miércoles, 25 de febrero de 2015

"Algunos naufragios ocurridos en las costas chilenas" - Libro de Francisco Vidal Gormaz

 


Portada


20 de abril de 1901

Un libro interesante.- El capitán de navío don Francisco Vidal Gormaz acaba de dar a la publicidad un interesante libro de cerca de novecientas páginas y que trata sobre algunos naufragios ocurridos en las costas de Chile desde su descubrimiento hasta nuestros días. Oportunamente nos ocuparemos de él con más detención, limitándonos por ahora a acusar simplemente recibo del ejemplar que ha tenido la amabilidad de enviarnos.

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Una edición anterior fue publicada en 1890

LOS BUQUES NAUFRAGADOS EN LAS COSTAS DEL ESTRECHO DE MAGALLANES




El destacado escritor Francisco Coloane, en su libro "Naufragios y Rescates" también hace referencia a varios de estos naufragios











Autor del texto: Francisco Ayarza O., www.nautilus.cl/yatechonos

Más antecedentes e imágenes



Nao Santiago. Enviada por Hernando de Magallanes, al mando de Juan Serrano, naufraga en el río Santa Cruz el 22 de Mayo de 1520. Aún cuando este siniestro no ocurre dentro del Estrecho de Magallanes, consideramos interesante mencionarlo, porque se trata de la primera nao que naufraga en la costa austral de Sudamérica “...tomando posesión con su quilla de la árida comarca que denominaron Patagonia...” (F.Vidal Gormaz).

Sancti Spiritus. Mandada por Juan Sebastián Elcano, naufraga en Dúngenes, el 14 de Enero de 1526.

Nao Capitana. De Alonso de Camargo, naufraga en la costa NE de la Primera Angostura el 23 de Enero de 1540.

San Sebastián. Francisco Cortés Ojeda, abrumado por los tiempos tempestuosos occidentales, se pierde en Enero de 1558 en los laberintos del grupo de islas, hoy conocidas como John Narborough.

Marigold. Una de las naves de la escuadrilla de Francis Drake, después de una exitosa y memorable navegación por el Estrecho de Magallanes, (emplea sólo 16 días entre la Boca Oriental y el Cabo Pilar) al salir por la Boca Occidental al Pacifico, lo coge un furioso temporal, perdièndose en los islotes al sur de la Isla de la Desolación, alrededor de los primeros días de Septiembre de 1578.

Un Bergantín. Perteneciente a la escuadrilla de Sarmiento de Gamboa, durante su primer viaje desde el Callao al Estrecho de Magallanes, naufraga en el mes de Enero de 1580, al sur del cabo Santa Lucía (Isla Diego de Almagro, situada a la altura del paralelo 52°).

Trinidad. Cuatro años después, y tras innumerable contrariedades, Sarmiento de Gamboa logra embocar el Estrecho tomando posesión de la comarca en nombre del Rey de España, fundando un pueblo que denomina Nombre de Jesús. Debido a su precario estado, la nao Trinidad es varada en la costa de Dúngenes, transformándose así en un naufragio voluntario, en Febrero de 1584. Mencionamos este acontecimiento como un “ensayo” de colonización del Estrecho de Magallanes (Francisco Vidal Gormaz).

Express. Barca norteamericana, naufraga en la bahía Monday, del grupo de islas Week, situadas en la latitud 53º 11’, el 30 de Abril de 1884.

Veintitrés de Mayo. Bergantín Francés, naufraga en Bahía Misericordia en Diciembre de 1846.}

Cauning. Bergantín Inglés, se incendia en Puerto Bulnes el 16 de Diciembre de 1846.

Manuela. Barca Inglesa ida a pique en el Estrecho de Magallanes, Boca Occidental, costa Norte ,en Abril de 1850

Garone. Barca Francesa, naufragó en Bahía Solano (Puerto Wood), a fines de 1851. Sus restos fueron saqueados a fines de 1851 por José Cambiazo.

María Isabel. Transporte Nacional, ido a pique en el Puerto Misericordia el 16 de Diciembre de 1857.

Lautaro. Barca Chilena, naufraga el 22 de Agosto de 1860 en Bahía Posesión.

Santiago. Vapor perteneciente a PSNC, en viaje de Valparaíso a Liverpool, ido a pique, tras chocar con una roca ahogada a la salida del Puerto Misericordia, el 23 de Enero de 1869.

Rippling Wave. Goleta lobera construida en Nueva York e incorporada a la matricula de Punta Arenas, en 1869. Después de una azarosa existencia en los mares australes, empeñada en la caza de lobos, allá por el gran laberinto de islotes e islas de la costa del Pacífico y, después de sucesivas singladuras realizadas a Puerto Stanley y un memorable viaje a Valparaíso pleno de odiseas, termina la aventurera vida de esta recordada goleta varándose en Cabo Negro, en 1906, no sin antes haber embarrancado en tres ocasiones anteriores durante los años 1869,1872 y 1904 en las costas magallánicas. Parte de la proa, roda y bauprés se conserva actualmente en el frontis de la Gobernación Marítima de Punta Arenas, como un testimonio de tres décadas comprometidas con el desarrollo y progreso de esta región.

Sheffield. Barca Inglesa, se fue a pique en las cercanías del Cabo Pilar, con fecha 14 de Junio de 1869.

Jean Amelie. Fragata francesa de 535 toneladas de registro. Siendo remolcada a Punta Arenas, un fuerte viento del Weste hizo fallar los cables, yéndose a la costa en Punta Dúngenes, el 30 de Abril de 1876.

Sea Shell. Goleta Chilena de 42 toneladas de registro. Sufre varamiento en Cabo Posesión, el 30 de Abril de 1876.

Georgia. Vapor de los Estados Unidos de América, 1937 toneladas de registro. Encalló en Punta Roqueña (Rocky Point) el día 23 de Junio de 1876

Denderah. Vapor Alemán de la Línea Kosmos, de 988 toneladas de registro. Encalló en la Punta Baxa, en el mes de Julio de 1877.

Doterel. Cañonera HMS. Estando fondeada en la rada de Punta Arenas, hace explosión yéndose a pique de inmediato, el 26 de Abril de 1881.

Wanderer. Pailebot norteamericano, dedicado a la caza de lobos marinos en la costa de Tierra del Fuego. Naufragó en Hope Harbour, Grupo Grafton, el 17 de Octubre de 1881.

Surprise. Goleta Lobera de EE.UU. De 53 toneladas de registro. Naufragó en la isla Basket, en la región austral de Tierra del Fuego, el 24 de Septiembre de 1882.

Cordillera. Vapor de la Compañía Inglesa de Vapores (PSNC). Encalla en la restinga de rocas que proyecta la punta San Isidro, el 20 de Septiembre de 1884.

Artique. Vapor Francés procedente del Havre y destino Valparaíso. Encalló en la costa oriental de la Patagonia, entre el Cabo Vírgenes y la Barranca del Cóndor, en fecha 24 de Septiembre de 1884.

Vichuquén. Pequeño vapor Francés, había zarpado de Nantes con destino a Talcahuano, naufragó en la isla Cambridge, Canal San Jorge, en las cercanías de Faro Evangelistas, el 1º de Julio de 1889.

Adamant. Barca Alemana en viaje de Hamburgo a Valparaíso. Después de haber doblado el Cabo de Hornos, naufragó en la costa de la Isla Desolación, en las cercanías de la isla Latitud en Agosto de 1890.

Virgilia. Vapor Alemán, en viaje del Atlántico al Pacífico. Tocó en Punta Arenas, perdiéndose al desembocar al Pacífico por la Boca Occidental en Septiembre de 1890, siendo probablemente “pasado por ojo” en esas borrascosas aguas .

Ysca. Barca de nacionalidad desconocida en las crónicas. Varó en la Bahía Posesión el 27 de Septiembre de 1890 .

Un Vapor. El capitán del vapor alemán Theben, que fondeó el 29 de Septiembre en Valparaíso procedente de Hamburgo, comunicó que el día 11 del mismo mes vió encallado y perdido completamente en la roca Astrea de la bahía Tamar, Estrecho de Magallanes, un vapor cuyo nombre no pudo saber y en el cual no vio tripulante alguno.

Cleopatra. Vapor alemán de la Compañía Alemana Hamburgo Pacific. Naufragó en la costa oriental de Punta Dúngenes, el 30 de Junio de 1892.

Artesia. Vapor alemán de la Hamburg Pacific, de 1803 toneladas de registro. Encalló en la Punta Pasaje de Bahía Isabel en la noche del 17 de julio de 1892.

Buque Desconocido. El Capitán de barca Inglesa Conway Castle, llegada a Valparaíso el 17 de Abril de 1893, procedente de Sunderland, comunicó que por los 36º 33’ Latitud Sur y 74º 21’ longitud W, habían hallado un buque con la quilla al sol...

Mencionamos este hecho como una curiosa anécdota, ya que el autor de esta síntesis, rescató de los restos del crucero alemán Dresden, hundido en la isla de Juan Fernández en Marzo de 1915, una hermosa campana de bronce, perteneciente a la barca Conway Castle, la cual a su vez fué echada a pique por el crucero alemán en Febrero de 1915. A la luz de estos hechos, nos inclinamos en suponer que el Comandante del Dresden, habría guardado para sí, dicha campana en calidad de “souvenir”.

SMS Dresden, aún cuando este navío no fue hundido en aguas del Estrecho de Magallanes, lo incluímos en esta síntesis en razón a la indeleble estela que marcó su aventurero navegar por los canales adyacentes al Estrecho de Magallanes, escabulléndose durante dos meses de los cruceros ingleses, Kent y Glasgow, mientras esperaba la oportunidad de ser reabastecido.

El Dresden era un crucero ligero alemán de 3600 toneladas, andar de 28 nudos, único sobreviviente del combate naval sostenido entre las fuerzas alemanas e inglesas al sur de las islas Falkland, en Diciembre de 1914, que, gracias a su excelente andar, logra recalar en Punta Arenas, por cincuenta horas, con la finalidad de hacer víveres y carbón.

El crucero permanece en la zona de canales cercanos a Punta Arenas, ocultándose en las bahías Hewett y Christmas, visitada esta última por el Motovelero CHONOS, donde pudimos apreciar la excelencia del escondite que permitió al Dresden no delatar su presencia.

La implacable persecución de los cruceros ingleses, llevó a uno de ellos, el HMS Kent a buscarlo en el Seno de Ultima Esperanza en los alrededores de Puerto Natales, según una interesante acuarela de Ian Marshall, cuyo grabado reproducimos (“Cruisers and La Guerre de Course”).
En esta zona, el Kent habría captado débiles señales de radio entre el Dresden y un buque carbonero alemán los cuales sostendrían un rendez vous en la isla Juan Fernández, situada 1100 millas mar afuera en el Pacífico.

Navegando el DRESDEN hacia el norte, a la altura del puerto de Corral, intercepta una barca británica el “Conway Castle” y luego de transbordar al pasaje y tripulación al Dresden, es echada a pique con cargas explosivas y granadas.

En Febrero de 1960, el suscrito acompañado de otros expertos buceadores, se dirigen a Juan Fernández con la finalidad de localizar los restos del Dresden, hundido en Marzo de 1915.

El viaje es coronado por el éxito, hallando el crucero alemán a 65 metros de profundidad.

Atlantique. Vapor Francés de la Compagnie Maritime du Pacifique, del porte de 1917 toneladas de registro y un cargamento de 2950 toneladas, en viaje de Guayaquil y Valparaíso destinado al Havre y Liverpool. Yendo en demanda de Segunda Angostura, tocó fondo con una roca ahogada a la cuadra de Isla Magdalena, el día 29 de Abril de 1894, por lo cual el Capitán puso rumbo sobre el cabezo norte de la isla, varando la nave.

Hengist. Barca Inglesa de 1.116 TR, procedente de Port Stanley y con destino a Punta Delgada de Magallanes. Naufragó en la costa W de Punta Dungenes, perdiéndose totalmente en 1894.

Canton. Vapor Inglés del porte de 1820 TR. Habiéndose corrido a una banda la carga de rieles que transportaba, el Capitán trató de arribar a Punta Arenas, pero al fondear en Bahía Snug, chocó con bajo rocoso sumergido, yéndose a pique y perdiéndose totalmente el día 18 de Octubre de 1894.

Copernicus. Vapor inglés de la Compañía Lamport & Halt, del porte de 2052 TR. Zarpó de Punta Arenas con destino a Valparaíso, conduciendo pasajeros y un cargamento surtido, sin haberse tenido noticias de él. Pero se sabe que su intento era desembocar al Pacífico y seguir por él su viaje. Parece muy probable que se habría ido “por ojo”, tal como ocurriera en 1890 con el vapor alemán Virgilia. El Copernicus desapareció en Octubre de 1895. Meses después, tripulantes de una balandra de la matrícula de Punta Arenas, hallaron en la costa de Puerto Angosto, en la latitud 53º 14’ Sur y Long 73º 23’ Oeste, el 26 de Mayo de 1896, un salvavidas con el nombre del Copernicus.

Corocoro. Vapor de los Estados Unidos de América, perteneciente a la Merchant's Lines N.Y.Varó frente a Punta Baxa, el día 12 de Agosto de 1897.

Mataura. Vapor Inglés de 3.600 toneladas de registro. El capitán Charles A. Milward, navegaba desde Nueva Zelandia con destino a Inglaterra vía Cabo de Hornos, pero habiendo sufrido una descompostura en la máquina, se vio obligado a poner rumbo al Norte en demanda del Cabo Pilar, “...arriesgándose por la peor costa de sotavento del mundo y llegar a la entrada occidental del Estrecho de Magallanes...” (Bruce Chatwin). Estando muy cerca del Cabo Pilar, falló nuevamente la máquina del Mataura, i arrastrado por la corriente i el tiempo del W sobre la costa de la Desolación, se vio obligado a embarrancar i a poner a salvo su jente...” El buque fue varado en una ensenada situada al norte de Puerto Loberos, conocida en la actualidad como Caleta Mataura, el 12 de Enero de 1898..

Kirckless. Vapor chileno del porte de 242 toneladas de registro, naufragó cerca de Punta Delgada, perdiéndose completamente a mediados del mes de Abril de 1899.

Huemul. Pequeño vapor escampavía del Gobierno de Chile, destinado al servicio de faros, balizas y estudios hidrográficos del Estrecho de Magallanes. Encalló en el rodal de la roca Crooked (cerca de Borja), de una manera inesperada, yéndose luego a pique. El naufragio ocurrió en Abril de 1899.

Duntroone. Fragata Británica del porte de 1500 TR. Naufragó en el Estrecho Nelson (Canal Brecknock ) en el mes de Octubre de 1899.

Ambassador. Clipper Británico de 692 toneladas de construcción tipo “composite”, es decir, casco con cuadernas de fierro forrado en madera de teka. Aún cuando este buque, varado actualmente en playa de la Estancia San Gregorio, no representa un naufragio propiamente tal, estimamos de sumo interés destacarlo, pues se trata de uno de los muy famosos y veloces “tea clippers” que hacían la carrera entre el puerto Chino de Foochow y Londres, alrededor de 1872. Este velero, junto con su similar el Cutty Sark, exhibido como Museo en Greenwich, Inglaterra, representa uno de los últimos Clippers de la “carrera del té”. Como dato curioso, el mascarón de proa del “Ambassador” fue rescatado en la década de los 70’ y hoy felizmente puede ser admirado en el Pabellón Marítimo del Instituto de la Patagonia en Punta Arenas.

King Arendal. barca inglesa cargada de resina, caucho y cables de manila, naufraga en 1907 en la costa norte de Isla Noir.

Arthur Sewall, barca de fierro de 4 palos, en viaje de Delaware en el Atlántico con destino a Seattle vía Cabo de Hornos, se vá a pique el mismo año 1907 en la costa sur de Isla Noir, transportando un cargamento de 4000 toneladas de carbón.

La isla Noir, se encuentra situada en Lat. 54° 29´S y Longitud 73° 00´W, distante de Punta Arenas unas 150 millas al NW.


martes, 24 de febrero de 2015

En febrero de 1835. LA HISTORIA DEL TERREMOTO DE CONCEPCIÓN QUE SORPRENDIÓ A CHARLES DARWIN EN CHILE



Eran cerca de las 11:30 horas de la mañana de ese 20 de febrero de 1835 cuando un fuerte sismo sacudió nuestro país desde Concepción a Osorno, con una magnitud de 8,5 richter. Tras el primer remezón vino otra desgracia, debido a que un maremoto arrasó las costas desde los ríos Cachapoal (región de O’Higgins) hasta el Valdivia.
Según relatan Francisco Encina y Leopoldo Castedo en la Historia Ilustrada de Chile, durante la tarde de ese fatídico 20 de febrero el intendente de Concepción envió un oficio al gobierno central, relatando el horror y la destrucción de la ciudad.
“Un terremoto tremendo ha concluido con esta población. No hay un templo, una casa pública, una particular, un solo cuarto; todo ha concluido: la ruina es completa. El horror ha sido espantoso. No hay esperanzas en Concepción. Las familias andas errantes i fujitivas; no hay albergue segura que las esconda; todo, todo ha concluido; nuestro siglo no ha visto una ruina tan excesiva i tan completa (SIC)”, escribió Boza.
Y es que el terremoto había sido de tal magnitud que las ciudades de Chillán y Concepción quedaron prácticamente en el suelo, dejando edificios en el suelo mientras una nube de polvo envolvía los escombros que se acumulaban por todos lados.
Mientras las réplicas se sucedían una y otra vez, desde las profundidades se escuchaban estampidos, como el de un volcán haciendo erupción, generándose además grietas y otros accidentes geográficos.
Según relatan los historiadores, en el patio de la casa de uno de los vecinos de Talcahuano, “reventó el suelo, vertiendo un agua hedionda y sulfurosa, y el mismo fenómeno se observó en varios lugares vecinos a Concepción”.
De acuerdo a los testigos, una columna parecida a un chorro de agua lanzado por una ballena emergió desde la bahía de San Vicente. Al desaparecer la columna de agua, se formó un enorme remolino, alimentando la hipótesis de una actividad volcánica en el lugar.
Pero no solo eso sucedió en el mar, puesto que una enorme ola arrasó con lo poco y nada que había quedado en pie a lo largo de las costas desde Constitución hasta Valdivia, aproximadamente.
De acuerdo a los datos de la época, ciudades como Concepción, Chillán, Los Ángeles, Talcahuano, Penco, Tomé y Arauco, quedaron reducidas a escombros.
Según una creencia popular, la tragedia había sido provocada por los mapuche que fueron expulsados de Talcahuano. En venganza, éstos habrían tapado el volcán Antuco para que reventara en la bahía de San Vicente.
Debido a lo precario de las comunicaciones de la época, se ha calculado la cifra de muertos por el terremoto en unas 120 personas, entre quienes perdieron la vida aplastados con restos de edificios y los que terminaron carbonizados por los cuentos de incendios que se generaron.
Sin embargo, no hay cifras oficiales que incluyan a los desaparecidos producto del maremoto, aunque se especula con un número pequeño, debido a la baja densidad poblacional y que sucedió a plena luz del día.
El testigo privilegiado
Esa mañana del 20 de febrero, un connotado historiador descansaba en un bosque de Valdivia, cuando fue sorprendido por el terremoto. Se trataba del reconocido científico Charles Darwin, quien se encontraba en nuestro país a bordo del “Beagle” haciendo un viaje de exploración por Sudamérica.
El reconocido hombre de ciencias, testigo privilegiado del fenómeno telúrico, hizo un completo detalle de lo sucedido en su famoso libro “Viaje de una Naturista alrededor del mundo“, relatando cómo hilos de lava descendía desde el cráter del volcán Osorno.
“Un terremoto trastroca en un instante las más firmes ideas; la tierra, el emblema mismo de la solidez, ha temblado bajo nuestros pies como una costra muy delgada puesta sobre un fluido; un espacio de un segundo ha bastado para despertar en la imaginación un extraño sentimiento de inseguridad que horas de reflexión no hubieran podido producir”, relata.
Darwin relató también como se vivió el tsunami en las costas,, señalando el testimonio de una mujer que vio en la playa cómo el agua se dirigía rápidamente hacia la costa sin formar grandes olas, y subió rápidamente hasta el nivel de las grandes mareas, para luego recobrar su nivel a la misma velocidad.
Darwin rápidamente se dirigió a Talcahuano, hasta donde llegó trece días después del sismo. En ese lugar su mayor impresión fue ver cómo la fuerza de las olas lanzaron un cañón de cuatro toneladas hasta unos cinco metros de las fortificaciones del puerto.
“La costa entera está colmada de maderos y de muebles, como si un millar de buques hubieran ido a romperse allí. Además de las sillas, las mesas, las cómodas, etcétera, vense los techos de muchos cottages que han sido transportados hasta allí casi enteros. Los almacenes de Talcahuano han compartido la suerte común y se ven también inmensas balas de algodón, de hierba mate y de otras mercancías”, comenta el naturista.
“En Concepción, cada fila de casas, cada mansión aislada, formaba un montón de ruinas bien distinto; en Talcahuano, al contrario, la ola que había seguido al terremoto y que inundó la ciudad no había dejado al retirarse sino un confuso montón de ladrillos, tejas y vigas, y aquí y allá alguna pared aun en pie”, señala el sentido relato de Darwin.
Incluso, tuvo líneas para los saqueadores que hicieron de las suyas tras la tragedia.
“Los que habían podido salvar alguna cosa se veían obligados a velar de continuo, porque los ladrones se unían a la partida, dándose golpes de pecho con una mano y gritando “¡Misericordia!” a cada pequeña sacudida, mientras con la otra mano trataban de apoderarse de cuanto veían”, se lamentó.
Respecto del maremoto, Darwin refirió lo relatado por testigos, quienes señalaron que poco después del sismo, se vio a una distancia de tres o cuatro millas, una enorme ola que avanzaba en medio de la bahía, que derribó las casas y desarraigó los árboles al avanzar con fuerza irresistible. “Llegada al fondo de la bahía, se rompió en espumosas olas que se elevaron a una altura vertical de 23 pies (7,10 mts.) por encima del nivel de las más altas mareas”, detalla.
Pero durante su relajo, Darwin también alude a la posibilidad de una erupción volcánico, aludiendo incluso a la creencia respecto de la “venganza” de los mapuche expulsados de Talcahuano.
“Las clases inferiores, en Talcahuano, estaban persuadidas que el terremoto provenía de que las ancianas indias que habían sufrido algún ultraje dos años antes, habían cerrado el volcán de Antuco. Esta explicación, por ridícula que pueda ser, no deja de ser curiosa; prueba, en efecto, que la experiencia enseña a esos ignorantes que existe una relación entre la cesación de los fenómenos volcánicos y el terremoto”, señala.
No obstante el mito, resalta la actitud de los habitantes de las zonas siniestradas.
“Confieso que vi, con gran satisfacción, que todos los habitantes parecían mis activos y más felices de lo que hubiera podido esperarse después de tan terrible catástrofe. Se ha hecho observar, con cierto grado de verdad, que siendo general la destrucción, nadie sentía más humillado que su vecino, nadie podía acusar a sus amigos de frialdad, dos causas que añaden siempre un vivo dolor a la pérdida de la riqueza”, concluye.

Fuente: BioBioChile y Radio Polar

jueves, 12 de febrero de 2015

EL PADRE DE AGOSTINI, PATAGONIA Y LA TIERRA DEL FUEGO


Texto de Luis Noziglia Barbagelata - Revista Marina *

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Alberto María de Agostini nació en Pollone, en el año 1883, pequeña ciudad
cercana a Biella, llamada esta última "la Manchester italiana" por su importancia
como centro textil lanero; situada Pollone en pleno Piamonte (palabra que significa
"al pie de los montes"), desde pequeño pudo contemplar las montañas más altas
de esa zona de los Alpes con cumbres nevadas junto a cadenas de colinas en
gran parte cultivables, grandes y pequeños lagos y la red hidrográfica de la
sección occidental del río Po, el mayor de su país.

Alberto era el sexto hijo de una familia en la cual su hermano mayor
llamado Juan, que tenía 20 años más que él, llegó a ser un destacado geógrafo y
cartógrafo, creador de la "Editorial De Agostini" de Milán y del "Instituto Geográfico 
De Agostini" de Roma, trasladado posteriormente a Novara. Juan se había
diplomado en Geografía en la Universidad de Turín y se dirigió después a Gotha,
la antigua capital de los duques de Sajonia-Coburgo, en cuyo famoso Instituto
Justus Perthes se especializó en Cartografía y en donde, en 1891, publicó en
idioma alemán su primer libro llamado "Das Feuerland" o La Tierra del Fuego.

El niño Alberto tenía pues sólo 8 años de edad cuando oyó hablar por
primera vez, a través del libro de su hermano mayor, de esa remota región situada
al sur del estrecho de Magallanes, poblada por pacíficos indígenas semidesnudos
que vivían de la pesca y de la caza, empleando armas y utensilios rudimentarios, a
los cuales invasores blancos perseguían despiadadamente, ejecutando actos de
crueldad y de horror.

En ese mismo siglo XIX había vivido en el Piamonte un sacerdote que, pese
a su humildad, no sólo era considerado como una gloria de la iglesia, sino que
también como un gran benefactor de la humanidad a causa de la extraordinaria
labor educacional que desarrolló en favor de los niños desamparados; se llamaba
Juan Bosco y había fundado una congregación de misioneros a los cuales, en
homenaje a su inspirador, Francisco de Sales, llamó "Salesianos".

Se sabía que Don Bosco había tenido en su vida muchos sueños que
resultaron proféticos; pues bien, en 1872 tuvo una serie de ellos que
posteriormente inspiraron la vida y la labor de Alberto María De Agostini.

Al respecto, copiamos literalmente lo que dice el profesor Humberto
Herrera, presidente de la Sociedad Científica de Chile.
"Este sacerdote reveló sus visiones geográficas y humanas de la vasta
región de la Patagonia y Tierra del Fuego, con clarísimos detalles sobre montañas,
glaciares, islas, lagos, yacimientos de petróleo y carbón, desde el Pacífico al
Atlántico, a donde deberían dirigirse los salesianos. Don Bosco desconocía
antecedentes de esa región de la que no existían informaciones precisas; sin
embargo, curiosamente dibujó mapas con detalles y los presentó a la Sociedad
Geográfica de Lyon, en Francia".

Pasados los años se comprobó que Don Bosco tenía razón; pero él ¿cómo
supo lo revelado en su sueños?, ¿quién se lo había dicho cuando esa era todavía
"Terra Incógnita"?. La mencionada institución científica hizo acuñar una medalla
de oro que le obsequió por la importancia de sus contribuciones.

En 1875 Don Bosco estableció una primera misión salesiana en Buenos
Aires la que comenzó una labor educadora del pueblo; desde allí sus miembros y
sus sucesores se expandieron hacia las prácticamente desconocidas regiones del
sur explorando y civilizando a los indios tehuelches y fueguinos y protegiéndolos
de las persecuciones de los blancos; en 1887 otro grupo de sus religiosos se
radicó en Punta Arenas con monseñor José Fagnano a la cabeza.

Alberto De Agostini amaba las excursiones pues desde niño se había
formado en la ruda escuela de los picachos de Val d'Aosta, le gustaba también el
estudio y era de espíritu profundamente cristiano. Siguiendo entonces sus
vocaciones decidió transformarse en misionero y explorador; en Turín se ordenó
de sacerdote salesiano y en el instituto creado por su hermano estudió geografía y
cartografía, 10 preparándose también como fotógrafo y después como
cineoperador.

En su mente se ordenaban las ideas; Terra Australis Incognita, razas
primitivas, Fitz Roy, Darwin, canales patagónicos, buques exploradores de
diferentes naciones entre los cuales había también varios italianos: en 1866 la real
corbeta de vapor Magenta fue la primera nave italiana de gran tonelaje que
atraviesa esos canales y el estrecho de Magallanes estudiando fiordos, relieves,
flora, fauna y etnografía; posteriormente le siguen la Vittor Pisani, el Carácciolo y
el Cristoforo Colombo, y el comandante de uno de ellos entregó en Valparaíso, al
jefe de la oficina de hidrografía, Francisco Vidal Gormaz, tres cartas de la zona
acompañadas de una relación de viaje; además muchos compatriotas suyos
habían dejado sus nombres en la geografía fueguina: Lovisato, Roncagli, Da Bove,
Spegazzini, Schiapparelli, etc, etc.

El padre De Agostini se entusiasma y quiere ser otro de ellos. Sus
antecesores han fundado colegios, talleres, imprentas, escuelas de oficios y
agrícolas; él, además de cristianizar, se dedicará a un objetivo geográfico y
explorativo.

Así, decidió partir y en 1910 se estableció en el convento salesiano de
Punta Arenas; durante 48 años, en diferentes períodos, permanecerá allí, en
Buenos Aires y en su patria, cumpliendo la misión que se ha impuesto,
recopilando metódicamente los datos obtenidos y narrándolos para conocimiento
del mundo estudioso.

Hacía clases en el colegio San José, de esa ciudad, pero en cuanto
empezaba el verano, provisto de su misal, breviario, máquina fotográfica y
adecuado equipo turístico, subía a modestos vehículos o a frágiles embarcaciones
para continuar a caballo o a pie, acompañado de peones chilenos o de estancieros
argentinos, a veces con guías nacionales y otras con alpinistas traídos por él,
desde los lejanos valles del Piamonte. En líneas generales en los primeros años
estuvo subyugado con la fascinación de la Tierra del Fuego, adentrándose en sus
canales y fiordos, recorriendo sus islas, montañas y bosques casi impenetrables,
nevados y ventisqueros; 11 después encontró en la Patagonia otros glaciares y
otras montañas más elevadas e imponentes que habían de constituir por una
veintena de años la meta de sus estudios y exploraciones.

Su labor fue inmensa. Estudió la constitución geográfica de los terrenos, la
estructura orográfica y las condiciones climáticas, conchas fósiles, amonites y
belemnites, anotaba a cada paso la fauna que encontraba: avestruces, guanacos
y pumas; ballenas, focas y pingüinos; avutardas, halcones y cóndores, como
también los "bellos cisnes de cuello negro de terciopelo" iguales a los que en el
lago Budi inmortalizara Augusto Winter en idílicos versos. Describió las floras
regionales: hermosísimas flores como margaritas, filesias y fucsias con las que
engalana las páginas de sus libros; los tupidos arbustos de calafates de frutos
dulzones, florestas vírgenes y bosques a veces impenetrables de hayas y robles,
canelos y cipreses. Estudió los grupos raciales aborígenes: alacalufes, onas,
yamanas y tehuelches, pronosticando su próxima extinción. Levantó mapas de las
regiones exploradas.

Como ya se dijo, el padre De Agostini comenzó su labor en la Tierra del
Fuego en donde recorrió una inmensa zona montañosa, especialmente la
cordillera de Darwin con sus ventisqueros, cascadas y nieves perpetuas, escaló el
monte Buckland y también el imponente Sarmiento de 2.400 mts.; estuvo en la isla
Dawson en donde, durante 24 años, las misiones salesianas trataron de salvar a
los últimos indígenas y si bien llegaron demasiado tarde para su objetivo,
"lograron, en cambio, endulzar con el bálsamo de la resignación cristiana los
supremos instantes de sus existencias"; al sureste de ella descubrió un hermoso
fiordo al que llamó Pigafetta, en homenaje al cronista de Hernando de Magallanes
pero al cual los marinos de una expedición chilena de la escampavía Porvenir
rebautizaron como "Fiordo De Agostini". Hacia el lado argentino fue a Ushuaia,
donde subió al monte Olivia y estuvo en la isla de los Estados. De vuelta en Chile
recorrió el inmenso lago Fagnano con sus ríos Betbeder y Azorpado, escaló las
cordilleras Valdivieso y Alvear, reconoció los ríos Grande y Porvenir. En el extremo
sur realizó dos interesantes 12 viajes al vasto archipiélago de las islas Wollaston y
Hermite terminando en el famoso cabo de Hornos rodeado de trágicos escollos.

Al norte del estrecho de Magallanes también recorrió canales, fiordos y
montañas: los canales Smyth y Sarmiento, la isla Pizzi y la de Cambridge con sus
rocas marmóreas, los fiordos Falcón y Eyre, la región de Ultima Esperanza con
sus cuevas de animales prehistóricos; hizo escaladas al cerro Balmaceda y a los
contrafuertes del macizo del Paine. Recorrió hacia el norte la cordillera patagónica
excursionando hacia ambos lados chilenos y argentino; escaló el cerro Mayo de
unos 2.300 metros desde donde vio el panorama soberbio e indescriptible de
hielos que lo instó a realizar la primera travesía de la cordillera patagónica
meridional para llegar hasta el fiordo Falcon.

Estuvo también en la controvertida Laguna del Desierto cuando ésta aún no
figuraba en mapas chilenos ni argentinos y en los contrafuertes del monte Fitz
Roy, el Cheltén de los tehuelches, llamado por De Agostini "el Cervino de
ultramar". Llegó asimismo a la cúspide del gran macizo de San Lorenzo (3.700
mts.) y viajó a la región del río Baker que posee uno de los valles más fértiles y
extensos de la Patagonia austral. También exploró desde el aire lo que hizo con el
chileno Franco Bianco, el primero que unió su nativa Punta Arenas con Puerto
Montt y con Santiago, y vieron la ruta que había seguido antes el malogrado
aviador berlinés Günther Plüschow.

Ultimas actuaciones.

En sus últimas expediciones, realizadas entre 1956 y 1958, le acompañaron
geógrafos de la universidad de Padua y militares chilenos.
Resumiendo su labor, dice el profesor Barrera que el tenaz explorador
investigó entre el cerro Lanín y el cabo de Hornos en una zona de 1.800 Kms. de
longitud y cientos de miles de kilómetros cuadrados de áreas orográficas,
glaciares y lacustres.

Hemos dicho que el padre De Agostini fue también misionero; en 13 este
último aspecto se puede leer en una correspondencia a sus superiores: "en los
últimos 4 meses he administrado 579 bautismos y 545 confirmaciones y bendije 15
matrimonios".

Su obra geográfica y exploratoria ha sido narrada por él mismo en forma
amena y brillante en libros de fina calidad material con mapas y hermosas
fotografías, muchas de ellas en colores. Entre los principales mencionaremos: "Mis
Viajes a la Tierra del Fuego", "Andes Patagónicos", "Esfinges de Hielo",
"Ascensión al San Lorenzo", "Nahuel Huapi", "Paisajes Magallánicos", etc.

Muchas instituciones nacionales y extranjeras lo han hecho objeto de
disticiones; así por ejemplo en Chile le han designado Miembro Honorario o
Correspondiente la Sociedad Científica, la Sociedad de Historia y Geografía y el
Club Andino; en Argentina la Sociedad Geográfica Americana y el Club Andino de
Bariloche; el Municipio de Punta Arenas le concedió la medalla de la ciudad, sus
amigos y hermanos salesianos le regalaron un cáliz de oro y nuestro Gobierno le
distinguió con la condecoración Bernardo O'Higgins en el grado de Comendador.
La Academia de Ciencias de Roma le otorgó un premio especial.

En 1960 el padre Alberto De María Agostini volvió al Piamonte como era
habitual en él, a la casa-madre que su congregación salesiana tiene en Valdocco
(Valle de los occisos); mientras redactaba el que sería el último de sus libros fue
atacado por una violenta neumonía que puso fin a su existencia en la noche de la
Navidad, el 25 de diciembre de ese año. Le rodeaban sus fieles hermanos se
veían el volumen inconcluso, libretas de apuntes, rollos de películas y un montón
de fotografías.

Recordando la majestuosa e imponente zona que durante tantos años fue
el teatro de sus actividades, terminaremos este trabajo con las palabras que
menciona uno de sus investigadores en recuerdo del Salmo bíblico:

Fríos y hielos, bendecid al Señor;
Hielos y nieves, bendecid al Señor!
-----
* Contraalmirante SN.

ooOoo
Filmaciones del Padre De Agostini


https://www.youtube.com/watch?v=WNLJgZZx2mI
https://www.youtube.com/watch?v=iUAdpLMIGt4



Otros Documentales:





miércoles, 11 de febrero de 2015

El 11 de febrero de 1584 - Los españoles fundan la primera población sobre el estrecho

Representación de Sarmiento de Gamboa en un sello.

ESTRECHO
 Fuente imágenes


11 de febrero de 1584

"Este día, el español Pedro Sarmiento de Gamboa funda la población Nombre de Jesús, sobre el estrecho de Magallanes. El sitio elegido estaba situado en un pequeño valle denominado de las Cuatro Fuentes, cerca del actual faro de cabo Vírgenes, y fue el primer intento poblacional de toda la región patagónica.

La corona castellana reaccionó con el envío de una poderosa flota ante las acciones cada vez más provocativas de los corsarios ingleses, que iban en pos de las riquezas que los españoles transportaban hacia su país. Los pasos bioceánicos australes constituían la única ruta para conducir el oro y la plata americano hacia Europa. 

Para llevar a cabo la misión se reclutaron 350 personas de Sevilla y Extremadura. El proyecto no contempló que el sitio de destino era muy distinto a esos cálidos lugares de origen.

Veintitrés navíos, que transportaban más de tres mil personas, zarparon en 1581 de Sanlúcar de Barrameda. De la expedición también formaron parte cuatrocientos soldados y diez sacerdotes.

Desde el comienzo, sufrieron todo tipo de penurias. En el cruce atlántico, murieron 150 personas afectadas de disentería. Luego de naufragios, deserciones y la pérdida del barco almacén, continuaron el viaje con una expedición muy mermada.

Recién en 1584 pudieron llegar al destino previsto, luego de establecerse en Nombre de Jesús marcharon hacia la boca occidental del estrecho y fundaron la ciudad del Rey Don Felipe. Ambos lugares se eligieron por la importancia estratégica que tenían y por la cercanía con fuentes de agua potable que poseían.

Los primeros tiempos fueron llevaderos, construyeron las dependencias propias de una ciudad: una iglesia, administración, viviendas y un depósito para municiones. También contaban con una cierta cantidad de alimentos.
Pero, a medida que la época estival quedaba atrás, las privaciones comenzaron a angustiar a los colonos. En medio de un gran desconocimiento de la zona, afrontaron el primer invierno con escasas provisiones. Debieron recurrir a la recolección de frutas y verduras de la zona y mariscos para subsistir.
Sarmiento de Gamboa decidió ir a Europa en busca de auxilio, pero fue apresado por los ingleses y nunca pudo regresar.

Las enfermedades, el hambre y las pendencias fueron liquidando a los colonos.
Los nuevos intentos poblacionales debieron esperar trescientos años para materializarse."



ooOoo


Cuando en 1578 las autoridades coloniales peruanas conocieron que el famoso marino inglés Francis Drake había zarpado de Plymouth con intención de navegar por el Pacífico para atacar las posesiones españolas, decidieron organizar una expedición de defensa que fue encargada a Pedro Sarmiento de Gamboa, hombre que ya se había destacado por su pericia marinera y su habilidad cosmográfica años atrás. Sarmiento de Gamboa tenía la misión, zarpando desde el puerto limeño de El Callao, de dirigirse al Estrecho de Magallanes, única puerta conocida oficialmente hasta la fecha que conectaba Atlántico y Pacífico, para elaborar varios mapas de la zona y comprobar si era viable la construcción de dos fuertes que sellasen la entrada al Mar del Sur. En 1579 zarparía Sarmiento de Gamboa hacia la angostura magallánica con dos buques, aunque uno de ellos retornaría a tierras virreinales, convirtiendo a Gamboa en uno de los primeros hombres que navegaba el Estrecho en dirección oeste-este. El marino español no se encontró con Drake y cuando llegó a España en agosto de 1580 dio un informe positivo del proyecto de fortificación del Estrecho. Felipe II debió sentirse preocupado al conocer de primera mano que los ingleses ya se estaban aventurando por las latitudes más meridionales del globo para navegar hacia el Pacífico, además Drake había triunfado en su incursión e incluso se había hecho con una presa que le reportó pingües beneficios y el título de sir. El rey español decidió financiar el ambicioso proyecto y encargárselo a Gamboa.

La elección del líder de la Armada, Diego Flores Valdes, no contentó nada a Sarmiento de Gamboa que lo consideraba inferior en la jerarquía social y ya desde el inicio se veía que la expedición sería costosa en tiempo, vidas y en materia económica. Además se le suma que Flores no creía en el proyecto y esta apatía sería un grave problema años después. Sea como fuere la expedición zarpa de Sevilla en 1581 con 23 naves y más de trescientos pobladores pero ya al llegar a Sanlúcar de Barrameda una tormenta llevó a pique cinco de esos navíos. Hasta diciembre de aquel año no abandonarían la Península y se dirigieron a Río de Janeiro llegando a costas sudamericanas en marzo de 1582. No se debe olvidar que por estos años Brasil ya pertenecía a la Monarquía española tras su unión dinástica con Portugal. En Río se perdió otro navío atacado por las termitas y las enfermedades causaron varias muertes entre los pobladores. Cuando zarparon de nuevo, en 1583, en dirección al Estrecho, más barcos fueron enviados de vuelta a Brasil al no ser capaces de continuar dada sus importantes averías. Sarmiento de Gamboa solo tenía reproches para Flores que intentó entrar en el Estrecho en dos ocasiones que resultaron ser fallidas debido a los vientos desfavorables, así que la flota volvió a Brasil pues Flores había abandonado totalmente la misión encomendada. Por esto sería puesto en prisión años después. En febrero de 1584 el tenaz Sarmiento de Gamboa estaba ante las puertas otra vez de la angostura con cinco naves y 350 pobladores.

Gamboa fundaría dos ciudades con sus respectivos fuertes, Nombre de Jesús y Rey Don Felipe. Las condiciones en la Tierra del Fuego eran muy duras y la hostilidad de los patagones hacía más grave la vida de los colonos españoles en la zona por ello Gamboa tomó un barco y decidió navegar hacia Brasil para obtener avituallamiento para sus pobladores. La ayuda no podía llegar desde las costas brasileñas y el marino se dirigió a España para pedir ayuda al rey mientras sus pobladores seguían intentando sobrevivir en aquella tierra. No llegaría a España pues en abril de 1586 fue capturado por dos buques ingleses que al conocer quién era lo llevaron ante la Corte de Isabel I. El trato que los anglosajones dispensaron al cosmógrafo español fue excelente y la reina le entregó un correo que debía llevar a Felipe II para acercar posturas entre las dos naciones. Cuando se dirigía a España atravesando los campos galos, fue hecho prisionero por un hugonote francés que lo encerraría en un calabozo procurándole unas condiciones de vida pésimas. Nuestro protagonista, que había perdido el pelo y los dientes en su cautiverio, no sería liberado hasta 1589 y cuando llegó a la Península, el rey ya había decidido años atrás que el proyecto del Estrecho de Magallanes era inviable y se abandonó a los colonos que todavía resistían allí.

En 1586 navegó por el Estrecho el segundo corsario que atacaría a los españoles en el Pacífico, el inglés Thomas Cavendish. La flota anglosajona se topó con los colonos supervivientes, doce hombres y tres mujeres, y decidió llevarlos a las tierras del virreinato peruano. Solo un soldado español embarcó en la nave del inglés mientras los demás iban a buscar al resto de colonos pero el viento quiso cambiar en favor de la navegación y Cavendish decidió zarpar dejando abandonados a los pobladores. El corsario rebautizaría la ciudad de Rey Don Felipe por el nombre que lleva actualmente. Puerto del Hambre. El superviviente que embarcó con los ingleses, Tomé Hernández, lograría llegar a Chile y vivir lo suficiente para declarar sobre los hechos en 1620.

Pero la historia no acaba aquí, tres años más tarde, el navío Delight de Bristol se encontraba en el Estrecho y de su diario se extrae los siguiente: “En Puerto del hambre hablamos con un español que nos contó que llevaba viviendo en esas partes seis años… solo en una casa durante mucho tiempo, y su único consuelo hasta nuestra llegada era su arma de fuego”. Lo llevaron a bordo, pero al regreso el Delight naufragó cerca de Cherbourg, y él no estaba entre los seis supervivientes.

Vía| Spate, Oskar, El Lago Español, ANU Press: 2006.

martes, 10 de febrero de 2015

Expedicionarios encuentran a europeo viviendo como nativo

El 10 de febrero de 1883


Alrededor de esta fecha, la expedición francesa conocida como la Misión al Cabo de Hornos, comandada por Louis-Ferdinand Martial, se encuentra en Punta Arenas tomándose unos días de descanso. Aprovechando la ocasión, el médico de la expedición doctor Hahn, hace una excursión a la zona de bahía Laredo, “en compañía de un francés establecido desde algunos años atrás en el país”.
Éste personaje había llegado a la región magallánica contratado para dirigir una explotación carbonífera en una mina de las inmediaciones. Pero, terminada la experiencia, se dedicó a vivir de la caza, para cuyo fin había acumulado un extenso conocimiento de las zonas más ricas en recursos faunísticos.
En el momento de la excursión, el sujeto se ocupaba “en cazar el avestruz y el guanaco en las pampas; parece feliz con su nueva existencia, que transcurre en gran parte entre los indios patagones, a quienes reconoce muchas cualidades” y con los que tenía tratos de todo tipo cotidianamente (Louis-Ferdinand Martial. Misión al Cabo de Hornos).
El asilvestrado francés había proporcionado “caballos a nuestro médico, que había tenido ocasión de prestarle algunos servicios, y lo acompañó a la región muy poblada de caza que hay entre la Bahía Laredo y la extensa entrada de mar conocida con el nombre de Seno de Otway. Entre ambos trajeron cisnes blancos de cuello negro, patos, gansos y algunos hermosos ejemplares de otras aves que no existen en la parte austral del archipiélago magallánico” (op. cit.)   
Los expedicionarios franceses permanecieron unos diez días en Punta Arenas donde gozaron de un bueno tiempo. “Los vientos, comúnmente variables entre el NNO y el ONO, refrescaban por la mañana y aflojaban por la tarde; las noches eran muy hermosas y serenas, y el cielo estuvo siempre claro”.
Estas condiciones climáticas “contribuyeron mucho a restablecer la salud de la tripulación, que había sido un tanto alterada por las fatigas y por los continuos malos tiempos de los dos meses anteriores; sólo uno de nuestros marineros, atacado de hemotisis, estaba todavía gravemente enfermo, y el médico, temeroso de que el invierno que se acercaba le fuera fatal, me aconsejó enviarlo a Montevideo por el vapor inglés de la carrera, cuya llegada se esperaba en esos días” (op. cit.). 

Las flores de la Antártica y su resistencia al clima más extremo del planeta


Moss_on_Aitcho_Island

En la Antártica sólo hay dos plantas que florecen: el pasto antártico y el clavel antártico. 

Las dos especies sobreviven a uno de los climas más extremos del planeta adaptándose al frío mediante estrategias distintas. Créditos Investigación y Ciencia.

La vida se extiende por todo el planeta, incluso en los lugares más inhóspitos como la Antártica. El 99 % del continente Antártico está permanentemente cubierto por nieve o hielo, pero en el 1 % de superficie no congelada crecen musgos, helechos, líquenes y también dos plantas que florecen: el pasto antártico (Deschampsia antárctica) y el clavel antártico (Colobanthus quitensis). Ambas especies se encuentran principalmente en la Península Antártica, que es la zona menos fría, pues tiene una temperatura media diurna de 4 ºC.

Las plantas antárticas tienen que soportar temperaturas de hasta -60 ºC, una elevada incidencia de rayos ultravioleta, suelos muy delgados ácidos y, durante el invierno, varias semanas de oscuridad en las que no pueden hacer la fotosíntesis. Además padecen falta de agua, ya que casi toda el agua que hay en la Antártica está congelada en forma de hielo o nieve.

Las plantas pasan los 6 o 7 meses del invierno protegidas bajo un manto de nieve, pero incluso en verano tienen que soportar temperaturas negativas frecuentemente. Las dos especies están adaptadas al frío y a la congelación, aunque siguen estrategias distintas:


  • El pasto antártico es una hierba perenne que crece entre las rocas. Es una planta que se autopoliniza, es decir, nunca abre sus flores, sino que las mantiene cerradas y el polen fecunda el ovario de su misma flor. Además, sintetiza unas proteínas especializadas para evitar que se congele el agua de su interior, pues los cristales de hielo podrían dañar sus células. Estas proteínas se llaman APF (anti-freeze proteins) y se unen a los márgenes de los cristales de hielo cuando se empiezan a formar impidiendo su crecimiento.



  • El clavel antártico es una planta muy pequeña que crece en forma de “cojines” de 5 a 8 cm de altura. Cuando no tiene flores se puede confundir con un musgo, pero se reconoce fácilmente en verano cuando hace flores amarillas o blancas en forma de campana alargada. Sin embargo, aunque florece todos los años no siempre hace semillas y se reproduce sobre todo mediante esquejes (trozos de tallos que se rompen de la planta “madre” y enraízan en otro sitio, lo que se conoce como reproducción vegetativa). El clavel antártico no tiene APFs, sino que su estrategia para evitar los daños por congelación consiste en acumular azúcares en elevadas concentraciones, los cuales “secuestran” el agua por efecto osmótico evitando que se formen cristales de hielo. Esta estrategia es la más común en las plantas de alta montaña.


Las plantas antárticas también han adaptado su fotosíntesis al frío extremo. La máxima capacidad de fotosíntesis de las plantas de clima templado tiene lugar a unos 24 o 25 ºC, que es su temperatura óptima. En cambio, la temperatura óptima de las dos plantas antárticas es de unos 10 ºC, y a 0 ºC son capaces de hacer la fotosíntesis al 30 % de su capacidad máxima. Es decir, no sólo toleran la congelación, sino que siguen activas a temperaturas muy bajas.

El clima antártico es uno de los más afectados por el cambio climático y algunos estudios empiezan a describir los efectos del calentamiento en estas plantas. Aunque hacen falta trabajos a largo plazo para confirmarlo, ya se han encontrado indicios de que los claveles antárticos crecen más y se están extendiendo hacia el sur. @prensaantartica