mauricio Braun se aproximaban a las playas fueguinas “para explorar la costa en busca de un puerto hacia donde poder dirigir y descargar los materiales indispensables para iniciar las construcciones” y desembarcaron en la caleta Josefina (así nombrada en honor a la prometida del empresario), en la bahía Inútil. Allí, se instaló la cabeza de playa por la que irrumpió la invasión ganadera de la isla y se forjó el primer establecimiento de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego.
Tierra del Fuego había quedado al margen de la primera oleada colonizadora, que se esparció por la costa continental del estrecho de Magallanes.
La primera experiencia ganadera fueguina fue consumada por la sociedad Werhhahn, en 1885, en la bahía Gente Grande. Esta compañía fue conformada por “los comerciantes de Valparaíso, César, Hernán y Augusto  Werhhahn” y el alemán Rodolfo Stubenrauch. La concesión del gobierno chileno de 123 mil hectáreas se había concretado dos años antes. Allí se introdujeron las primeras seiscientas ovejas provenientes de las Malvinas. Esta experiencia no fue todo lo afortunada que prometía, pues los nativos dieron cuenta de gran parte de las majadas, según se lamentó Stubenrauch. 
Estas experiencias pioneras coincidían con las incursiones mineras que procuraban acopiar piedras auríferas y con la más destacada de ellas que fue el emprendimiento de Julio Popper en la península El Páramo, en el límite de la bahía San Sebastián.
“Ya para fines de 1894 la Sociedad Explotadora iniciaba en las vecindades de San Sebastián su segundo establecimiento y en abril de 1896 se encontraban en faena de poblamiento los campos argentinos vecinos recientemente adquiridos por la compañía, mientras en las postrimerías del siglo los ejecutivos del imperio ganadero que iba surgiendo en las estepas fueguinas planeaban la creación de un tercer gran establecimiento en la sección sur de la gran concesión Nogueira y que se haría realidad entrado el siglo XX” (op. cit). Esta concesión triplicaba la superficie otorgada a Werhhahn.
 Autor : Bernardo Veksler

jueves, 29 de junio de 2017

Tres nativos fueguinos son recibidos por los reyes británicos

Tres nativos fueguinos son recibidos por los reyes británicos

29/06/2017
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res nativos fueguinos y Robert Fitz Roy son invitados al palacio Saint James por el rey William IV y la reina Adelaide, quienes tenían una gran curiosidad por conocerlos. Los monarcas quedaron favorablemente sorprendidos por el encuentro y les proporcionaron varios regalos. La reina se quitó un anillo de su dedo y se lo puso a la niña y le entregó uno de sus sombreros. Esta visita, fue publicada por la prensa londinense en sitios destacados.
Los fueguinos habían sido traídos por Fitz Roy a Londres un año antes, luego de ser secuestrados en el canal Beagle. Sus nombres eran: Yokcushlu (rebautizada como Fuegia Basket) de 9 años, Ellaparu  (York Minster) de 26 años, Orundellico (Jemmy Button) de 14 años y un joven de 20 años que falleció afectado de viruela unos meses después de su arribo a Londres. Su nombre no quedó registrado, sólo como fue rebautizado por los ingleses: Boat Memory.
Los fueguinos primero fueron alojados en el puerto de Plymouth y luego llevados a una granja cercana. Boat Memory, según Fitz Roy, era "el fueguino mejor formado que he visto, un espécimen muy favorable de su raza". Al manifestar los síntomas de la enfermedad fue trasladado “de emergencia al moderno Hospital Naval de Plymouth, donde murió. Los otros tres resistieron las enfermedades y fueron llevados a Walthamstow, un barrio en las afueras de Londres, donde se les educó” (Cristóbal Marín. El Mercurio, 26/10/2003). 
Del destino del cuerpo no quedaron rastros, hasta que, en 1950, el doctor Alfred Meyer “encontró el cuerpo de un indígena muy bien constituido, que según sus cálculos había sido embalsamado durante la década de 1830. Investigando acerca de los múltiples indígenas traídos a Londres por esas fechas, se encontró con el caso de los fueguinos de Fitz Roy y la muerte de Boat Memory”. El médico “se obsesionó con la posibilidad que fuera ese fueguino y que su cuerpo hubiese sido apropiado ilegalmente y usado para la investigación científica (…) Pero no encontró evidencias y murió sin confirmar su inquietante hipótesis”.
Los tres sobrevivientes, meses después, fueron retornados a su tierra de origen con el propósito de que se conviertan en mediadores entre los ingleses y su pueblo. Pero, los resultados no fueron los esperados. Los tres abandonaron los hábitos impuestos y retornaron a su vida de canoeros.
 Autor : Bernardo Veksler

Cambio climático destapa nuevos hábitats en la Antártica




El aumento de temperaturas modificará drásticamente el ambiente y la biodiversidad del continente antártico. Según un nuevo estudio, el deshielo expandirá para finales de siglo hasta un 25% el territorio habitable de la flora y fauna autóctonas, al mismo tiempo que permitirá la entrada de especies invasoras. Pero los científicos desconocen aún si los efectos del cambio climático beneficiarán o amenazarán a los seres vivos de la Antártica.

Un gran número de investigaciones muestran las consecuencias del cambio climático en las placas de hielo de la Antártida y en el nivel del mar. Sin embargo, los efectos de este fenómeno climático sobre la biodiversidad hasta ahora no habían sido examinados.

Un estudio, liderado por Jasmine Lee, experta en Biología de la Conservación de la Universidad de Queensland (Australia), ha evaluado por primera vez de forma cuantitativa los impactos del calentamiento global en las especies antárticas –focas, pájaros de mar, nematodos, microbios y vegetación– de las regiones libres de hielo, publicó la Agencia Sinc.

Los resultados, publicados en Nature, afirman que en el transcurso de este siglo, el aumento de las superficies terrestres sin hielo expandirá el hábitat de la fauna y flora antárticas e incrementará la biodiversidad del lugar.

La mayor disponibilidad de territorio no solo beneficiará a los seres vivos de la región, señalan los científicos, también permitirá la entrada de nuevas especies invasoras que, en la lucha por la supervivencia, provocarán consecuentemente la homogenización y extinción de especies en el continente blanco.

Efectos del cambio climático en la biodiversidad

Los expertos han realizado el estudio teniendo en cuenta el peor de los dos escenarios previstos por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Bajo este contexto, a finales de siglo, las zonas libres de hielo se expandirán 17.000 km2 y aumentarán en un 25% su espacio. El 85% de deshielo se producirá en el norte de la península antártica y el otro 15% en puntos concretos de la costa este y en algunas islas de sur.

Sin embargo, por ahora, los investigadores no han averiguado si las consecuencias positivas del calentamiento global en las especies antárticas contrarrestarán a las negativas. Así, los expertos advierten sobre la necesidad de realizar estudios a largo plazo que determinen los impactos de este fenómeno en la biodiversidad del lugar.

Si se reducen las emisiones de gas y se mantiene el aumento global de la temperatura por debajo de los 2 ºC , los científicos indican que los efectos sobre el hábitat y la biodiversidad podrían disminuir a finales de siglo.
  @prensaantatica

martes, 27 de junio de 2017

Metagenómica: una ventana de oportunidad para el estudio de ecosistemas antárticos y subantárticos




Por Fabiola Arcos, investigadora Centro Regional Fundación CEQUA

Los avances metodológicos de la biología molecular (aislamiento y purificación de ácidos nucleicos (ADN y ARN), secuenciación masiva de nueva generación (NGS) y ensamblado de secuencias y genomas), han hecho posible el desarrollo de una nueva área de conocimiento: la Metagenómica.
La metagenómica es el análisis del metagenóma, el cual es el conjunto del ADN de los diversos microorganismos presentes en un hábitat. Además es una herramienta novedosa que estudia los genes microbianos de una población.

Desde el punto de vista biotecnológico, la metagenómica es una herramienta importante en la búsqueda de nuevas actividades enzimáticas de interés industrial. Sus alcances han sido sorprendentes, ya que ha permitido el descubrimiento de nuevos antibióticos, genes, enzimas, estructuras proteicas y rutas metabólicas.

A partir de los primeros estudios realizados en el año 2000, esta disciplina se diversificó en la búsqueda de nuevos antibióticos, enzimas, rutas metabólicas y estudios de dinámica de poblaciones no caracterizadas y de importancia biotecnológica. Estos trabajos también sentaron la base metodológica de la metagenómica que consiste en la: selección de la muestra ambiental, la extracción de ADN, la selección del método de análisis (secuenciación, escrutinio funcional, etc.) y la integración de la información.

Un ejemplo es el megaproyecto realizado por el grupo de la investigadora Valeria Souza Saldívar de la UNAM, sobre el estudio de diversidad microbiana que se realiza en Cuatro Ciénegas, Coahuila, México, , el cual es un conjunto de 300 pozas de agua salada en el desierto de Chihuahua, muchas de ellas termales (30-40°C) y algunas ricas en sales pero pobres en nutrientes (oligotrófico) con condiciones ambientales semejantes a la tierra primitiva y a otros planetas como Marte (Escalante et al. 2008). Mediante el uso de metagenómica se descubrió que la diversidad microbiana acuática encontrada en Cuatro Ciénegas es sorprendentemente una de las más diversas del planeta (Nee, 2003).

Adicionalmente, por medio de metagenómica comparativa se ha estudiado la población de dos comunidades de tapetes microbianos acuáticos (rojos y verdes) con nutrientes limitantes distintos en Cuatro Ciénegas. Se encontró que a pesar de que el medio es pobre en distintos nutrientes, los complejos microbianos utilizan distintas estrategias de sobrevivencia (Peimbert et al. 2012).
Por otra parte, las regiones frías del planeta como el Polo Norte, la Antártica, los Andes, regiones congeladas de países nórdicos entre otros han sido de interés para estudiar la diversidad y la dinámica microbiana debido a que son sitios interesantes desde distintos puntos de vista: estructura de proteínas, mecanismos de supervivencia, aplicaciones industriales y astrobiológico (astrobiología: disciplina científica que estudia el origen de la vida en el universo).

De los análisis metagenómicos y metatranscriptómicos (metatranscriptómica: estudio del ARN de una comunidad ambiental) en ambientes hipersalinos o halofílicos (aquellos que poseen una concentración salina elevada, muy superior a la de los hábitats acuáticos marinos y oceánicos) de la Antártica se han identificado genes que no corresponden a taxas conocidas de ambientes fríos y que podrían ser nuevos representantes de estas taxas capaces de sobrevivir en crioambientes halofílicos (Lay et al., 2013).

En las condiciones donde disminuye rápidamente la temperatura, mediante la metagenómica se encontró que numerosos genes llamados “cold-shock response” se activan para regular el metabolismo a diferentes niveles, desde la protección del ADN, hasta la inducción de vías metabólicas relacionadas con la síntesis de crioprotectores [Lewin et al., 2013).

Estos estudios proveen evidencia de cómo los microorganismos son exitosos en ambientes extremos de nuestro planeta y plantear hipótesis de cómo podrían sobrevivir en otros sistemas exo-planetarios donde se ha encontrado agua, como Marte y las lunas Europa y Encelado (Lay et al., 2013).

En el Centro Regional Fundación CEQUA iniciaremos un megaproyecto de metagenómica con colaboración de la Dra. Valeria Souza Saldívar, para iniciar un monitoreo sistemático de las comunidades microbianas de fiordos y canales de la región de Magallanes y Antártica chilena. @prensaantartica

Durvillaea antarctica


Fuente: La Tercera

Científicos encuentran cochayuyo en la Antártica

Autor: Cristina Espinoza.

Son trozos del alga que flotan hasta el continente blanco, pasando una barrera que no se sabía que pudieran traspasar.

Científicos encuentran cochayuyo en la Antártica

A pesar de su nombre científico, el cochayuyo (Durvillaea antarctica) no está presente en la Antártica. El alga parda se distribuye entre la Región de Coquimbo y Magallanes, además de en Nueva Zelanda, pero este año, durante la Expedición Científica Antártica (ECA) 53°, de febrero, un grupo de investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal), la detectó en las cercanías de la Base Escudero, en Bahía Fildes, isla cercana a la Península Antártica.

Para llegar hasta allí, los ejemplares debieron atravesar la corriente Circumpolar Antártica y el Frente Polar Antártico, considerados barreras que impiden el paso de organismos de un lugar a otro. Los investigadores ahora estudian cómo lo logró.

Sin reportes

Hasta ahora se sabía que cerca de 70 millones de parches flotantes de cochayuyo estaban alrededor de la corriente Circumpolar Antártica (que gira en sentido oeste-este alrededor del continente), pero no habían reportes de que las láminas flotantes (las mismas que se venden para consumo humano), pudieran cruzar. “Se demuestra que algunas especies pueden cruzar el Frente Polar Antártico, que impide el paso o la dispersión entre Sudamérica y Antártica. Que ciertos organismos tengan capacidad de llegar es relevante”, señala Erasmo Macaya, investigador de la Universidad de Concepción y del centro Ideal.

Los investigadores encontraron dos muestras de la especie, evidencia de que pueden pasar la corriente, pero además llevar organismos en su cuerpo; moluscos o crustáceos, por lo que se puede transformar en un vehículo de dispersión. “Eran trozos bastante grandes, un metro y medio tenía uno de los trozos que encontré y estaba reproductivo. Son ejemplares adultos, uno tenía crustáceos sobre el cuerpo, indicadores de que llevan harto tiempo flotando”, indica Macaya.

Los análisis ahora permitirán saber cuánto tiempo estuvo flotando, y a través de la genética, su fuente potencial de origen, que podrían ser las islas subantárticas.
Macaya sostiene que a corto plazo no debería tener impacto, pues son trozos pequeños, pero si sigue ocurriendo podría servir para el desplazamiento de especies.

En un contexto de cambio global donde se proyecta el incremento de la temperatura del mar, podría ser más recurrente y tener consecuencias.

martes, 13 de junio de 2017

Parásitos de zonas antártica y subantártica son protagonistas de investigación científica




  • Los parásitos son uno de los grupos zoológicos que han recibido menor atención al evaluar la biodiversidad en distintos ambientes. En la actualidad se reconoce la participación de las especies parasitarias como piezas clave en el funcionamiento y estructura de distintos ecosistemas, debido al papel regulador que poseen sobre las poblaciones que infectan .
  • “El nexo entre Antártica y Subantártica está en que estuvieron juntos y cuando se separaron los continentes y se creó el frente polar antártico esta corriente circunpolar antártica generó una barrera. Lo interesante de analizar es ver si efectivamente se ha generado una adaptación de los parásitos en estas zonas extremas”, opina la investigadora Isabel Valdivia
  • El estudio permitirá tomar muestras desde Chiloé, la última parte de las islas subantárticas, continuando por Puerto Aysén, Golfo de Penas, Puerto Edén, Punta Arenas y Ushuaia.
Por qué estudiar los parásitos. Esa es la pregunta que constantemente le hacen a Isabel Valdivia Rojas, doctora en Ciencias Aplicadas en Sistemas Marinos Costeros, quien ha dedicado parte importante de su labor investigativa a los secretos de los parásitos, individuos cuestionados por la mayoría de las personas y sindicados como los causantes de numerosos inconvenientes para la vida en general.

“La mayoría de la gente se pregunta para qué nos sirven los parásitos y cuál es su importancia, porque supuestamente hacen daño. Todo el mundo piensa eso. Si uno lo pone a nivel de individuo y de un solo organismo, el parásito genera un efecto negativo. De hecho, dentro de las relaciones binarias el parásito tiene una relación positiva y el hospedador una relación negativa. Pero, cuando uno evalúa un poco más allá, la importancia de los parásitos dentro de los ecosistemas es que facilitan la depredación y disminuyen la competencia entre las especies”, señala la científica que lidera una original investigación sobre los parásitos existentes en las zonas subantártica y antártica.

“Filogeografía y diversificación de las especies del género Macvicaria (Digenea: opecoelidae) en Harpagiferidae (Perciformes: Norothenoidei) en la zona antártica y subantártica” se titula el estudio que se extenderá por tres años y que cuenta con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt).

Isabel se incorporó a principios de este año al Centro Regional Fundación CEQUA como investigadora de la Línea de Ecología de Ecosistemas Acuáticos y anteriormente se desempeñó en las regiones de Antofagasta y de Los Ríos. Y comenta que desde siempre le ha gustado trabajar con organismos con ciclos de vida complejos y que, en este caso, aborda el modelo de estudio de los parásitos, entre los que destaca a los Digenea.

Un parásito es un organismo que vive dentro o sobre otro ser vivo (hospedador) durante todo su ciclo de vida, y se alimenta de él sin matarlo. Representan un gran número de grupos taxonómicos y se encuentran en todos los ecosistemas. De hecho, se estima que cada Metazoa (clasificación científica referida a los animales) tiene al menos un parásito. Representan al menos al 40% de las especies descritas y podrían duplican la riqueza de especies que sus hospedadores vertebrados.

Los parásitos son uno de los grupos zoológicos que han recibido menor atención al evaluar la biodiversidad en distintos ambientes. En la actualidad se reconoce la participación de las especies parasitarias como piezas clave en la biodiversidad de distintos ecosistemas.

Parásitos en peces

“Harpagiferidae son peces que han tenido una diversificación antártica y subantártica. Se encuentran particularmente en la Antártica, pero también hay en la isla de Tierra del Fuego y algunas islas subantárticas”, señala la profesional.

El estudio permitirá analizar si los parásitos de estos peces tuvieron esta diversificación y especiación similar a la de sus hospedadores, la que se produce por aislamiento geográfico principalmente . Esto parte del hecho que se ha postulado que cuando un hospedador migra hacia otro lado, aparentemente los parásitos pueden migrar con ellos, adaptarse y diversificarse de tal forma que aparecen nuevas especies. Todo esto también conlleva a una coespeciación entre el parásito y el hospedador.

En su análisis considera la filogeografía, que muestra cómo los linajes genéticos se relacionan en un gradiente latitudinal, es decir, en una distribución geográfica. “Hasta el momento nosotros hemos identificado, a través de sistemática molecular y taxonomía tradicional al digeneo Macvicaria georgiana, especie hasta ahora ha sido registrada sólo en la Antártica, destacando que la identificación de los parásitos en peces de esta zona se había realizado sólo con taxonomía tradicional, y por primera vez se está complementando la identificación de especies con sistemática molecular, lo cual fue parte de un proyecto financiado por Inach, pero ahora lo que vamos hacer en este proyecto Fondecyt es determinar si las diferentes poblaciones de este digeneo, en diferentes localidades de la Antártica, son una misma población o poblaciones distintas ”, advierte.

En el caso de Isabel, su propuesta considera inicialmente, buscar y determinar a través de sistemática molecular, cuántas especies de Macvicaria en las distintas especies de Harpagiferidae, tanto en la Patagonia Austral, así como en las Islas subantárticas alrededor del continente antártico.

Puntos de muestreo

La investigación de Isabel considerará puntos de muestreo en la Antártica desde Base Yelcho hasta Bahía Fildes. Eso tiene que ver con la logística que puede otorgar Inach, a través de un convenio con Fondecyt centrado en proyectos de investigación relacionados con el continente antártico. Varias instituciones ligadas a la ciencia la han apoyado en la obtención de muestras. Ejemplo de ello fue el aporte del Centro Ideal que recogió muestras en los fiordos Pía y Yendegaia. Asimismo, otros investigadores, como el doctor Ellie Poulin que prestarán apoyo con muestras en otros lugares como las islas Falkland o Malvinas.

El estudio permitirá tomar muestras desde Chiloé, continuando por Puerto Aysén, Golfo de Penas, Puerto Edén, Punta Arenas y Ushuaia.

Todo esto, porque se necesita tomar muestras que abarquen todo el rango geográfico donde se distribuyen los peces Harpagiferidae y hay que generar información para determinar la presencia del parásito que vive con ellos.

Ya tiene muestras de algunos de los lugares que incluye su proyecto y está evaluando si la especie que está en la Antártica es la misma que en los otros puntos de muestreos, por lo que la comparación será bastante extensa. En filogeografía trabajará con todas las muestras que obtenga desde los distintos puntos de muestreos y que resulten ser la misma especie, y para ello utilizará marcadores moleculares (marcas que están en el ADN) y determinar con ello si estos parásitos pertenecen a una misma población y ver, de esta manera también, qué tan extensas pueden encontrarse estos parásitos.
Hasta ahora ya comprobó que está la misma especie de parásito, desde Yelcho hasta bahía Fildes, en el continente blanco. Se trata de una zona geográfica en la que comenzó a trabajar hace tres años, con otros dos proyectos Inach, en uno como investigadora responsable y en otro como coinvestigadora.

¿Por qué estudiar a los parásitos?

Isabel Valdivia se especializó en ecología y evolución, por lo que focaliza su quehacer en la coevolución entre el parásito y su hospedador.

Al referirse a su estudio financiado por Fondecyt, destaca la importancia de estudiar a los parásitos, su divergencia y su filogeografía. Esto se relaciona con procesos importantes como la coespeciación y la coevolución.

Todo este estudio parte desde un trabajo que comenzó con una línea de investigación anterior, porque ya cuenta con un modelo de estudio. “Acá la pregunta es cómo se han ido diversificando los parásitos con respecto a sus hospedadores y si hay una relación de coespeciación o de coevolución. Eso sólo está en literatura pero no hay una comprobación empírica. De hecho, no hay estudios de diversificación en parásitos y sólo existe información teórica al respecto”, comenta.

En paralelo a este estudio, la investigadora está terminando un proyecto sobre la biodiversidad oculta que no se cuantifica ni evalúa. Explica que hay publicaciones científicas que muestran las tramas tróficas en un ecosistema sin considerar a los parásitos y cómo se complejizan esos sistemas al incluir los parásitos.

Y advierte que “la mayoría de la gente se pregunta para qué nos sirven los parásitos y cuál es su importancia porque hacen daño. Todo el mundo piensa eso. Si uno lo pone a nivel de individuo y de un solo organismo, el parásito genera un efecto negativo. De hecho, dentro de las relaciones binarias el parásito tiene una relación positiva y el hospedador una relación negativa. Pero cuando uno evalúa un poco más allá, la importancia de los parásitos dentro de los ecosistemas es que facilitan la depredación, disminuyen la competencia entre las especies y los links tróficos. Al facilitar los links tróficos hacen que el gasto de energía del predador sea menor sobre aquél organismo que está infectado”.

“El parásito necesita que aparezca un hospedador y se lo coma para que facilite su ciclo de vida y por eso facilita los links tróficos. En su defecto, si se excluye un parásito dentro de un estudio, el estudio está sesgado”, refuerza.

“Los parásitos tienen una utilidad biológica, porque son bioindicadores de la dieta de los predadores así como del cambio climático sobre un ecosistema”, agrega.

El hecho de que el estudio abarque las áreas subantártica y antártica figura como uno de los aspectos innovadores del proyecto, ya que esto no se ha hecho en otros análisis.

“El nexo entre Antártica y Subantártica está en que estuvieron juntos y cuando se separaron los continentes y se creó el frente polar antártico esta corriente circunpolar antártica genera una barrera. Lo interesante de analizar es ver si efectivamente se ha generado una adaptación de los parásitos en estas zonas extremas”, opina.

@prensaantartica

Punta Arenas será la sede de importante encuentro científico antártico internacional




Desde el 4 hasta el 6 de octubre de este año se realizará en Punta Arenas, el IX Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica (CLCA 2017). El encuentro es convocado por el Comité Nacional de Investigaciones Antárticas (SCAR-Chile), el Instituto Antártico Chileno (INACH), la Universidad de Magallanes (UMAG) y el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (FONDAP-IDEAL).

El CLCA 2017, es una oportunidad para poner en contacto a la creciente comunidad de científicos polares latinoamericanos con investigadores y potenciales colaboradores de distintas regiones del mundo, así como una tribuna para comunicar los últimos resultados de investigaciones polares.

El Dr. Marcelo Leppe, investigador del INACH y presidente del comité organizador, señala que este evento hoy día está concentrando la atención de casi todas las disciplinas científicas que se desarrollan en Latinoamérica como fuera . “Dentro de las variadas discusiones, el cambio climático tendrá un eje preponderante, ya que estamos a la espera de uno de los desprendimientos de hielo más importantes en la historia y este encuentro internacional puede servir para conocer los primeros resultados científicos de un desprendimiento de esta naturaleza”.

Además, el Dr. Leppe apuntó que en el último tiempo los que ha dado que hablar son los materiales biotecnológico y los biorecursos, sin perturbar la biota antártica. “ Han existido avances muy importantes y muy relevantes en temas como las proteínas anticancerígenas o compuestos que previenen la deshidratación en cultivos en el desierto chileno, por mencionar dos temas dentro de muchos otros. Los resultados de estas investigaciones serán mostradas en este congreso “.

La comunidad en general no quedará al margen de este encuentro científico, ya que al menos se dictarán dos charlas magistrales (con traducción simultánea) para el público no científico que desee asistir.

Para este encuentro se ha elegido a la ciudad de Punta Arenas, una de las principales puertas de entrada de los Programas Antárticos Nacionales al Continente Blanco, así como también punto de partida de muchas expediciones de la “época heroica” de la exploración polar y hogar de pueblos largamente adaptados a los duros ambientes subantárticos.

Presentación de trabajos

Los trabajos se presentarán en forma oral o en sesiones de pósteres. La fecha límite para el envío de los resúmenes es el 20 de junio de 2017. Los detalles del formato de los resúmenes y de las presentaciones y modalidad se pueden encontrar en la página http://congresoantartico2017.com/

El programa considera, además de esta serie de presentaciones, la realización de conferencias plenarias de destacados científicos, como el Dr. Steven Chown, actual presidente del Comité Científico Internacional de Investigación Antártica (SCAR).

  @prensaantartica

lunes, 12 de junio de 2017

Investigador afirma que debilitamiento de plataforma antártica Larsen C es consecuencia de actividad humana



El Dr. Ricardo Jaña apunta a que este tipo de procesos de debilitamiento y fractura en las plataformas hielo se encuentran vinculados al aumento de la temperatura del aire y de los océanos por la actividad humana.

Mantiene una fractura de casi 200 kilómetros de extensión y según los científicos a nivel mundial, solo quedarían unos 13 kilómetros de hielo unidos al Continente Blanco para que finalmente se desprenda un témpano de grandes dimensiones en la barrera de hielo Larsen C, ubicada en el sector oriental de la península Antártica.

El trozo de hielo que se desprendería tiene una dimensión aproximada de sobre 5.000 kilómetros cuadrados. El Dr. Ricardo Jaña, glaciólogo del Instituto Antártico Chileno (INACH), explica que es un evento fascinante y que hoy se puede apreciar este fenómeno y darnos cuenta de lo que sucede gracias a que se puede contar con buenas imágenes satelitales radar, sensores que son capaces de observar a pesar que se está en una época de mayor oscuridad debida al otoño polar.

“Estamos en un punto muy cercano a que se complete este trazado y se desprenda el témpano. Siempre es difícil predecir cuándo esto va a ocurrir exactamente, puesto que solo lo estamos mirando desde el espacio y cuesta tener un monitoreo más preciso. Nos encontramos en un escenario en que la fractura está alcanzando su extremo más al norte, dando un giro hacia el Mar de Weddel, faltando alrededor de unos 13 kilómetros para llegar hasta el borde de esta plataforma”, añade Jaña.

El investigador del INACH apuntó, además, que el hielo de una plataforma, es hielo de origen terrestre que proviene del interior del continente donde se mueve desde las zonas altas hacia la costa y que en el punto en que la roca sobre la que fluye se sumerge en el mar, comienza a flotar. “Esta extensión de hielo flota por unos cientos de kilómetros y se desprende finalmente en los bordes. Estamos hablando de una fractura bastante mayor de lo normal y el peligro de esto es que la pérdida de esta sección podría involucrar una inestabilidad del resto de la plataforma, tal como ocurrió en los años 2002 y 2003 con la plataforma Larsen B ubicada más al norte. Cuando una parte de ella se fracturó, todo el resto de la plataforma colapsó, desintegrándose en el transcurso de pocos días”.

El principal efecto que puede suceder al fracturarse un sector del frente de la plataforma, es que se acelere la velocidad de flujo del hielo que se encuentra más al interior de la plataforma. Al desaparecer una porción que actúa como un verdadero “tapón”, todo podría fluir más rápidamente y así, se aumente la contribución al aumento del nivel medio del mar. “El hielo que flota ya ha desplazado su volumen y ya ha contribuido al aumento del nivel medio del mar, pero si no existe un freno, nuevo hielo caerá al mar de forma más rápida”.

El especialista subraya que existe mucha evidencia de que este proceso de debilitamiento y fractura en las plataformas de hielo se encuentra vinculado a la acción del hombre por el aumento de la temperatura del aire y de los océanos por la actividad humana y aumento de emisiones de gases de efecto invernadero. “Hoy en día existe un convencimiento de que la actividad industrial de nuestra sociedad está provocando cambios que están sobre los cambios naturales. Un ejemplo de lo anterior son los efectos que podemos observar en los glaciares de montaña y los de Antártica, que están haciendo que estos reaccionen con este tipo de fenómenos como que el observamos. Algunos estudios nos demuestran que el derretimiento de esta plataforma proviene desde la base, es decir, desde el océano que se encuentra más caliente en términos comparativos a lo que era en décadas pasadas. Además, se debe hacer referencia al aumento de la temperatura del aire, que ha provocado que se compacte la nieve que cubre esta plataforma. Podríamos hablar de un doble adelgazamiento”, expresa Jaña.

“Inexorablemente, en las próximas semanas, seremos testigo del desprendimiento de un nuevo témpano gigante que permitirá observar cómo se desplaza y cuánto años y meses demoran en desaparecer los fragmentos, cuando se desplacen navegando hacia las aguas más cálidas del norte”, puntualiza el glaciólogo Ricardo Jaña.

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