martes, 26 de diciembre de 2017

Paleontólogos argentinos descubren plesiosaurio de 150 millones de años de antigüedad en la Antártica




Se trata de un reptil marino carnívoro de 150 millones de años de antigüedad que superaba los seis metros de longitud. Fue descubierto en la Península Antártica, en un nuevo yacimiento paleontológico ubicado 113 kilómetros al sudoeste de la Base Marambio.

El paleontólogo José Patricio O’Gorman, investigador del Museo de la Plata (MLP) y del CONICET, comentó que “este registro de plesiosaurio es 80 millones de años más antiguo que lo que se tenía conocimiento para la Antártida”, dio cuenta la Agencia CTyS-UNLaM.

“Fue la primera campaña paleontológica que realizamos en este afloramiento que es como un mar congelado de 150 millones de años en un excelente estado de conservación”, destacó el autor principal del estudio que fue aceptado para ser publicado en la revista científica Comptes Rendus Palevol.


La doctora Soledad Gouiric Cavalli, especialista del MLP y del CONICET en el estudio de peces del Jurásico, indicó a la Agencia CTyS-UNLaM que “al caminar por el yacimiento se encuentra una gran diversidad de peces, amonites, algunos bivalvos, pero no esperábamos encontrar un plesiosaurio de tal antigüedad; fue sorprendente”.

“El hallazgo es bastante extraordinario, porque el yacimiento no posee el tipo de rocas en las que se puede encontrar materiales preservados en tres dimensiones, como es el caso de las vértebras de este reptil marino”, explicó la investigadora.

A este afloramiento del Jurásico de cuatro kilómetros de largo por dos kilómetros de ancho solo se puede llegar tras dos horas de vuelo en helicóptero desde la Base Marambio, por lo que los investigadores remarcaron la logística impulsada por el Instituto Antártico Argentino (IAA).
Allí, durante la campaña antártica de verano de 2016, acamparon 40 días la doctora Gouiric Cavalli, el doctor José O’Gorman y los técnicos Juan José Moly y Leonel Acosta Burllaile. “Fue muy emocionante llegar allí, a un sitio que nadie había pisado en 23 años”, relató O’Gorman.

“Es el lugar más alejado a donde hemos llegado con las campañas de paleontología de vertebrados en la Antártida”, valoró la doctora Soledad Gouiric Cavalli. Y añadió: “Las campañas argentinas se suelen realizar en inmediaciones a la Base Marambio (en las islas Marambio, James Ross y Vega), pero aquí hemos ampliado bastante el rango de acción y tenemos el interés de ir a sitios aun más alejados”.

El doctor Marcelo Reguero, investigador del MLP y director de las campañas paleontológicas del Instituto Antártico Argentino (IAA), afirmó que “fue preciso realizar toda una logística para llegar a este yacimiento ubicado en Cabo Longing y el resultado fue muy exitoso, al haber rescatado una gran diversidad de peces, plantas y este plesiosaurio, y este verano se irá a la nueva campaña con aun mayores expectativas”.

“En la campaña de 2016, se obtuvo una gran cantidad de fósiles y para la expedición del verano próximo iremos con instrumentos para obtener una cantidad todavía mayor de ejemplares”, anticipó el investigador del MLP y del IAA.

La doctora Gouiric Cavalli, quien será parte de la nueva campaña que se hará en este mar congelado del Jurásico desde el 8 de enero hasta mediados de febrero, aseguró que “allí se encuentra una cantidad sorprendente de peces y es lógico pensar que el plesiosaurio que descubrimos se alimentara de ellos, porque es un reptil marino grande y hallamos peces de tamaño mediano, algunos chicos, y algunos bastante grandes también”.

Respecto a la excelente conservación de esta fauna y flora marina del Jurásico, la investigadora del MLP y del CONICET reveló que “se preservaron así porque el fondo de aquel mar tenía muy poco oxigeno, por lo que no se desarrollaban organismos que pudieran desarticular esos ejemplares y tampoco se producían los fenómenos de putrefacción”.

El mundo hace 150 millones de años 

El doctor Marcelo Reguero señaló que “estos depósitos ricos y únicos en vertebrados del jurásico marinos pertenecen a la época en que la Antártida formaba parte del continente Gondwana y estaba junto a Australia, Nueva Zelanda, India, Madagascar, África y América del Sur”.

La temperatura de los mares era mucho más elevada hace 150 millones de años y el mapa mundial era muy diferente. Según manifestó el doctor José O’Gorman, este plesiosaurio, además de tratarse del primero de su clase en el Jurásico en la Antártida, sirve como evidencia a favor de la posibilidad de la dispersión de estos reptiles por medio de un pasaje que existía entre África y la Antártida, que en ese momento recién se habían separado.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Argentina y Chile presentan propuesta para establecer un Área Marina Protegida en la Península Antártica



En el marco de la 36a Reunión de la Comisión para Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), recientemente finalizada en Tasmania, Australia, la Argentina y Chile dieron un paso de gran trascendencia al presentar los trabajos que lideran sobre una Propuesta Preliminar para el establecimiento de un Área Marina Protegida (AMP) en la zona Oeste de la Península Antártica y el Sur del Arco de Scotia.

La propuesta se presentó por primera vez en detalle ante el Comité Científico de la organización, integrado por 25 Estados Miembros, y es el fruto de varios años de trabajo conjunto de científicos del Instituto Antártico Argentino y la Dirección Nacional del Antártico de la Cancillería Argentina, con sus contrapartes chilenas y de la cooperación con otros países. La propuesta pretende generar un espacio de mayor protección del ecosistema en una zona donde existe mucha actividad humana de programas antárticos nacionales y fruto de la pesca y el turismo antártico, por lo que su aprobación sin duda requerirá de un intenso proceso de negociación multilateral, informó la Cancillería Argentina.

Tanto el Comité Científico como la Comisión celebraron la calidad del trabajo realizado por los proponentes, así como la apertura y transparencia con la cual se ha manejado todo el proceso. A la vez, muchos Miembros de la Comisión manifestaron su interés en colaborar en los próximos pasos del desarrollo de la propuesta, lo que ha generado gran entusiasmo para seguir trabajando.

En 2016, en un hecho trascendental, la CCRVMA aprobó la mayor Área Marina Protegida del mundo, que fue establecida en la región antártica del Mar de Ross.

jueves, 5 de octubre de 2017

Comenzó en Punta Arenas el IX Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica


El Mercurio
jueves, 05 de octubre de 2017



ROLANDO MARTÍNEZ VERGARA
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio





El impacto del cambio climático es el tema clave que cruza las investigaciones y charlas que desde ayer y durante tres días se presentan en el IX Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica que se realiza en Punta Arenas. Al evento asisten 350 investigadores expertos en el continente blanco de distintas instituciones tanto chilenas como extranjeras.

En tres salas se exponen cerca de 130 trabajos de investigación científica y otros 125 se exhiben en afiches. El evento es organizado por el Comité Nacional de Investigaciones Antárticas (SCAR Chile), Instituto Antártico Chileno (INACh) , la U. de Magallanes y el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes.
Los trabajos sobre cambio climático que se presentarán en el congreso abordan cómo las especies, tanto plantas como animales, enfrentan el fenómeno, que también afecta a los glaciares, el sistema marino y la atmósfera.

La historia natural es el otro tema que intentarán desentrañar los científicos, como, por ejemplo, las razones que explican la presencia en la Antártica de organismos de ciertas características.
Para el jefe del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno, Marcelo González, el congreso permite demostrar que hay una "activa participación de Chile en un posicionamiento a nivel internacional respecto a temáticas asociadas al cambio climático. Por nuestra ubicación estratégica en la red de bases en la península antártica, junto con otros países, estamos en las grandes ligas, posicionados para estudiar de buena manera los efectos del cambio climático en los ecosistemas terrestre y marino".

Un ejemplo de esto, dice González, es la red logística que ha desarrollado el INACh desde la base Profesor Julio Escudero, en isla Rey Jorge, hasta bahía Margarita, más al sur, donde se ubica la base Teniente Carvajal. Sin embargo, advierte la importancia de que cada una de esas plataformas tenga un laboratorio y, en lo posible, estaciones meteorológicas que permitan recabar datos durante todo el año.

"Eso posibilita a muchos de nuestros investigadores a hacer preguntas más globales en términos de evaluar efectos desde la parte norte de la península hasta más al sur, como es bahía Margarita. Ese gradiente no lo tienen otros países latinoamericanos, es una posición que debemos saber aprovechar, tener más recursos e involucrar a más gente, tanto a investigadores chilenos como también aumentar la cooperación internacional", recalca González.

Gino Casassa, glaciólogo de la Universidad de Magallanes, señala que Chile ha dado pasos importantes para desarrollar la ciencia antártica, lo que quedará sellado con los futuros Centro Antártico Internacional que se construirá en Punta Arenas y el Centro Subantártico en Puerto Williams, proyectos anhelados hace décadas.

"Este congreso ocurre en un buen momento para Chile y es un gran logro tener cerca de 250 trabajos que sitúan a Magallanes como un polo de desarrollo antártico", opina el glaciólogo.

La importancia de la colaboración internacional también es un punto que destaca Steven Chown, presidente del Comité Científico sobre Recursos Antárticos (SCAR). Se trata, dice, de un pilar fundamental para el desarrollo de la ciencia antártica, y eventos como este congreso facilitan que los investigadores puedan reunirse e interactuar entre sí.

jueves, 14 de septiembre de 2017

1912 - Subsistencia de Nativos en Tierra del Fuego -Argentina



EL 14 DE SEPTIEMBRE DE 1912

El gobernador informa sobre la subsistencia de 155 nativos

14/09/2017
E
l gobernador Gabriel Fernández Valdés elabora un informe de ocho carillas, fechado este día, que envía al director general de Territorios Nacionales, Isidoro Ruiz Moreno. Allí, describe la situación en que se desenvuelven los sobrevivientes de los pueblos originarios fueguinos.
“En la actualidad, los indios del territorio no exceden de 155, entre hombres, mujeres y niños y trabajan en los establecimientos de campo, donde se encuentran repartidos más o menos de la siguiente forma: Estancia Sara, 15; Colonos salesianos 26 (contando los recientemente introducidos de la extinguida Misión de la Isla chilena Dawson); Primera y Segunda Argentina, 20; Río del Fuego y Harberton, 47; Cabo San Pablo, 16; Lago Fagnano, 2; Punta Remolino, 18; Ushuaia, 4; Lapataia, 1” (Enrique S. Inda. El exterminio de los onas).
Luego, detalla las cualidades de los nativos que se desempeñan en las estancias: “Hay a más un indio llamado Minquiol y cuatro compañeros que recorren las estancias trabajando como domadores”, y añade: “Generalmente estos indios ganan regulares sueldos y son considerados buenos peones, particularmente como campañistas. Son excelentes rastreadores y para buscar los animales extraviados en el monte poseen un maravilloso instinto, secundado por una vista poderosa y un oído delicadísimo. Estas cualidades vuelven inestimables los servicios de los indígenas en las estancias montuosas, donde son verdaderamente disputados”.
Los elogios son compensados con la mención de algunos vicios de los selk´nam: “Sólo dos causas influyen para que la situación de estos indios no se regularice por completo: sus hábitos nómades hereditarios que los impulsan irresistiblemente a abandonar los trabajos en ciertas épocas y el hecho que terminadas las faenas ganaderas, los estancieros reducen a un mínimo su personal, dejando sin trabajo a muchos indios, que obligados a vivir de la caza, tienen que recorrer grandes distancias para salir de la región de los campos ocupados donde, naturalmente, no se les permiten sus correrías por las mezclas y otros perjuicios que pueden ocasionar” (op.cit.).   
Mientras los hombres se iban amoldando a las necesidades de mano de obra de los estancieros, el proceso de mestizaje se profundizaba con las mujeres nativas que se integraban en matrimonios con los nuevos contingentes de hombres solos que se afincaron en la isla.
 Autor : Bernardo Veksler


El gobernador informa sobre la subsistencia de 155 nativos

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Instituciones buscan controlar amenaza del castor en la Patagonia



La iniciativa busca mejorar los marcos institucionales para el control, la prevención y gestión efectiva de las Especies Exóticas Invasoras en los ecosistemas de la región.
En Punta Arenas se realizó el Lanzamiento del proyecto GEF “Fortalecimiento y desarrollo de instrumentos para el manejo, prevención y control del castor (Castor canadensis), una especie exótica invasora en la Patagonia chilena”.

Esta iniciativa es un trabajo intersectorial en el que participa el Ministerio del Medio Ambiente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Corporación Nacional Forestal (CONAF) y Wildlife Conservation Society (WCS-Chile).

En la actividad se presentaron los alcances del proyecto financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF en inglés), cuyo objetivo es mejorar los marcos institucionales subnacionales para el control, la prevención y gestión efectiva de las Especies Exóticas Invasoras, en los ecosistemas de alto valor para biodiversidad en la región e incorporar la conservación en la gestión de paisajes productivos.

Eve Crowley, representante en Chile de FAO, manifestó la importancia de sumar esfuerzos tanto en el ámbito público y privado. “Los impactos que ha tenido el castor no se recuperan de manera natural y con acciones aisladas. Por eso el esfuerzo conjunto del Gobierno, las organizaciones ambientales, la comunidad y organismos internacionales es clave para abordar el problema”, indicó.

Se ha estimado que la abundancia de castores en el archipiélago fueguino podría estar entre 70.000 y 110.000 individuos (2006) y trabajos actuales del SAG documentan que sólo el 28% de los predios ganaderos de la isla hoy no tendrían presencia de castores en sus predios.

La actividad del castor fuera de su área natural de distribución no sólo afecta los ecosistemas mediante la corta de árboles, sino también por la disrupción del curso de agua y del ciclo hidrológico y químico en las cuencas afectadas. Se ha estimado que alrededor de la mitad de los bosques riparios de Tierra del Fuego ya han sido afectados, así como importantes áreas de turberas y sus valores combinados de biodiversidad y capacidad de mitigación del cambio climático.

Felipe Guerra Díaz, Biólogo Ambiental y Doctor en Economía Ecológica y Gestión Ambiental es Coordinador del Proyecto que se extenderá hasta 2020. “En este primer año debemos poner en marcha los pilotos, elaborar los borradores de marcos regulatorios de normativa regional y local y paralelamente trabajaremos en el área de Comunicación y Educación Ambiental. Durante los próximos años, debemos generar los insumos para el desarrollo de políticas públicas futuras para la gestión del castor como especie exótica invasora”, indicó.

El proyecto recuperará ecosistemas, biodiversidad terrestre y de agua dulce, altamente o potencialmente afectadas por el castor como especie exótica invasora. Además, validará metodologías de detección y erradicación en al menos 110.000 hectáreas y 1.000 km de cauces de agua a través del desarrollo de cuatro pilotos en las siguientes cuencas hidrográficas: Laguna Parrillar (Reserva Nacional y sitios aledaños), valle La Paciencia (Parque Karukinka), Río Marazzi (Tierra del Fuego) y al sudeste de la Provincia de Última Esperanza. @prensaantartica

Nuevo hallazgo paleontológico en la Antártica: Aprosdokitos mikrotero (pingüino enano)




Por Rodolfo Sanchez, director del Instituto Antártico Argentino

La isla Marambio, al noreste de la Península Antártica, tiene para los argentinos un nombre familiar. Allí se encuentra la conocida base Marambio, pero también es uno de los territorios más explorados y con mayor cantidad de hallazgos fósiles de toda la Antártida. Los campamentos científicos en esta isla cuya superficie está limpia de hielo son el escenario donde cada año se descubren nuevas piezas que ofrecen rastros del Eoceno, una era geológica que ronda los 40 millones de años de antigüedad.
Si bien los dinosaurios ya se habían extinguido, la fauna de aquella era difería mucho de la que cohabita con nosotros en la actualidad. Las aves reinaban en nuestro planeta y los pingüinos, en particular, mostraban especies de tamaños descomunales que podían superar los 2 metros de altura -el magnífico pingüino emperador que hoy puebla algunas regiones de la Antártida, en comparación, queda eclipsado con sus 1,2 metros de estatura-.

Sin embargo, científicos argentinos acaban de realizar un descubrimiento que agrega nueva información a lo que sabíamos sobre el ecosistema antártico del Eoceno: Dos húmeros minúsculos que habrían pertenecido a las alas de una especie desconocida de pingüinos.

En principio se creyó que, por su tamaño, se trataba de especímenes jóvenes, pero luego de varios estudios y la comparación de la morfología de los húmeros en pichones antárticos de distintas edades y las patologías óseas conocidas en las aves actuales, se llegó a la conclusión de que pertenecían a un pingüino adulto, sin malformaciones ni mutaciones aparentes.

La evidencia sugiere que esta especie, bautizada Aprosdokitos mikrotero, no habría superado los 40 cm de estatura. Todavía no tenemos mucha más información de este “pingüino enano”, salvo que compartió hábitat con otros pingüinos que lo quintuplicaban en estatura, y confirma que durante el Eoceno la Antártida no era un territorio tan hostil como en la actualidad, sino que permitió el desarrollo de una fauna muy diversa.

Este descubrimiento es el resultado del trabajo de un equipo de científicos argentinos del Instituto Antártico Argentino (IAA) -dependiente de la Dirección Nacional del Antártico de la Cancillería-, y de la División Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata (MLP). Por su relevancia, fue publicado en la prestigiosa revista científica alemana Neues Jahrbuch für Geologie und Paläontologie y dio lugar a la asignación de una nueva especie fósil.

Este proyecto, cuyo objetivo principal es reconstruir los paleoambientes del sector oriental de la Península Antártica en el lapso que media entre los períodos Jurásico y Terciario, lleva más de tres décadas de trabajos de campo en el marco de un proyecto de investigación de paleontólogos y geólogos argentinos del IAA trabajando en conjunto con los investigadores invitados del Museo de La Plata.

La investigación científica antártica es un pilar fundamental de nuestra Política Nacional Antártica, que tiene por finalidad el afianzamiento de los derechos argentinos de soberanía en la Antártida y el incremento de la influencia de la Argentina en la toma de decisiones en el Sistema del Tratado Antártico. Estos resultados son consecuencia del continuo desarrollo y soporte a las investigaciones científicas del Instituto Antártico Argentino, respaldadas por la Dirección Nacional del Antártico, donde se diagrama esta Política Nacional.

El misterioso ADN descubierto en una cueva bajo el hielo de Antártica



Bajo un denso manto de hielo, en las profundidades del continente antártico, podría haber plantas y animales viviendo el clima cálido de las cuevas subterráneas.
Esto es lo que propone un equipo internacional de científicos que investigaron un extenso sistema de cuevas subterráneas alrededor del Monte Erebus, el segundo volcán activo de Antártica, en la isla de Ross.
Las muestras de suelo recogidas en las cuevas revelaron rastros de ADN de algas, musgos y pequeños animales.

Según explicó Ceridwen Fraser, investigadora de la Universidad Nacional de Australia (ANU), en Canberra, y coautora del estudio, la mayoría de las muestras se parecen a la de plantas y animales del resto de Antártica.

Sin embargo, algunas secuencias no pudieron ser identificadas, con lo cual una investigación más completa podría revelar especies que aún no han sido descubiertas.

Ambiente cálido

"Dentro de las cuevas puede estar muy cálido (hasta 25º en algunas cuevas). Puedes estar en camiseta y sentirte cómodo", afirmó Fraser.
"Cerca de la entrada hay luz y en algunas cuevas la luz se filtra a más profundidad cuando la capa de hielo es delgada".

Derechos de autor de la imagen NASA/GSFC/METI/ERSDAC/JAROS, y U.S./Japan ASTER
Image caption En las cuevas bajo el hielo cerca del volcán las temperaturas pueden alcanzar los 25º.
Según la investigadora, las muestras son evidencia de que potencialmente hay plantas y animales vivos en las cuevas.

"Pero no los hemos visto y por lo tanto no podemos estar seguros", le dijo la investigadora a medios australianos.
Todo indica "que puede haber comunidades enteras de plantas y animales que no conocemos viviendo bajo el hielo", añadió.

En busca de los animales

Craig Cary, investigador de la Universidad de Waikato en Nueva Zelanda y coautor del estudio, señaló que investigaciones previas habían descubierto una serie de bacterias y hongos en los volcanes antárticos.

"Los hallazgos de este nuevo estudio indican que puede haber plantas y animales más complejos también".

Los investigadores deberán ahora confirmar si están o no en las cuevas.

"Los próximos pasos consistirán en mirar en más detalle las cuevas y buscar organismos vivos. Si existen, abren la puerta a un mundo nuevo y emocionante", afirmó Laurie Connell, coautora del estudio de la Universidad de Maine.

El continente blanco contienen varios volcanes, agregan los investigadores. Esto significa que los sistemas de cuevas subglaciales podrían ser más comunes de lo pensado.

ooOoo

Monte Erebus

Fuente texto e imágenes: https://es.wikipedia.org/wiki/Monte_Erebus

Monte Erebus
Mt erebus.jpg
 ... Es el volcán activo más austral de la Tierra. Tiene una altitud de 3.794 metros y está localizado en la isla de Ross, que también tiene otros tres volcanes inactivos, entre ellos el monte Terror. Esta montaña forma parte del Anillo de Fuego del Pacífico, que incluye 160 volcanes activos.
Se ha observado que este volcán ha estado continuamente activo desde 1972, y en sus inmediaciones se encuentra el Observatorio del Volcán Monte Erebus, dirigido por el Instituto de Tecnología y Minería de Nuevo México (New Mexico Tech). Es uno de los tres volcanes de la Antártida (junto a la isla Decepción y a la isla Buckle) en donde se han observado erupciones2
El cráter es uno de los pocos lagos de lava permanentes en el mundo.

Historia

El monte Erebus fue descubierto el 27 de enero de 1841 por el explorador polar Sir James Clark Ross, cuyas naves se llamaban HMS Erebus y HMS Terror, (que también fueron usadas por Sir John Franklin en su desastrosa expedición al Ártico). Tanto la nave como el volcán toman su nombre de Érebo, el dios griego primigenio, personificación de la oscuridad y las sombras e hijo de Caos y Ananké.
El primer ascenso completo hasta el borde del cráter principal fue realizado por Edgeworth David y su equipo, miembros de la expedición Nimrod de 1908, liderada por sir Ernest Shackleton.3​ El primer ascenso conocido en solitario a este monte fue realizado por Charles J. Blackmer entre el 19 y el 20 de enero de 1991. Blackmer, un herrero que trabajó por muchos años en la estación McMurdo, completó esta escalada en un período de 24 horas, tomándole el ascenso aproximadamente unas 17 horas. Este evento ha sido citado en dos libros sobre experiencias en la Antártida: Terra Incognita de Sara Wheeler y Big Dead Place (Gran Lugar Muerto), de Nicholas Johnson.


Monte Erebus ubicada en Antártida



viernes, 21 de julio de 2017

morfología detallada del fondo marino en el Este de la Antártica

Estudio revela morfología detallada del fondo marino en el Este de la Antártica



Durante dos veranos consecutivos, 2013-14 y 2014-15, una encuesta batimétrica colaborativa, que empleó pequeños barcos de trabajo científicos, recogió un conjunto de datos de sonar multifrecuencia de alta resolución que abarca un área de aprox. 33 km2 en las inmediaciones de las islas Windmill, East Antarctica, adyacente a la estación de investigación australiana, Casey.

La encuesta se completó como un programa conjunto de la División Australiana Antártica (AAD), Geoscience Australia (GA) y la Royal Australian Navy (RAN) para mejorar la comprensión del entorno cerca de la costa cerca de las estaciones de investigación de Australia y actualizar Navegación marítima de la región.


Estos nuevos datos permiten la visualización de la morfología del fondo marino en un detalle sin precedentes. Una serie de características geomorfológicas son evidentes, incluyendo conjuntos de fallas de roca base lineal, redes de canales de aguas de deshielo subglaciales, lineamientos glaciales y conjuntos de morenas de empuje. La pequeña sedimentación post-glacial se conserva en varias pequeñas cuencas aisladas. Más detalles en Geomorphology.

Los datos batimétricos recogidos cumplieron o superaron las especificaciones de la 1ra Organización Hidrográfica Internacional (OHI) y la Australian Hydrographic Office (AUS 601, 4a edición, noviembre de 2015) ha publicado una carta de navegación revisada. Los conjuntos de datos de la encuesta se pueden descargar desde el sitio web de Geoscience Australia.  @prensaantartica

jueves, 13 de julio de 2017

Desprendimiento de bloque de hielo en la barrera Larcen C de la Península Antártica

“Estos desprendimientos son nada más ni nada menos glaciares que se han formado en el continente antártico” dijo Rabassa
GIGANTESCO ICEBERG DE LA ANTÁRTIDA

“Estos desprendimientos son nada más ni nada menos glaciares que se han formado en el continente antártico” dijo Rabassa

13/07/2017
C
on un área aproximada de 5.800 kilómetros cuadrados y un peso estimado en un millón de toneladas, el enorme bloque de hielo se separó de la masa de hielo del Polo Sur.
La partición, sin embargo, no afectará al nivel del mar global porque el hielo que se ha desprendido ya estaba a flote en el océano. El desprendimiento se produjo entre el lunes y miércoles.

Al respecto el investigador y profesor del CADIC, Dr. Jorge Rabassa, señaló que “este fenómeno de formación de grandes témpanos se origina a partir de las llamadas barreras de hielo en la península Antártica” y las calificó como “muy común, hace muchísimo tiempo que suceden”, aseguró.

Respecto al desprendimiento del enorme bloque de hielo indicó que “lo que sucede es que estas barreras de hielo son prolongaciones parcialmente flotantes de los glaciares de la península Antártica y que aparentemente por la consecuencia del calentamiento global, han formado estos grandes témpanos”.

En declaraciones al programa “Vamos a portarnos mal”, Rabassa detalló que el fenómeno “estaría vinculado con mayores temperaturas del agua de mar y con ello una mayor frecuencia en la aparición de estas enormes grietas que van seccionando parte de esa barrera de hielo”.
Asimismo, mencionó que “hace meses que estamos esperando esta circunstancia. La información ha circulado por todo el planeta y muchos científicos estaban atentos sobre lo que sucedería o cuando se iba a producir la rotura definitiva”.

Rabassa explicó que “la barrera Larcen C es la más austral de las tres barreras, en la costa oriental en la Península Antártica. Esta región está dominada por una corriente en el mar de Weddell que gira -si la estuviéramos viéndola desde el espacio- en el sentido de las agujas del reloj. Por lo tanto este tempano va a ser llevado por esta corriente primero hacia el norte o puede ser impacte sobre el archipiélago de las Islas Orcadas o que sigan más al norte en cuyo caso será tomado por la corriente circunpolar antártica, que es una corriente muy fuerte y puede provocar la fragmentación del tempano y quedar reducido sustancialmente en sus dimensiones”.
El ex director del Centro de Investigaciones Científicas de Ushuaia dijo que “eventualmente un tempano puede atravesar la zona de influencia de la corriente circunpolar, por lo que también podría dirigirse hacia Malvinas o hacia el océano atlántico abierto o bien desplazarse por la corriente de Malvinas en una posición mucho más cercana a la costa Atlántica de nuestro continente. Cuando esto sucede es cuando aparecen pingüinos perdidos aislados, algunos individuos solos, que pueden aparecer hasta en la costa sur de Brasil”.

Ecosistema marino

En el caso del ecosistema marino, Rabassa indicó que “en el caso de los pingüinos son aves que han aprovechado el tempano para subir o descansar o recuperarse debido a la tensa actividad que tienen para alimentarse, sin embargo algunos aparecen en aguas más cálidas ya que el tempano se derrite rápidamente, entonces lo que buscan los pingüinos es refugiarse en la costa, este fenómeno es común históricamente ha sucedido”.

“Esto no afecta la fauna marina ni las aves de la región, lo que sí creo que es interesante sobre lo que sucede con los ecosistemas marinos que están debajo de las barreras de hielo porque esa barrea de hielo ha existido por más ciento de miles de años, entonces hay todo un ecosistema desarrollado y adaptado a las condiciones de vida debajo de la barrera que en ese caso se encuentran con una pérdida de su ambiente habitual de vida, esto habría que charlarlo con biólogos antárticos, a mí se me ocurre que es uno de los aspectos de gran interés que generan estos episodios en la formación de estos grandes témpanos”.

Asimismo, indicó que “no sé si –este tempano- es el más grande de la historia, es muy difícil de decirlo, pero toda la península antártica es una productora habitual de témpanos de esta naturaleza, que son realmente impresionantes, ya que en algunos casos tienen 30 o 40 metros en el frente de hielo que emerge sobre el nivel del mar, eso hace de una gigantesca vela por lo cual el tempano es impulsado por el viento en forma conjunta por corrientes oceánicas combinadas”.

Acotando que “por debajo podría tener ocho veces más de profundidad”. Si bien explicó que es un peligro para la navegación “el mar está totalmente congelado, no creo que haya ningún barco navegando en esas cercanías, todo el mar de Weddell se congela durante el invierno. Salvo que sea un capitán audaz o que no utilice el instrumental que tiene su barco o que este dormido o que se haya excedido con la comida y la bebida. No hay nada que temer no va a suceder un nuevo Titanic”, afirmó.

Respecto al desplazamiento de este bloque de hielo aseguró que “es muy lento, de hecho cuando uno ve el mar de Weddell y ve estos grandes témpanos tabulares, prácticamente no se puede reconocer su movimiento. En este primer tiempo el movimiento va a ser muy muy lento sobre todo con el mar congelado de apenas unos metros por día”, sin embargo “más adelante, cuando el tempano se vaya fragmentando y se encuentre en condiciones de mar abierto la velocidad de desplazamiento puede ser mayor”. También dijo que el iceberg “puede derretirse en dos o tres años o puede persistir muchos años más, todo depende de la ubicación en que se encuentra y cuan sometido este a la acción de las corrientes marinas”.

Por último, Rabassa señaló que “estos desprendimientos son nada más ni nada menos glaciares que se han formado en el continente antártico y que luego a medida que se van moviendo se van expandiendo hacia aguas poco profundas, al principio están apoyadas sobre el fondo marino y luego en las partes más lejanas. Estas formaciones tienen forma de una lengua flotante de hielo. En última instancia es hielo que se formó sobre el continente y que finalmente llego al mar, estos dos témpanos no son aguas marinas congeladas, sino que son hielo formado en el continente es decir agua dulce”.

Fuente

domingo, 2 de julio de 2017

Extraen ADN de especie extinta de Sudamérica descubierta por Darwin en la Patagonia en 1834




Se obtuvo el ADN mitocondrial de una Macrauchenia, una especie extinta descubierta por Darwin en la Patagonia en 1834 y que representa una rareza evolutiva: tiene un cuerpo semejante a un camello y la trompa similar a un tapir. Este logro fue producto de una investigación internacional de la que participaron científicos argentinos.

El doctor Javier Nicolás Gelfo del Museo de La Plata y del Conicet comentó que “obtener ADN antiguo es algo muy difícil y es la primera vez que se logra en uno de los cinco grupos de ungulados nativos de Sudamérica y que se corresponde con la Macrauchenia, última especie del linaje de los Litopterna que se extendió por casi 65 millones de años”.

A partir de la recuperación de su ADN, uno recuerda la película Jurasic Park y se cuestiona si sería posible traer a estos animales nuevamente a la vida. Al respecto, Gelfo indicó que “no es esa la finalidad del estudio y, por ahora, tampoco sería factible; sería más probable traer nuevamente a la vida a los mamuts, a partir del ADN antiguo que se obtuvo de ejemplares congelados descubiertos en Siberia”.

“Es más fácil lograrlo con los mamuts porque tienen familiares vivientes, que son los elefantes, y uno puede completar la secuencia faltante del ADN del mamut con el del elefante; en cambio, la Macrauchenia no tiene representantes vivientes”, explicó el paleontólogo Gelfo, uno de los autores del estudio que se publicó hace instantes en la revista Nature communications.

Sin embargo, el especialista aseveró que “cuando se escribió Jurasic Park, aun no era factible secuenciar y obtener ADN mitocondrial antiguo y, ahora, eso ya es posible, con lo cual los límites actuales se pueden ir superando y dependen de las propuestas que nos pongamos para superarlos”.
“Ahora se abre el debate sobre los alimentos transgénicos, pero lo cierto es que los humanos hemos realizado selección genética desde iniciamos la agricultura y la ganadería, por lo que recuperar la diversidad genética del pasado nos permite saber en qué condiciones algunos genomas pudieron dar lugar a genotipos diferentes”, consideró Gelfo. Y agregó: “Las chances de mirar el futuro conociendo el pasado, nos enriquecen”.

Charles Darwin, eminencia histórica sobre la evolución de las especies, descubrió y puso atención en las macrauchenias. “Ocurre que esta especie representa un experimento evolutivo único, porque son animales de características muy llamativas”, indicó el investigador de la División Paleontología de Vertebrados del MLP.

El doctor Gelfo describió que “tenían cuerpo robusto, contextura fuerte; pisaban con tres dedos, lo cual es un rasgo interesante; y también son llamativas porque sus narinas están ubicadas hacia arriba, no hacia adelante como puede ser en el hocico de un perro, sino casi por encima de los ojos, como ocurre en cetáceos, tales como los delfines y las ballenas”.

“Uno puede observar la evolución del linaje de los Litopterna al cual pertenece la Macrauchenia y puede ir reconstruyendo cómo es que las narinas pasaron de estar en una posición, entre comillas, ‘normal’ hasta llegar a ubicarse casi a la altura de los ojos”, precisó el paleontólogo a la Agencia CTyS-UNLaM.

Estas modificaciones pudieron haberse debido a que los miembros de este linaje se desplazaban por ambientes áridos, con mucho polvo y con alto contenido de ceniza volcánica, por lo que estas trompas podrían haber sido seleccionadas evolutivamente como un mecanismo para filtrar el aire de una forma más efectiva. Además, es posible que estos animales se desplazaran en manadas, con lo cual habrían levantado mucha polvareda a su paso.

El linaje de los Litopterna fue tan extenso que se remonta a inicios del Cenozoico, cuando tuvieron un ancestro común con los Perissodactyla, linaje en el cual se agrupan los caballos y rinocerontes entre otras especies. En ese momento, compartían prácticamente el mismo ADN y se estima que esa especie común tuviera una contextura pequeña, fuera herbívora y tuviera dientes de corona baja similares a como hoy tienen los chanchos y jabalíes.

De este estudio internacional también formaron parte los doctores Marcelo Reguero y Mariano Bond del MLP, el investigador Alejandro Kramarz del Museo Argentino de Ciencia Naturales y la doctora Analía Forasiepi del IANIGLA-CONICET. En tanto, el Museo de San Pedro y el Museo de Mar del Plata colaboraron con la investigación.

El equipo de investigadores multidisciplinario también contó con especialistas de Chile, Uruguay, Francia, los cuales fueron coordinados por Michael Westbury y Michael Hofreiter del Instituto de Bioquímica y Biología de la Universidad de Postdam, Alemania, y Ross MacPhee del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.

El ejemplar que permitió obtener el ADN fue descubierto en una cueva del sitio arqueológico y paleontológico Baño Nuevo-1, ubicado al sur de Chile. “Esperábamos encontrarlo en huesos internos del oído por ejemplo, pero obtuvimos el resultado positivo de una falange, lo cual para nosotros fue inesperado, y demuestra que fue clave para esta preservación que el material fuera sepultado en un ambiente sin oxígeno, con poca humedad”, detalló el doctor Gelfo.
@prensaantartica

viernes, 30 de junio de 2017

EL 30 DE JUNIO DE 1900 - Tierra del Fuego cuenta con más de 166 mil cabezas ovinas



Tierra del Fuego cuenta con más de 166 mil cabezas ovinas




EL 30 DE JUNIO DE 1900

Tierra del Fuego cuenta con más de 166 mil cabezas ovinas

E
ste día, luego de la exitosa implantación ovina en la zona, se verifica que las majadas “se multiplicaban con bíblica fecundidad alcanzando sólo los ovinos las 166.874 cabezas” (Mateo Martinic B. La Tierra del Fuego).
La iniciativa ganadera de expandirse por la isla estaba en pleno desarrollo. En noviembre de 1893, las huestes de Mauricio Braun se aproximaban a las playas fueguinas “para explorar la costa en busca de un puerto hacia donde poder dirigir y descargar los materiales indispensables para iniciar las construcciones” y desembarcaron en la caleta Josefina (así nombrada en honor a la prometida del empresario), en la bahía Inútil. Allí, se instaló la cabeza de playa por la que irrumpió la invasión ganadera de la isla y se forjó el primer establecimiento de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego.
Tierra del Fuego había quedado al margen de la primera oleada colonizadora, que se esparció por la costa continental del estrecho de Magallanes.
La primera experiencia ganadera fueguina fue consumada por la sociedad Werhhahn, en 1885, en la bahía Gente Grande. Esta compañía fue conformada por “los comerciantes de Valparaíso, César, Hernán y Augusto  Werhhahn” y el alemán Rodolfo Stubenrauch. La concesión del gobierno chileno de 123 mil hectáreas se había concretado dos años antes. Allí se introdujeron las primeras seiscientas ovejas provenientes de las Malvinas. Esta experiencia no fue todo lo afortunada que prometía, pues los nativos dieron cuenta de gran parte de las majadas, según se lamentó Stubenrauch. 
Estas experiencias pioneras coincidían con las incursiones mineras que procuraban acopiar piedras auríferas y con la más destacada de ellas que fue el emprendimiento de Julio Popper en la península El Páramo, en el límite de la bahía San Sebastián.
“Ya para fines de 1894 la Sociedad Explotadora iniciaba en las vecindades de San Sebastián su segundo establecimiento y en abril de 1896 se encontraban en faena de poblamiento los campos argentinos vecinos recientemente adquiridos por la compañía, mientras en las postrimerías del siglo los ejecutivos del imperio ganadero que iba surgiendo en las estepas fueguinas planeaban la creación de un tercer gran establecimiento en la sección sur de la gran concesión Nogueira y que se haría realidad entrado el siglo XX” (op. cit). Esta concesión triplicaba la superficie otorgada a Werhhahn.
 Autor : Bernardo Veksler

jueves, 29 de junio de 2017

Tres nativos fueguinos son recibidos por los reyes británicos

Tres nativos fueguinos son recibidos por los reyes británicos

29/06/2017
T
res nativos fueguinos y Robert Fitz Roy son invitados al palacio Saint James por el rey William IV y la reina Adelaide, quienes tenían una gran curiosidad por conocerlos. Los monarcas quedaron favorablemente sorprendidos por el encuentro y les proporcionaron varios regalos. La reina se quitó un anillo de su dedo y se lo puso a la niña y le entregó uno de sus sombreros. Esta visita, fue publicada por la prensa londinense en sitios destacados.
Los fueguinos habían sido traídos por Fitz Roy a Londres un año antes, luego de ser secuestrados en el canal Beagle. Sus nombres eran: Yokcushlu (rebautizada como Fuegia Basket) de 9 años, Ellaparu  (York Minster) de 26 años, Orundellico (Jemmy Button) de 14 años y un joven de 20 años que falleció afectado de viruela unos meses después de su arribo a Londres. Su nombre no quedó registrado, sólo como fue rebautizado por los ingleses: Boat Memory.
Los fueguinos primero fueron alojados en el puerto de Plymouth y luego llevados a una granja cercana. Boat Memory, según Fitz Roy, era "el fueguino mejor formado que he visto, un espécimen muy favorable de su raza". Al manifestar los síntomas de la enfermedad fue trasladado “de emergencia al moderno Hospital Naval de Plymouth, donde murió. Los otros tres resistieron las enfermedades y fueron llevados a Walthamstow, un barrio en las afueras de Londres, donde se les educó” (Cristóbal Marín. El Mercurio, 26/10/2003). 
Del destino del cuerpo no quedaron rastros, hasta que, en 1950, el doctor Alfred Meyer “encontró el cuerpo de un indígena muy bien constituido, que según sus cálculos había sido embalsamado durante la década de 1830. Investigando acerca de los múltiples indígenas traídos a Londres por esas fechas, se encontró con el caso de los fueguinos de Fitz Roy y la muerte de Boat Memory”. El médico “se obsesionó con la posibilidad que fuera ese fueguino y que su cuerpo hubiese sido apropiado ilegalmente y usado para la investigación científica (…) Pero no encontró evidencias y murió sin confirmar su inquietante hipótesis”.
Los tres sobrevivientes, meses después, fueron retornados a su tierra de origen con el propósito de que se conviertan en mediadores entre los ingleses y su pueblo. Pero, los resultados no fueron los esperados. Los tres abandonaron los hábitos impuestos y retornaron a su vida de canoeros.
 Autor : Bernardo Veksler

Cambio climático destapa nuevos hábitats en la Antártica




El aumento de temperaturas modificará drásticamente el ambiente y la biodiversidad del continente antártico. Según un nuevo estudio, el deshielo expandirá para finales de siglo hasta un 25% el territorio habitable de la flora y fauna autóctonas, al mismo tiempo que permitirá la entrada de especies invasoras. Pero los científicos desconocen aún si los efectos del cambio climático beneficiarán o amenazarán a los seres vivos de la Antártica.

Un gran número de investigaciones muestran las consecuencias del cambio climático en las placas de hielo de la Antártida y en el nivel del mar. Sin embargo, los efectos de este fenómeno climático sobre la biodiversidad hasta ahora no habían sido examinados.

Un estudio, liderado por Jasmine Lee, experta en Biología de la Conservación de la Universidad de Queensland (Australia), ha evaluado por primera vez de forma cuantitativa los impactos del calentamiento global en las especies antárticas –focas, pájaros de mar, nematodos, microbios y vegetación– de las regiones libres de hielo, publicó la Agencia Sinc.

Los resultados, publicados en Nature, afirman que en el transcurso de este siglo, el aumento de las superficies terrestres sin hielo expandirá el hábitat de la fauna y flora antárticas e incrementará la biodiversidad del lugar.

La mayor disponibilidad de territorio no solo beneficiará a los seres vivos de la región, señalan los científicos, también permitirá la entrada de nuevas especies invasoras que, en la lucha por la supervivencia, provocarán consecuentemente la homogenización y extinción de especies en el continente blanco.

Efectos del cambio climático en la biodiversidad

Los expertos han realizado el estudio teniendo en cuenta el peor de los dos escenarios previstos por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Bajo este contexto, a finales de siglo, las zonas libres de hielo se expandirán 17.000 km2 y aumentarán en un 25% su espacio. El 85% de deshielo se producirá en el norte de la península antártica y el otro 15% en puntos concretos de la costa este y en algunas islas de sur.

Sin embargo, por ahora, los investigadores no han averiguado si las consecuencias positivas del calentamiento global en las especies antárticas contrarrestarán a las negativas. Así, los expertos advierten sobre la necesidad de realizar estudios a largo plazo que determinen los impactos de este fenómeno en la biodiversidad del lugar.

Si se reducen las emisiones de gas y se mantiene el aumento global de la temperatura por debajo de los 2 ºC , los científicos indican que los efectos sobre el hábitat y la biodiversidad podrían disminuir a finales de siglo.
  @prensaantatica

martes, 27 de junio de 2017

Metagenómica: una ventana de oportunidad para el estudio de ecosistemas antárticos y subantárticos




Por Fabiola Arcos, investigadora Centro Regional Fundación CEQUA

Los avances metodológicos de la biología molecular (aislamiento y purificación de ácidos nucleicos (ADN y ARN), secuenciación masiva de nueva generación (NGS) y ensamblado de secuencias y genomas), han hecho posible el desarrollo de una nueva área de conocimiento: la Metagenómica.
La metagenómica es el análisis del metagenóma, el cual es el conjunto del ADN de los diversos microorganismos presentes en un hábitat. Además es una herramienta novedosa que estudia los genes microbianos de una población.

Desde el punto de vista biotecnológico, la metagenómica es una herramienta importante en la búsqueda de nuevas actividades enzimáticas de interés industrial. Sus alcances han sido sorprendentes, ya que ha permitido el descubrimiento de nuevos antibióticos, genes, enzimas, estructuras proteicas y rutas metabólicas.

A partir de los primeros estudios realizados en el año 2000, esta disciplina se diversificó en la búsqueda de nuevos antibióticos, enzimas, rutas metabólicas y estudios de dinámica de poblaciones no caracterizadas y de importancia biotecnológica. Estos trabajos también sentaron la base metodológica de la metagenómica que consiste en la: selección de la muestra ambiental, la extracción de ADN, la selección del método de análisis (secuenciación, escrutinio funcional, etc.) y la integración de la información.

Un ejemplo es el megaproyecto realizado por el grupo de la investigadora Valeria Souza Saldívar de la UNAM, sobre el estudio de diversidad microbiana que se realiza en Cuatro Ciénegas, Coahuila, México, , el cual es un conjunto de 300 pozas de agua salada en el desierto de Chihuahua, muchas de ellas termales (30-40°C) y algunas ricas en sales pero pobres en nutrientes (oligotrófico) con condiciones ambientales semejantes a la tierra primitiva y a otros planetas como Marte (Escalante et al. 2008). Mediante el uso de metagenómica se descubrió que la diversidad microbiana acuática encontrada en Cuatro Ciénegas es sorprendentemente una de las más diversas del planeta (Nee, 2003).

Adicionalmente, por medio de metagenómica comparativa se ha estudiado la población de dos comunidades de tapetes microbianos acuáticos (rojos y verdes) con nutrientes limitantes distintos en Cuatro Ciénegas. Se encontró que a pesar de que el medio es pobre en distintos nutrientes, los complejos microbianos utilizan distintas estrategias de sobrevivencia (Peimbert et al. 2012).
Por otra parte, las regiones frías del planeta como el Polo Norte, la Antártica, los Andes, regiones congeladas de países nórdicos entre otros han sido de interés para estudiar la diversidad y la dinámica microbiana debido a que son sitios interesantes desde distintos puntos de vista: estructura de proteínas, mecanismos de supervivencia, aplicaciones industriales y astrobiológico (astrobiología: disciplina científica que estudia el origen de la vida en el universo).

De los análisis metagenómicos y metatranscriptómicos (metatranscriptómica: estudio del ARN de una comunidad ambiental) en ambientes hipersalinos o halofílicos (aquellos que poseen una concentración salina elevada, muy superior a la de los hábitats acuáticos marinos y oceánicos) de la Antártica se han identificado genes que no corresponden a taxas conocidas de ambientes fríos y que podrían ser nuevos representantes de estas taxas capaces de sobrevivir en crioambientes halofílicos (Lay et al., 2013).

En las condiciones donde disminuye rápidamente la temperatura, mediante la metagenómica se encontró que numerosos genes llamados “cold-shock response” se activan para regular el metabolismo a diferentes niveles, desde la protección del ADN, hasta la inducción de vías metabólicas relacionadas con la síntesis de crioprotectores [Lewin et al., 2013).

Estos estudios proveen evidencia de cómo los microorganismos son exitosos en ambientes extremos de nuestro planeta y plantear hipótesis de cómo podrían sobrevivir en otros sistemas exo-planetarios donde se ha encontrado agua, como Marte y las lunas Europa y Encelado (Lay et al., 2013).

En el Centro Regional Fundación CEQUA iniciaremos un megaproyecto de metagenómica con colaboración de la Dra. Valeria Souza Saldívar, para iniciar un monitoreo sistemático de las comunidades microbianas de fiordos y canales de la región de Magallanes y Antártica chilena. @prensaantartica

Durvillaea antarctica


Fuente: La Tercera

Científicos encuentran cochayuyo en la Antártica

Autor: Cristina Espinoza.

Son trozos del alga que flotan hasta el continente blanco, pasando una barrera que no se sabía que pudieran traspasar.

Científicos encuentran cochayuyo en la Antártica

A pesar de su nombre científico, el cochayuyo (Durvillaea antarctica) no está presente en la Antártica. El alga parda se distribuye entre la Región de Coquimbo y Magallanes, además de en Nueva Zelanda, pero este año, durante la Expedición Científica Antártica (ECA) 53°, de febrero, un grupo de investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Ideal), la detectó en las cercanías de la Base Escudero, en Bahía Fildes, isla cercana a la Península Antártica.

Para llegar hasta allí, los ejemplares debieron atravesar la corriente Circumpolar Antártica y el Frente Polar Antártico, considerados barreras que impiden el paso de organismos de un lugar a otro. Los investigadores ahora estudian cómo lo logró.

Sin reportes

Hasta ahora se sabía que cerca de 70 millones de parches flotantes de cochayuyo estaban alrededor de la corriente Circumpolar Antártica (que gira en sentido oeste-este alrededor del continente), pero no habían reportes de que las láminas flotantes (las mismas que se venden para consumo humano), pudieran cruzar. “Se demuestra que algunas especies pueden cruzar el Frente Polar Antártico, que impide el paso o la dispersión entre Sudamérica y Antártica. Que ciertos organismos tengan capacidad de llegar es relevante”, señala Erasmo Macaya, investigador de la Universidad de Concepción y del centro Ideal.

Los investigadores encontraron dos muestras de la especie, evidencia de que pueden pasar la corriente, pero además llevar organismos en su cuerpo; moluscos o crustáceos, por lo que se puede transformar en un vehículo de dispersión. “Eran trozos bastante grandes, un metro y medio tenía uno de los trozos que encontré y estaba reproductivo. Son ejemplares adultos, uno tenía crustáceos sobre el cuerpo, indicadores de que llevan harto tiempo flotando”, indica Macaya.

Los análisis ahora permitirán saber cuánto tiempo estuvo flotando, y a través de la genética, su fuente potencial de origen, que podrían ser las islas subantárticas.
Macaya sostiene que a corto plazo no debería tener impacto, pues son trozos pequeños, pero si sigue ocurriendo podría servir para el desplazamiento de especies.

En un contexto de cambio global donde se proyecta el incremento de la temperatura del mar, podría ser más recurrente y tener consecuencias.

martes, 13 de junio de 2017

Parásitos de zonas antártica y subantártica son protagonistas de investigación científica




  • Los parásitos son uno de los grupos zoológicos que han recibido menor atención al evaluar la biodiversidad en distintos ambientes. En la actualidad se reconoce la participación de las especies parasitarias como piezas clave en el funcionamiento y estructura de distintos ecosistemas, debido al papel regulador que poseen sobre las poblaciones que infectan .
  • “El nexo entre Antártica y Subantártica está en que estuvieron juntos y cuando se separaron los continentes y se creó el frente polar antártico esta corriente circunpolar antártica generó una barrera. Lo interesante de analizar es ver si efectivamente se ha generado una adaptación de los parásitos en estas zonas extremas”, opina la investigadora Isabel Valdivia
  • El estudio permitirá tomar muestras desde Chiloé, la última parte de las islas subantárticas, continuando por Puerto Aysén, Golfo de Penas, Puerto Edén, Punta Arenas y Ushuaia.
Por qué estudiar los parásitos. Esa es la pregunta que constantemente le hacen a Isabel Valdivia Rojas, doctora en Ciencias Aplicadas en Sistemas Marinos Costeros, quien ha dedicado parte importante de su labor investigativa a los secretos de los parásitos, individuos cuestionados por la mayoría de las personas y sindicados como los causantes de numerosos inconvenientes para la vida en general.

“La mayoría de la gente se pregunta para qué nos sirven los parásitos y cuál es su importancia, porque supuestamente hacen daño. Todo el mundo piensa eso. Si uno lo pone a nivel de individuo y de un solo organismo, el parásito genera un efecto negativo. De hecho, dentro de las relaciones binarias el parásito tiene una relación positiva y el hospedador una relación negativa. Pero, cuando uno evalúa un poco más allá, la importancia de los parásitos dentro de los ecosistemas es que facilitan la depredación y disminuyen la competencia entre las especies”, señala la científica que lidera una original investigación sobre los parásitos existentes en las zonas subantártica y antártica.

“Filogeografía y diversificación de las especies del género Macvicaria (Digenea: opecoelidae) en Harpagiferidae (Perciformes: Norothenoidei) en la zona antártica y subantártica” se titula el estudio que se extenderá por tres años y que cuenta con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt).

Isabel se incorporó a principios de este año al Centro Regional Fundación CEQUA como investigadora de la Línea de Ecología de Ecosistemas Acuáticos y anteriormente se desempeñó en las regiones de Antofagasta y de Los Ríos. Y comenta que desde siempre le ha gustado trabajar con organismos con ciclos de vida complejos y que, en este caso, aborda el modelo de estudio de los parásitos, entre los que destaca a los Digenea.

Un parásito es un organismo que vive dentro o sobre otro ser vivo (hospedador) durante todo su ciclo de vida, y se alimenta de él sin matarlo. Representan un gran número de grupos taxonómicos y se encuentran en todos los ecosistemas. De hecho, se estima que cada Metazoa (clasificación científica referida a los animales) tiene al menos un parásito. Representan al menos al 40% de las especies descritas y podrían duplican la riqueza de especies que sus hospedadores vertebrados.

Los parásitos son uno de los grupos zoológicos que han recibido menor atención al evaluar la biodiversidad en distintos ambientes. En la actualidad se reconoce la participación de las especies parasitarias como piezas clave en la biodiversidad de distintos ecosistemas.

Parásitos en peces

“Harpagiferidae son peces que han tenido una diversificación antártica y subantártica. Se encuentran particularmente en la Antártica, pero también hay en la isla de Tierra del Fuego y algunas islas subantárticas”, señala la profesional.

El estudio permitirá analizar si los parásitos de estos peces tuvieron esta diversificación y especiación similar a la de sus hospedadores, la que se produce por aislamiento geográfico principalmente . Esto parte del hecho que se ha postulado que cuando un hospedador migra hacia otro lado, aparentemente los parásitos pueden migrar con ellos, adaptarse y diversificarse de tal forma que aparecen nuevas especies. Todo esto también conlleva a una coespeciación entre el parásito y el hospedador.

En su análisis considera la filogeografía, que muestra cómo los linajes genéticos se relacionan en un gradiente latitudinal, es decir, en una distribución geográfica. “Hasta el momento nosotros hemos identificado, a través de sistemática molecular y taxonomía tradicional al digeneo Macvicaria georgiana, especie hasta ahora ha sido registrada sólo en la Antártica, destacando que la identificación de los parásitos en peces de esta zona se había realizado sólo con taxonomía tradicional, y por primera vez se está complementando la identificación de especies con sistemática molecular, lo cual fue parte de un proyecto financiado por Inach, pero ahora lo que vamos hacer en este proyecto Fondecyt es determinar si las diferentes poblaciones de este digeneo, en diferentes localidades de la Antártica, son una misma población o poblaciones distintas ”, advierte.

En el caso de Isabel, su propuesta considera inicialmente, buscar y determinar a través de sistemática molecular, cuántas especies de Macvicaria en las distintas especies de Harpagiferidae, tanto en la Patagonia Austral, así como en las Islas subantárticas alrededor del continente antártico.

Puntos de muestreo

La investigación de Isabel considerará puntos de muestreo en la Antártica desde Base Yelcho hasta Bahía Fildes. Eso tiene que ver con la logística que puede otorgar Inach, a través de un convenio con Fondecyt centrado en proyectos de investigación relacionados con el continente antártico. Varias instituciones ligadas a la ciencia la han apoyado en la obtención de muestras. Ejemplo de ello fue el aporte del Centro Ideal que recogió muestras en los fiordos Pía y Yendegaia. Asimismo, otros investigadores, como el doctor Ellie Poulin que prestarán apoyo con muestras en otros lugares como las islas Falkland o Malvinas.

El estudio permitirá tomar muestras desde Chiloé, continuando por Puerto Aysén, Golfo de Penas, Puerto Edén, Punta Arenas y Ushuaia.

Todo esto, porque se necesita tomar muestras que abarquen todo el rango geográfico donde se distribuyen los peces Harpagiferidae y hay que generar información para determinar la presencia del parásito que vive con ellos.

Ya tiene muestras de algunos de los lugares que incluye su proyecto y está evaluando si la especie que está en la Antártica es la misma que en los otros puntos de muestreos, por lo que la comparación será bastante extensa. En filogeografía trabajará con todas las muestras que obtenga desde los distintos puntos de muestreos y que resulten ser la misma especie, y para ello utilizará marcadores moleculares (marcas que están en el ADN) y determinar con ello si estos parásitos pertenecen a una misma población y ver, de esta manera también, qué tan extensas pueden encontrarse estos parásitos.
Hasta ahora ya comprobó que está la misma especie de parásito, desde Yelcho hasta bahía Fildes, en el continente blanco. Se trata de una zona geográfica en la que comenzó a trabajar hace tres años, con otros dos proyectos Inach, en uno como investigadora responsable y en otro como coinvestigadora.

¿Por qué estudiar a los parásitos?

Isabel Valdivia se especializó en ecología y evolución, por lo que focaliza su quehacer en la coevolución entre el parásito y su hospedador.

Al referirse a su estudio financiado por Fondecyt, destaca la importancia de estudiar a los parásitos, su divergencia y su filogeografía. Esto se relaciona con procesos importantes como la coespeciación y la coevolución.

Todo este estudio parte desde un trabajo que comenzó con una línea de investigación anterior, porque ya cuenta con un modelo de estudio. “Acá la pregunta es cómo se han ido diversificando los parásitos con respecto a sus hospedadores y si hay una relación de coespeciación o de coevolución. Eso sólo está en literatura pero no hay una comprobación empírica. De hecho, no hay estudios de diversificación en parásitos y sólo existe información teórica al respecto”, comenta.

En paralelo a este estudio, la investigadora está terminando un proyecto sobre la biodiversidad oculta que no se cuantifica ni evalúa. Explica que hay publicaciones científicas que muestran las tramas tróficas en un ecosistema sin considerar a los parásitos y cómo se complejizan esos sistemas al incluir los parásitos.

Y advierte que “la mayoría de la gente se pregunta para qué nos sirven los parásitos y cuál es su importancia porque hacen daño. Todo el mundo piensa eso. Si uno lo pone a nivel de individuo y de un solo organismo, el parásito genera un efecto negativo. De hecho, dentro de las relaciones binarias el parásito tiene una relación positiva y el hospedador una relación negativa. Pero cuando uno evalúa un poco más allá, la importancia de los parásitos dentro de los ecosistemas es que facilitan la depredación, disminuyen la competencia entre las especies y los links tróficos. Al facilitar los links tróficos hacen que el gasto de energía del predador sea menor sobre aquél organismo que está infectado”.

“El parásito necesita que aparezca un hospedador y se lo coma para que facilite su ciclo de vida y por eso facilita los links tróficos. En su defecto, si se excluye un parásito dentro de un estudio, el estudio está sesgado”, refuerza.

“Los parásitos tienen una utilidad biológica, porque son bioindicadores de la dieta de los predadores así como del cambio climático sobre un ecosistema”, agrega.

El hecho de que el estudio abarque las áreas subantártica y antártica figura como uno de los aspectos innovadores del proyecto, ya que esto no se ha hecho en otros análisis.

“El nexo entre Antártica y Subantártica está en que estuvieron juntos y cuando se separaron los continentes y se creó el frente polar antártico esta corriente circunpolar antártica genera una barrera. Lo interesante de analizar es ver si efectivamente se ha generado una adaptación de los parásitos en estas zonas extremas”, opina.

@prensaantartica