jueves, 1 de mayo de 2014


 
 
 
El 30 de abril de 1972
Esto pasó en nuestra región: Describen las bellezas de canales y ventisqueros fueguinos
Por Bernardo Veksler

Este día, aparece publicada en el diario La Prensa la impactante descripción de una viajera al momento de recorrer los canales y ventisqueros de Tierra del Fuego. “Estoy ante uno de los cuadros más bellos del mundo”, señala Zita Solari, en el primer párrafo de su crónica de viaje.

Luego, la autora continúa trasmitiendo las sensaciones producidas por el paisaje: “La cordillera de los Andes se ha abierto ante nosotros como un abanico y la bruma de la mañana niebla la nieve de sus picos. El mar, fiel reflejo del cielo, está plomizo y apenas ondulado, lenguas delgadas y blancas nos anticipan el espectáculo de glaciares (…) El viento silba su violenta melodía entre cables y reparos del buque. Verdes, las laderas de las montañas bajan hasta el agua en parejos arbustos y en pastos apenas coloreados”.

Cuando la nave penetra en el seno Agostini ( mapa ), “la nieve y el hielo descienden por las laderas cubriendo cada vez más las montañas. El viento ha calmado un tanto, el conjunto de cuerdas ya no se escucha tan bien, es más intenso el latido del corazón del buque, que se siente como cada uno siente el latido de su propio corazón, ante la emoción indescriptible del momento que estamos viviendo”.

En un momento, cuando el sol logra hacerse un espacio entre las nubes, posibilita que “sus rayos realcen los colores pastel que uniforman el espectáculo, entonces la magia sería total”.

En tanto, el  “agua sigue buena, plomiza y tranquila. La profundidad del hielo, en algunos cortes de las montañas, calculado por nuestros ojos profanos, es de varios metros. Hemos perdido la noción de las medidas, al carecer de puntos de referencias. La distancia que nos separa de las montañas puede ser de metros, cuadras o kilómetros. Nada conocido hay en ellas como para poder comparar, ni hombres ni animales ni casas. Tan sólo una vegetación que de lejos parece simplemente pasto, pero que luego descubriríamos que son árboles que forman bosques impenetrables, casi selvas”.

“El círculo de hielo se va cerrando en torno nuestro. Los ventisqueros Vergara, Olavarría, Horacio y Díaz nos acechan por todos lados (…) El hielo dejó de ser blanco y ahora es verde claro, migajas de hielo flotan cerca de la orilla”.

Luego, de “cinco horas de observación” que nutrieron a su texto, la autora intentó “grabar los detalles de este milagro” a difundir.

Ref: Diario del Fin del Mundo- canales y ventisqueros fueguinos









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