domingo, 8 de junio de 2014

Algunos Naufragios en la Zona Austral

"Hay una gran cantidad de naufragios alrededor de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Tormentas, fuertes vientos y corrientes, todo ha hecho de la zona un lugar lleno de restos de barcos. Las mismas condiciones que hicieron naufragar a esas naves son las razones por las que bucear en ellas es poco menos que imposible. Sin embargo, algunos naufragios (en el Canal Beagle)  son accesibles y la experiencia es inolvidable".

El "Mañana", un pequño bote de madera, colisionó de proa contra la costa, cerca de la punta de la península donde se encuentra el actual aeropuerto. Los mástiles, la cabina y la popa, hundidos en no más de 12 metros , son fácilmente identificables. Están cubiertos de esponjas, ascidias y algas. Algunos peces y centollas, encuentran refugio en su interior.

Cerca de Almanza, en la parte oriental del Canal, se encuentra el "Sarmiento". Este viejo vapor encalló cerca de la costa y está hundido parcialmente. Se lo bucea desde la playa. Está rodeado de algas y permite el acceso a su interior en algunos compartimientos.  Se requiere partir temprano en la mañana, ya que el lugar está alejado de la ciudad. Sin embargo, el paisaje y el naufragio bien valen la pena el esfuerzo.

Cuando el agua está calma y clara, es posible bucear el espectacular naufragio del "Monte Cervantes", localizado cerca del faro Les Eclaireurs. Este enorme crucero es la estrella del Canal. Está divido en dos partes. El casco está hundido en 80- 100 metros y está más allá del buceo deportivo. La superestructura, con los mástiles, cubiertas, cabinas y otras partes fácilmente reconocibles, se hallan a una profundidad de no más de 40 metros . Este es un buceo recomendado sólo a buzos con experiencia. El clima en la zona es impredecible y no hay reparos naturales cercanos que nos protejan. No es raro comenzar la inmersión en condiciones inmejorables, para volver a la superficie en medio de fuertes vientos y corrientes.

Fuente: http://www.expedicionesargentinas.com/expedicion-naufragios-en-el-canal-beagle-235.html



La saga del Monte Cervantes

Es así que el 15 de enero de 1930, a las 10:00 horas zarpó de la dársena A del puerto de Buenos Aires con destino a Puerto Madryn, Magallanes (Punta Arenas), Ushuaia, Yendegaia y regreso. Estaba al mando del Capitán Teodoro Dreyer (02-12-1874 / 23-01-1930) y llevaba como práctico de los Canales Fueguinos, al Capitán Rodolfo Hepe.  

El 22 de enero, minutos después de zarpar de Ushuaia, la nave toco fondo en la restinga del faro Les Eclaireurs, la cual se encuentra a 2 ¾ millas náuticas de Punta Segunda y se extiende por una milla en dirección Este - Oeste, dicho faro se encuentra en la posición 54° 52’ Sur y 068° 05’ Oeste.







El 23 de enero, la nave que había quedado hundida de proa y con una notable escora a babor, efectuó una vuelta campana quedando con una escora de 122°. El Capitán Dreyer que estaba abordo, pereció al voltearse la nave, siendo la única víctima del accidente y su cuerpo jamás fue encontrado.

Fuente: http://www.histarmar.com.ar/Naufragios/SagaMonteCervantesySC.htm

El Logos
Chile, Canal de beagle, naufragio barco Logos

Naufragio barco Logos

En septiembre de 1970 fue adquirido por la Educational Books Exhibits Limited of U. K. y rebautizado LOGOS para ser utilizado como buque misionero y biblioteca flotante.

Se desempeñaba como buque biblioteca de la Educational Books Exhibits Limited of U. K. desde el año 1971. En viaje de Ushuaia, a Puerto Madryn, varó a 500 yardas del Islote Solitario, el 4 de enero de 1988, a causa de un error de navegación.

 

Fragata Schulau

Nave alemana de casco de acero con aparejo de fragata de tres palos y 1.597 toneladas de registro, construido en el año 1895 en el astillero de Herman Frederick Groen van Waarder, de Amsterdam, Holanda, con el nombre de VONDEL.

Esta nave, bautizada en honor al escritor holandés Joost von den Vondel, fue construida para dar trabajo a los operarios del astillero y utilizada por la firma constructora hasta el año 1905, cuando fue vendida junto con su media hermana, la NICOLAAS WITSON, a Eugene Cellier, de Hamburgo, quien las re bautizó SCHULAU y BLAKENESE para destinarlas al transporte  de nitratos entre las costas de Chile y Europa.
Al mando del Capitán Christian Johnen, zarpó el 9 de junio de 1910, en viaje de Hamburgo con carga general destinada a Antofagast.

En una nota del diario El Magallanes, con fecha 4 de abril de 1912, cita el sitio del naufragio como Puerto Pescado, costa Noreste de la Isla Nueva, en la posición 53° 13’ S y 066° 33’ W.

Otros Buques Perdidos en el area del Canal de Beagle

Ver: www.histarmar.com.ar/Naufragios/2%20Canal%20Beagle/01-CB.htm 

 

 

El naufragio del ARA Fournier, cuyo destino era Ushuaia - Historias de apoyos mutuos.

El Monumento a los Náufragos del Rastreador A.R.A. Fournier se encuentra en la Avenida Prefectura Naval Argentina y Yaganes, en Ushuaia


El Rastreador A.R.A. "Fournier", fue botado el 5 de agosto de 1939 y destinado a la Escuadrilla de Rastreo y Minado, tenía su apostadero en la Base Naval de Puerto Belgrano.
El "Fournier" apoyó la Campaña Antártica 1942-43, operó con la Flota del Mar, fue buque de estación en Ushuaia, rescató en medio de grandes temporales al remolcador Olco y al velero chileno Cóndor, y en junio de 1947 llegó a la Base Antártica Decepción.

En la campaña antartica de los años 1942/43 el Aviso fournier rescato a la velero Chileno Condor (Foto)
En la historia marítima mundial, el antepenúltimo velero mercante, propulsado únicamente por la fuerza eólica fue la goleta de 5 palos “Cóndor”.
En efecto, los últimos veleros mercantes que cruzaron el Cabo de Hornos fueron la fragata chilena de tres palos “Calbuco” a fines de 1942, la goleta chilena, de 5 palos, “Cóndor” el 28 de diciembre de 1945, luego el “Passat” el 9 de julio de 1949, y el último fue el “Pamir”, el 11 de julio del mismo año, con cargamento de granos desde Australia a Europa.


El Fournier zarpó de Ushuaia a las 7.40 hs. del 21 de septiembre de 1949, dispuesto a internarse por el intrincado estrecho de Magallanes, pasar por territorio chileno y regresar a Ushuaia. 
Llegadas las primeras horas de la mañana del 22 de septiembre de 1949 era imposible comunicarse con el Fournier desde la Base Naval de Ushuaia, por lo que al día siguiente se inició su búsqueda por agua y por aire, dificultada por las tempestades y la niebla constantes. Participaron en las operaciones de rastreo, entre otros, el transporte San Julián, el rastreador Spiro, los remolcadores Chiriguano y Sanavirón, el buque hidrográfico Bahía Blanca y la fragata Trinidad.

"A mediados de septiembre de 1949, el patrullero Lautaro regresaba a su base en Punta Arenas, después de una comisión de reabastecimiento de faros en la parte oriental del estrecho de Magallanes. Al atracar al muelle, llamó la atención que el propio Almirante, Comandante en Jefe de la III Zona Naval, estuviese, en persona, esperando a la pequeña nave, junto a dos camiones cargados con víveres y elementos de auxilio y rescate. El Almirante subió rápido a bordo y se reunió con el Comandante en su camarote: ... ¿Qué pasaba?

Poco después se supo. Una nave de guerra argentina, el aviso Fournier, había zarpado hacia una semana desde Puerto Belgrano, en la parte argentina de la Patagonia, con destino a Ushuaia y no se tenían noticias de él y la Armada de ese país pedia auxilio para encontrarlo.

La misión asignada al Lautaro era aprovisionarse y zarpar de inmediato en busca del buque perdido, lo que se hizo en el brevísimo lapso de tan sólo una hora, sin tener tiempo la tripulación de ir a sus casas o siquiera avisar a sus familias de las cuales ya estaban ausentes largos dias.

...

Desde la latitud de punta Dungeness, el Comandante del Fournier pudo tomar dos rutas: una interior, por el estrecho de Magallanes, siguiendo los canales Magdalena, Balleneros y Canal del Beagle, hasta Ushuaia, y la otra, la ruta oceánica, bordeando por el Este de la isla grande de Tierra del Fuego; estrecho Le Maire entre la Isla de los Estados y la isla grande y Canal Beagle Oriental, hasta Ushuaia.

...

Los dias pasaban y no aparecía ninguna pista que permitiera dar con la nave perdida. Se exploraron todas las salidas desde los canales al océano, tales como bahía Desolada, bahía Cook y ... nada. En forma muy inusual, a medida que el Lautaro avanzaba por el estrecho de Magallanes, iba encontrándose con buques de guerra argentinos, -algunos fondeados y otros navegando-. Al ser interrogados, pedían autorización y se unían al Lautaro, con lo que se fue conformando una verdadera flotilla que comenzó con tres naves, llegando a juntar un total de 8.
...

El Lautaro tomó el control de la operación de rebusca y distribuyó las zonas de exploración de acuerdo a las condiciones marineras de cada nave. Así pasaron varios dias más -14 desde el zarpe de Punta Arenas-sin que se hubiera encontrado el menor indicio del buque perdido. Es difícil describir la enorme frustración que se experimenta en tales casos. No es frecuente que una nave con 69 tripulantes a bordo desaparezca sin dejar ningún rastro. Todo lo que se podía hacer era esperar ayuda divina ... y la ayuda, ¡por fin llegó!

Muy desmoralizados, los 5 buques de la flotilla, el Lautaro y 4 naves argentinas, fondearon ese anochecer en puerto Morris. Al comentar los sucesos del dia, antes de planificar el trabajo para el día siguiente, en reunión de Comandantes con sus Oficiales de Operaciones, el Comandante del buque argentino Spiro, gemelo del Fournier, sorprendido comentó que navegando frente a caleta Zig-Zag, a la altura de puerto Cono, -a la entrada del canal Gabriel-, había visto a un poblador tan despistado, que en su bote tenía izada la Bandera de Chile al revés, es decir con la estrella hacia abajo y el color rojo hacia arriba.

Los chilenos saltamos en el acto y le explicamos al argentino que esa acción del poblador no era descuido ni ignorancia, sino que al izar la bandera en esa forma el hombre estaba pidiendo auxilio.

Como la noche estaba ya muy avanzada y el tiempo tampoco era bueno, se acordó que los zarpes del día siguiente se harían una hora más temprano y que el Spiro se dirigiría de inmediato a Caleta Zig-Zag, para ver qué es lo que requería el poblador, lo que informaría de inmediato a todos los buques de la flotilla. Esta fue la primera señal útil que se obtuvo para empezar a desentrañar el misterio, hasta ahora insoluble, de un barco perdido sin dejar rastro. Aún no comenzaba a amanecer cuando los buques tocaron repetido y zarparon a sus zonas asignadas de rebusca.

El Spiro se dirigió a todo andar a caleta Zig-Zag, donde fondeó y envió un bote a tierra al mando de un Teniente. En tierra el poblador, hijo de chilote y yagana, le informó que unos 20 días atrás, había visto pasar un bote, llevado por la corriente. Echó su chalana al agua y lo alcanzó, encontrando dentro de él a dos cadáveres de marinos. Remolcó el bote hasta la orilla y para evitar que los cuerpos fuesen comidos por los perros, procedió a enterrarlos en la playa de arena y al ver pasar las naves frente a su casa, les izó la bandera al revés para pedir auxilio. El velo que cubría el enigmático episodio empezó a descorrerse. El Spiro llamó por radio al resto de los buques y todos concurrimos velozmente al lugar del hallazgo.
...
Era un hecho que no había sobrevivientes; que el Fournier ... se había hundido totalmente en un punto cercano a caleta Zig-Zag, en el llamado seno Magdalena."

El 4 de octubre de 1949 los diarios anunciaron  el naufragio del Fournier en Punta Cono -accidente geográfico de la isla Dawson, localizada a 54° 10' de latitud S y 71° de longitud O y rodeada por canales de entre 450 y 530 metros de profundidad promedio-, a la entrada del canal San Gabriel, 60 millas al sur de la ciudad chilena de Punta Arenas. La tripulación del Fournier estaba integrada por 77 marinos. No hubo sobrevivientes y el casco quedó para siempre en el fondo del mar. Sólo fue posible rescatar los restos de algunos de los tripulantes.

"El traslado de los restos mortales de estos marinos fue largo y penoso. Fueron embarcados en una chalupa y llevados a bordo del Lautaro, donde fueron colocados respetuosamente en toldilla, cubiertos con pabellones chilenos, excepto el Comandante, que fue cubierto con la única Bandera de Argentina existente a bordo. Una primera identificación, por sus prendas e insignias, indicó que se trataba del Comandante de la nave, su Segundo Comandante, el Oficial de Guardia, un Sargento enfermero y un Cabo, posiblemente el timonel de guardia. Todos los relojes marcaban la misma hora, las 5 h y 25 min, lo que nos hace suponer que a esa hora se produjo el naufragio o que por lo menos a esa hora los hombres cayeron al agua.
Sin duda el accidente fue repentino y su desenlace rápido, ya que el buque no tuvo tiempo para lanzar un S.O.S. marítimo."

"El informe obtenido de las anotaciones en el bitácora del Lautaro, coincidentes con los registros del Servicio Meteorológico de Punta Arenas, indicaban que ese día hubo un fuerte temporal de viento del norweste en esa parte del estrecho de Magallanes, y nuestra experiencia nos indicaba que en el seno Magdalena -lugar del accidente-, con esos vientos, el mar se torna excepcionalmente violento debido a la configuración de la costa y de los cerros que encajonan el viento. Cerca del lugar del naufragio, existe un bajo fondo de 7 m. En bajamar el Fournier calaba unos tres metros y medio, pero con un oleaje fuerte, como el de esa siniestra noche de tormenta, en una cabezada dura bien pudo haber golpeado su casco en la roca y haber sufrido una avería mayor que causara su hundimiento. Esta última hipótesis, aunque posible, fue descartada, ya que una nave, por muy grande que sea la vía de agua, tarda algunos minutos en hundirse y da tiempo suficiente para transmitir una señal de auxilio, lo que en este caso no ocurrió.

"El análisis completo, documentado y ponderado, concluyó en que el aviso Fournier se dio vuelta de campana por la banda de babor, golpeado por una sucesión de olas de gran tamaño, generadas por la fuerte tormenta del noroeste, en el seno Magdalena, peligro conocido por los marinos chilenos que navegan esas aguas, pero ignorado por los infortunados argentinos. Al volcarse la nave, sólo pudieron saltar o cayeron al mar los hombres que iban de guardia en el puente y que fueron los encontrados en la balsa; algunos tripulantes que estaban en pie a esa hora pudieron echar un bote al agua, que fue el encontrado por el poblador de Caleta Zig-Zag, más los otros que cayeron al agua y que fueron encontrados en el canal Gabriel, suman 9, de los 60 tripulantes restantes no se encontró nada, a pesar de una meticulosa rebusca efectuada por naves chilenas y argentinas durante unos 10 dias. Solo se encontraron restos de la carga que iba en cubierta y algunos elementos de la estructura del buque, semidestrozados por la fuerza de la olas.




Fotografía del patrullero Chileno Lautaro que realizara el rescate de las chalupas del Fournier.
Al medio el capitan de navío Hugo Alsina Calderon quien capitaneaba el patrullero Lautaro.
 Fuente: Informe_del_Comandante Hugo Alsina C. sobre el naufragio del ARA Fournier

 

 

1 comentario:

  1. Un naufragio múltiple en otras latitudes: "El Desastre naval de las Islas Sorlingas de 1707"

    http://www.navegar-es-preciso.com/news/el-desastre-naval-de-las-islas-sorlingas-de-1707/

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