viernes, 29 de junio de 2018

Réplica de la Nao Victoria rinde homenaje a la travesía de Hernando de Magallanes

 



En la última región de Chile ya iniciaron la cuenta regresiva para la serie de eventos y actividades que esperan rendir homenaje a la travesía de Hernando de Magallanes hace casi 500 años.
El edificio de la Intendencia regional sorprende a autoridades, funcionarios y visitantes con una réplica de la Nao Victoria, embarcación que cinco siglos encabezó la navegación por las australes aguas.

Ubicada en un lugar estratégico, con el monumento al navegante portugués de fondo observando desde la Plaza de Armas de Punta Arenas, la obra de Juan Luis Matassi, ofrece impresionantes y logrados detalles de la nave.

El intendente Christian Matheson y la seremi de Gobierno, Yanira Lara, valoraron la exhibición del trabajo que ha comenzando a generar el ambiente de festejo de los 500 años de la primera circunnavegación del Estrecho de Magallanes, que se conmemorará en 2020. Fotografías gentileza Intendencia Magallanes.

martes, 26 de junio de 2018

De mantenerse el calentamiento del océano, organismos gelatinosos podrían desplazar a krill antártico



Salpa. Foto Ricardo Giesecke, Centro IDEAL.

Una investigación del Centro IDEAL dio a conocer cómo en el Océano Austral la proliferación de salpas, invertebrados marinos poco estudiados, causaría una reducción en la abundancia del eslabón clave de las tramas tróficas antárticas.

Una investigación, liderada por el director del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile, Dr. Humberto González, reveló cómo el aumento de temperatura del Océano Austral en la Antártica dio origen a una gran proliferación de salpas y la disminución del krill, una especie clave en los ecosistemas del continente blanco.

Las salpas son invertebrados marinos, similares a las medusas, que pueden llegar a formar grandes agrupaciones llamadas “enjambres”. Gelatinosas, translúcidas y compuestas por más de un 95% de agua, es posible hallarlas en todos los océanos del mundo, sin embargo, las mayores concentraciones se encuentran en el Océano Austral. El krill, por su parte, es la principal fuente de alimentación de diversos animales del continente blanco. Ambas especies viven en la columna de agua y compiten por el alimento.

El estudio, realizado en Bahía Fildes y Bahía Sur, comenzó tras la segunda expedición antártica del Centro IDEAL que se desarrolló el año 2017, donde se registraron condiciones excepcionalmente calurosas: la temperatura del agua fue entre 1 a 2 grados promedio más alta de lo normal y la abundancia de salpas mayor que en años anteriores.

En el hemisferio sur, debido al aumento de temperatura, las salpas son cada vez más frecuentes en la Antártica. Esto genera una posible competencia con el krill antártico para captar alimento.
“El verano de 2017 fue muy cálido y se registró un crecimiento masivo de salpas y, de forma simultánea, poco krill. En cambio, el verano de 2018, que fue más frío, ocurrió el efecto contrario”, explica el Dr. González.

¿Y si no hubiera krill?

No todos los años se dan las condiciones ambientales favorables para que haya grandes poblaciones de krill. Cuando hay poco krill en verano, se asocia a la poca formación de hielo marino durante el invierno anterior.

Una disminución del krill podría significar grandes problemas en las tramas tróficas de la Antártica debido que el krill es el principal alimento de depredadores como pingüinos, ballenas, focas, aves marinas y peces.

“De continuar este ciclo de calentamiento global, lo más probable, es que lentamente hacia el futuro se vean favorecidas las salpas y perjudicado el krill”, asegura el Dr. González y concluye que “de ser así, las tramas tróficas de la Antártica podrían verse afectadas, debido que el krill es el eslabón clave dentro de los sistemas marinos antárticos”.

viernes, 8 de junio de 2018

Darwin se asombra al encontrar una choza en medio del hielo


Diario del Fin del Mundo

EL 8 DE JUNIO DE 1834

Darwin se asombra al encontrar una choza en medio del hielo

08/06/2018
E
ste día, el bergantín “Beagle” continúa con su exploración del archipiélago fueguino, deja atrás la isla Dawson, y arriba a la isla, que luego sería identificada como Capitán Arocena, frente al monte Sarmiento. Cuando los ingleses echan anclas, no pueden creer que en la base de los acantilados elevados que rodean esa pequeña bahía hubiese una choza abandonada, testimonio de que los seres humanos llegaron a vivir en ese sitio.
Charles Darwin se asombra que estuvieran en ese medio tan hostil: “resultaba difícil imaginar un lugar menos apto para la supervivencia humana”.
“El capitán (Robert) Fitz Roy decidió dejar atrás el estrecho de Magallanes por el Canal de la Magdalena, recién descubierto. Poníamos rumbo hacia el sur por ese sombrío paso (…) que parecía llevar a otro mundo, uno peor. El viento era favorable, pero la bruma nos hizo perder buena parte del curioso paisaje. Con rapidez, el viento llevó las nubes oscuras y rasgadas a las montañas, desde sus cumbres hasta casi sus bases. Las breves observaciones que logramos a través de la masa oscura fueron muy interesantes; cumbres dentadas, conos nevados, glaciares azules y perfiles recortados sobre un cielo ominoso se vieron a distintas distancias y alturas. En medio de este paisaje anclamos en Cabo Turn, junto al Monte Sarmiento, que en ese momento estaba cubierto por las nubes. En la base de los altos y casi perpendiculares acantilados que formaban nuestra pequeña caleta había un “wigwam” desierto, suficiente para recordarnos que el hombre puso pie en esas desoladas regiones. Pero sería difícil imaginar un escenario donde él parecería tener menos pretensiones y autoridad. Aquí las obras inanimadas de la naturaleza – las rocas, el hielo, la nieve, el viento y el agua- aunque luchaban entre sí, se oponían todas ellas al hombre, y eran las únicas que reinaban en absoluta soberanía” (Viaje de un naturalista alrededor del mundo). 
El lugar pareció tener un encanto especial para Darwin. El monte Sarmiento, con su forma piramidal, aloja en su cima a un glaciar en forma de silla y se eleva abruptamente desde la costa este del canal Magdalena y marca la frontera occidental de la cordillera que lleva su nombre. La montaña aparecía frecuentemente envuelta en nubes, pero cuando se hacía visible, para el científico era "el más sublime espectáculo en la Tierra del Fuego".
 Autor : Bernardo Veksler



Darwin se asombra al encontrar una choza en medio del hielo