Fuente Internet:
http://www.inach.cl/
Antártica, también llamada el sexto continente, posee una superficie de 13,5 millones de kilómetros
cuadrados, sin contar las islas ni las barreras heladas llamadas
inlandsis
(vocablo danés que significa hielo del interior de las tierras). Si le
agregamos las islas subantárticas suma un millón más. Para hacer una
comparación,
es casi el doble de Australia, que mide 7,7 millones de
kilómetros cuadrados, y mucho mayor que Europa, que llega a 10,5
millones.
La Antártica se extiende alrededor del polo Sur, en un radio aproximado de 2.500 kilómetros, siempre en latitudes mayores que los 60º; su superficie alcanza los cincuenta millones de kilómetros cuadrados si se agrega el océano que la circunda, el Antártico, cuyas aguas son más frías y menos saladas que las del resto de los mares.
En la denominada convergencia antártica, situada entre los 50º y los 60º de latitud sur, las masas frías de agua polar desaparecen bajo las más cálidas provenientes del norte,
con lo que se establece el límite oceanográfico, así como uno biológico.
Hace
unos doscientos millones de años la
Antártica formaba parte del supercontinente Gondwana, que dio origen, por
sucesivas fragmentaciones, entre otros, a los actuales de
Sudamérica, África, Australia y —hace
aproximadamente veintiocho millones de años— al
continente blanco. Que se hayan encontrado en éste fósiles
similares a los hallados en los otros del hemisferio Sur,
demuestra esa antigua relación, y también indica
que el clima antártico fue diferente del actual. El
paisaje que ahora se observa en la Antártica es el
resultado del gran cambio climático ocurrido durante las
glaciaciones pleistocenas. Desde el plioceno está cubierta
de hielo, el cual alcanzó su máxima extensión
hace unos cinco millones de años.
La
Antártica aparece dividida geográficamente por las
Montañas Transantárticas (Antartandes, por su
configuración geomorfológica), en Antártica
Oriental —más antigua geológicamente— y
Antártica Occidental,.
La
Antártica Occidental incluye un sector continental que,
bajo la forma de una península (Península Antártica
o Tierra de O'Higgins), avanza hacia la extremidad austral
sudamericana, conformando, con las islas Shetland, Orcadas,
Sandwich del Sur y otras, el amplio Arco Antillano Austral, que
separa geológicamente las aguas del Pacífico y del
Atlántico y que es la prolongación de la Cordillera
de los Andes; quedando separada de ella y de Chile (en
línea recta) sólo por los casi 990 kilómetros
del paso Drake (completamente en aguas del Pacífico).
El
origen de este sector occidental es volcánico y ha tenido
actividad en tiempos recientes. En contraste con la Antártica
Oriental, muchos de los lechos de roca se encuentran entre el
propio nivel del mar y 1.000 m. por debajo, con depresiones que
alcanzan los 3.000 m. Allí donde las elevaciones rocosas
superan los 1.000 a 3.000 m. de altura, las cimas de las montañas
destacan sobre las superficies del hielo. Entre estas, se
incluyen el Macizo Vinson, con la tierra más alta del
continente (5.140 m.), y los montes Erebus, Markham y Kirkpatrik
(junto al mar de Ross y que sobrepasan los 4.000 metros).
Todo
este encadenamiento forma parte del Arco de las Antillas
Australes, que —como dijimos— no es más que la
prolongación del plegamiento de la Cordillera de los
Andes, que se hunde en el mar y reaparece en la Antártica ... en el área
enmarcada por los meridianos 53° y 90° de longitud oeste
y hasta el Polo, a los 90° de latitud sur.
Modernas
técnicas satelitales han permitido apreciar la gruesa capa
de hielo, acumulado allí por milenios, que cubre a este
vasto continente. La Antártica mantiene en su ámbito
el 70 por ciento del agua del planeta, o bien, dicho de otra
forma, el 90 por ciento de todo el hielo.
Este
grueso y pesado manto de hielo se desplaza lentamente desde el
centro de la meseta hacia la periferia. Más allá de
la costa, la masa helada forma extensas "barreras" o
bien se desprende de los glaciares transformándose en
gigantescos témpanos (o icebergs) que flotan a merced de
las corrientes marinas y fuertes vientos.
El
mar que circunda la Antártica, conocido como Océano
Austral, se congela entre marzo y septiembre, aproximadamente. Su
plataforma rocosa continental es estrecha —con 30 Km. de
promedio— y cuatro veces más profunda que en otros
continentes, debido quizás al enorme peso del hielo
costero.
En
cuanto al aspecto climático, se puede afirmar que la
Antártica es el continente más frío, con más
vientos y el más seco de la Tierra. La temperatura
promedio anual en la gran meseta interior es de –50 grados
C (nótese: bajo cero). Cerca de la costa, sin embargo,
rara vez se llega en invierno a –40º C. En verano, en
cambio, en zonas costeras e islas la temperatura permanece en
unos pocos grados bajo cero aunque, recientemente, máximas
de 8º C no suelen ser temperaturas excepcionales.
El
viento es otro rasgo singular del continente sudpolar. Surge en
cualquier momento, con velocidades que sobrepasan los 100 Km. por
hora. Temporales de este tipo pueden durar varios días o
semanas.
En la gran meseta interior, las precipitaciones
son tan esporádicas como en un desierto. Por ello, los
escasos lagos y riachuelos permanecen casi siempre cubiertos de
hielo. Los lagos subglaciales —como el Vostok—
localizados por la tecnología satelital bajo casi cuatro
kilómetros de hielo, son característicos de este
continente y su contenido constituye aún un misterio que
la ciencia se apresta a develar.
En
este paisaje de sobrecogedora belleza, frío e inhóspito,
no ha existido vida humana autóctona. Este entorno hace
comprensible la pobreza biológica de la Antártica,
que se reduce a la presencia de algunos líquenes y ciertas
asociaciones vegetales muy reducidas y en áreas
específicas que poseen actividad volcánica.
La
fauna marina, por el contrario, es muy rica y abundante en
plancton que sirve de alimento a diversas clases de peces,
cetáceos, focas, otarios y elefantes marino, que conviven
con una gran variedad de aves marinas y de pingüinos.
Rodeados de estos seres, hoy
protegidos en su entorno por la comunidad mundial, un millar de
científicos —que en verano bordean los cuatro mil,
con personal de apoyo— permanecen durante el año
distribuidos en el medio centenar de bases que la ciencia ha
diseminando para conocer mejor la que siglos atrás se
denominó "Terra Australis Incognita".
El
área de interés para los científicos que
estudian estas latitudes supone unos treinta millones de
kilómetros cuadrados, alrededor de tres veces el tamaño
de Europa. El continente más cercano es América del
Sur a 990 kilómetros de distancia, hasta el cabo de Hornos
perteneciente a Chile. El siguiente es Australia, a 2.400
kilómetros.
El
aislamiento de la Antártica de los demás océanos
del mundo se manifiesta mediante la Corriente Antártica
Circumpolar, que fluye alrededor del continente.
El
perímetro es bastante regular en el hemisferio oriental,
no así en el occidental, cuyas tierras emergidas no son ni
simétricas ni equivalentes en cuanto a extensión a
las orientales. Es esencialmente circular, salvo la Península Antártica...
.
Sin
su capa de hielo, se cree que la Antártica configura una
vasta tierra baja y llana entre 90º Este y 150º Este
(hoy cuencas de Wilkes y Polar) que se distribuiría entre
las márgenes de las montañas Gamburtsev (cerca del
llamado polo de inaccesibilidad) y Trasantárticas
(Antartandes), a una altura de entre 2.000 a 4.000 metros. El
relieve en general sería grande, con elevaciones que
abarcarían desde los 5.140 metros (monte Vinson) hasta la
Cresta Sentinel a más de 2.500 metros bajo el nivel del
mar (hoy fosa subglacial de Bentley). Áreas que ahora se
llaman "tierras", incluso la Tierra de Ellsworth y
Marie Byrd, se encontrarían bajo el mar.
La
Antártica, con una elevación media estimada entre
2.000 y 2.500 metros sobre el nivel del mar, es el continente más
alto del mundo. Asia es el siguiente, con promedios de 914
metros.
Las
vastas placas de hielo de la Antártica Oriental, alcanzan
alturas de 3.500 metros o más en dos puntos principales:
uno a aproximadamente 80º Sur, en el occidente de la Tierra
de Wilkes, y el otro en un cinturón alargado hacia el sur
aproximadamente en 75º sur, centrado en la Tierra de la
Reina Maud. De todas formas, sin su hielo la Antártica
probablemente no sobrepasaría los 460 metros
aproximadamente.
Muchos
volcanes aún están activos en puntos como la tierra
occidental de Ellsworth, Tierra de Marie Byrd y zonas de las
costas de la Península Antártica y Tierra Victoria.
Pero la actividad principal se concentra en las inmediaciones del
volcán Scotia. Sólo un volcán, el Gaussberg
(90º Este), aparece entero a lo largo de la costa oriental
del Antártico.
La
montaña Erebus, en la Isla de Ross, largamente inactivo,
mostró un aumento de actividad a mediados de 1970, y la
caldera de Isla Decepción (frente a la Península
Antártica) entró en erupción en 1967-1970,
destruyendo las estaciones cercanas de Chile y Gran Bretaña.
Los volcanes Scotia y los de la Península Antártica,
son similares mineralógicamente a los volcanes del Océano
Pacífico, mientras que los demás volcanes
antárticos son químicamente similares a los del
Este africano.
Fuente
Internet:
http://www.inach.cl/