domingo, 18 de mayo de 2014

Arqueología en Tierra del Fuego




De la investigación de Flavia Morello* y otros "Hunter-gatherers, biogeographic barriers and the development of human settlement in Tierra del Fuego"
http://antiquity.ac.uk/ant/086/ant0860071.htm
*Universidad de Magallanes, Instituto de la Patagonia, Centro de Estudios del Hombre Austral
 

Tierra del Fuego representa el límite austral de los asentamientos humanos en las Américas. Si bien el ser humano comenzó a llegar a la zona hace unos 10.500 años, cuando su territorio estaba aún conectado con el continente, la ola principal de ocupación ocurrió 5.000 años más tarde, momento en el cual se había convertido en una isla. 

La coexistencia en el área de cazadores-recolectores marinos (que se desplazaban en canoas) con los anteriores ocupantes terrestres reflejaba la presencia de grupos culturalmente distintos, como los que encontraron los primeros exploradores europeos en el siglo XVI. Tierra del Fuego es un ejemplo sorprendente de interacción a través de barreras naturales desafiantes.


Tras el último máximo Glacial (c. 25.000 a 23.000 años atrás) los glaciares volvieron a avanzar en dos ocasiones, generando  ventanas de oportunidad para los primeros habitantes par poder  migrar desde la Patagonia hasta Tierra del Fuego  (McCulloch & Morello 2009). Después de c. 10.315 atrás, el calentamiento durante el Holoceno temprano condujo a la retirada rápida de los campos de hielo patagónicos, aunque el nivel global del mar siguió siendo de  aproximadamente 20 – 60m debajo del actual nivel del mar, formando un puente de tierra a través de lo que hoy día  es el paso interoceánico  del Estrecho de Magallanes. Esta situación persistió hasta el inicio de una incursión marina, hace c. 8.300 – 7.500 (McCulloch et al. 2005).



  Etnografía


Cazadores y recolectores nómadas fueron observados en la región desde el primer avistamiento europeo del Estrecho de Magallanes en 1520.


Recuentos etnográficos señalan dos grupos distintos en la Tierra del Fuego y la Patagonia continental:

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  • Los cazadores-recolectores marítimos Alacalufes /Kaweskar y Yaganes/Yámana), quienes eran expertos navegantes que usaban canoas de corteza, pero que rara vez se aventuraban hacia el interior terrestre (registros arqueológico de antiguos conchales en la región serían de alrededor de hace 6.500 años (Legoupil & Fontugne 1997).
  • Los cazadores-recolectores terrestres (Tehuelches/Aonikenk y Selk'nam/Ona en Tierra del Fuego), quienes eran reacios a utilizar medios para movilizarse en el agua. Solamente hay evidencia que los Aonikenk usaron balsas (hechas con, ramas y/o pieles) para cruzar los ríos Santa Cruz y Chico (Fitzroy 1837:119; Moreno 1969 [1879]: 242; Burucua 1974: 54; Lista de 1975: 42). 
 
Como resultado de recientes investigaciones ahora entendemos algo del desarrollo de la ocupación humana en Tierra del Fuego desde c. 10 500 años atrás hasta la época de la presencia indígena de los Selk'nam que fue observada en los últimos cien años.

Existe una brecha entre las ocupaciones del Holoceno temprano (hace c. 10.500 años) y del Holoceno medio (c. 5.000 años). Al respecto una serie de hipótesis se han presentado para explicarlo, incluyendo una posible extinción local o la emigración por parte de los grupos en los períodos glaciales (Borrero 1996; Borrero & McEwan, 1997). En teoría, las duras condiciones ambientales y las barreras naturales que se formaron hace  c. 8.000 años podrían haber causado un desarrollo independiente y discontinuo.

Sin embargo, la llegada hace  c. 6.500 años de grupos marinos, que eran distintos de los cazadores-recolectores terrestres de Tierra del Fuego y Patagonia (Legoupil & Fontugne 1997; Alvarez 2004; Fiore 2006; Piana & Orquera 2009), pueden haber parcialmente transformado las barreras biogeográficas en un “puente de agua” (Fiore 2006).

En un lapso de dos períodos de tiempo — un fuerte impulso inicial entre hace 5.000 y 3000 años y otro en los últimos 1.000 años -  la porción central del Estrecho de Magallanes podría haber sido una ruta crucial para el intercambio entre los grupos, conduciendo mínimamente al flujo de materias primas (obsidiana) así como de las ideas y artefactos.

Por lo tanto, la evidencia arqueológica hace cada vez más claro que los pueblos canoeros ayudaron a mitigar los efectos de la aislamiento insular de los cazadores-recolectores terrestres de Tierra del Fuego durante la segunda mitad del Holoceno.
 

Figure 1. Isla Grande de Tierra del Fuego with Holocene archaeological sites and location of obsidian artefacts: 
1) Tres Arroyos 1, 7 and 14/ Cerro de los Onas;  2) Marazzi 1, 32 and 38; 3) Imiwaia 1; 4) Túnel 1; 5) Cabo Monmouth 20 and 5; 6) Porvenir Norte 12E, 17 and 19; 7) Laguna Arcillosa 1, 2 and 3; 8) Río Chico 1; 9) Cerro Las Bandurrias, Cerro ‘Sin Nombre’ and Cerro de los Gatos; 10) Myren 2; 11) Marazzi 13; 12) Cabo San Vicente; 13) Punta Baxa 7; 14) Punta Catalina 3, 4 and Espíritu Santo 1; 15) Lago Vergara E23, E24; 16) Laguna Larga F1, F4; 17) Riachuelo Puesto Nuevo;18) Cabeza de Le´on/Bloque Errático; 19) San Genaro; 20) LA11 and LA12; 21)Marazzi 2-Río Torcido; 22) La Ballena 2, Taca Taca Sur, Bloque El Maucho and Bloque El Hediondo; 23) Bah´ıa In´util 27; 24) Punta María 2; 25) Fagnano 1; 26) Marina 1; 27) Lago Blanco 1; 28) Las Vueltas 1 and Laguna Grande; 29) Aviles 1, 3 and Amalia 4; 30) Puesto Pescador 1; 31) Río Caleta 4; 32) Puesto Consuelo.

La primera ocupación humana de Tierra del Fuego se registra en la cueva de  Tres Arroyos 1 (Figura 1, n º 1), con antecedentes que datan de hace c. 10.500 años (Massone et al. 1999a; Massone & Prieto 2004; Massone 2009). 

Por otro lado, la evidencia más temprana de ocupación humana después de Tres Arroyos 1 proviene de los componentes básicos de los sitios Imiwaia y  Túnel (Figura 1, núms. 3 & 4), en la costa norte del canal Beagle. Estos sitios, datan desde hace unos 7.840 +/− 50 años y6.680 +/− 210 años (Orquera & Piana 1999, 2009). Sin embargo, resulta difícil inferir una relación directa entre estos lugares y la ocupación del Holoceno temprano de Tres Arroyos 1.




EL SITIO ARQUEOLÓGICO MYREN 2, TIERRA DEL FUEGO, CHILE

La Estancia Myren se ubica en la isla grande de Tierra del Fuego, a poco más de una decena de kilómetros al norte de la costa de bahía Inútil, en un sector denominado caleta Puerto Nuevo. Entre septiembre y octubre de 2006 se llevaron a cabo labores de excavación de sondeo y prospecciones en el sitio Myren 2 y sus alrededores2 (Fig. 1). El sitio había sido encontrado y previamente sondeado en 1999, durante el proyecto FONDECYT 1960027 dirigido por Mauricio Massone. En aquella oportunidad sólo se trató del reavivado de los perfiles del pozo de agua del casco de la estancia, propiedad de la familia Krussell. El pozo de agua se encuentra en el lugar donde antiguamente se ubicaba una vertiente natural3. Efectivamente, el dueño de la estancia comentó que habían aparecido huesos al habilitarse este pozo, por lo cual se decidió revisar, aunque someramente, este lugar, previa autorización del propietario, quien, además secó temporalmente el pozo con una motobomba para poder trabajar en él.

Entonces, durante dos días, se revisaron y colectaron los huesos de la pila de escombros del pozo y se realizó un pequeño sondeo, reavivando los perfiles en la pared oeste, con vistas a tener un control estratigráfico mayor. Esta unidad fue denominada simplemente "Pozo" en 1999.

Los resultados preliminares obtenidos, indicaban que se trataba de un extraño caso de depositación de restos arqueológicos en una turbera (acumulación de restos orgánicos de lo que parecía ser Carex sp.) Un primer fechado radiocarbónico sobre hueso de guanaco de dicho sondeo arrojó una edad de 3.910 ±70 años AP (Beta 128092 - Massone et al. 1999). Myren 2 presentaba así, uno de los fechados más antiguos del Holoceno medio-tardío del norte de Tierra del Fuego.

Lo que esta excavación mostró fue que había existido una ocupación humana en el sitio con especiales características. Se habían desechado allí restos óseos con clara evidencia de huellas de corte y fracturas, además de restos sin huellas de actividad humana. Los restos líticos no fueron analizados entonces, pero se trataba de un conjunto de importancia dado que algunos ítems como bolas pequeñas y/o raederas podían ofrecer una imagen inicial sobre lo que se estaba produciendo desde finales del Holoceno medio, en adelante, en la parte centro norte de la isla Grande de Tierra del Fuego.

Harold Krussell fue el miembro de la familia que se ocupó de la instalación del casco de la nueva estancia. Cuando arribó al lugar del futuro emplazamiento, la vertiente que daría origen al pozo (Myren 2) ya existía. Poseía buen caudal y garantizaba agua todo el año, no así los chorrillos cercanos. La vertiente determinó el emplazamiento del pozo de agua.

El sitio era estratigráficamente llamativo, además, por la acumulación de los materiales arqueológicos en la base de la turba, casi apoyando sobre una capa de arcilla. Esto sugería que los restos pudieron infiltrarse por la capa de turba, hasta estabilizarse en la base de la misma o, que la acumulación de ellos se produjo cuando la turba recién comenzaba a formarse.

Ver artículo completo: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22442007000200007 

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