viernes, 6 de febrero de 2015

Orundellico y La historia del rapto de Jemmy Button.

Orundellico y La historia del rapto de Jemmy Button.

La Historia de Jemmy Button y de otros 3 yámanas que fueron raptados por la embarcación Inglesa “Beagle” para ser mostrados como piezas de zoológico, sumado a la pretensión de la sociedad occidental influenciada por el pensamiento victoriano de la época en educarlos y erradicar sus barbáricas costumbres, debe ser  uno de los  ejemplos más  claros de que el ser humano se comporta como un virus; se apodera de un lugar, lo moldea y lo destruye en su beneficio sin respetar tradiciones ni equilibrios naturales.

De vuelta en Inglaterra la expedición hidrográfica a cargo del comandante Phillip Parker King y el capitán Robert Fitz Roy trajo cuatro pasajeros provenientes del extremo austral. El Adventure y el Beagle habían pasado desde 1826 a 1830 haciendo un reconocimiento topográfico de las costas de América del Sur entre Montevideo y Chiloé, y se suponía que se suponía que los aborígenes fueguinos sólo formaban parte del decorado salvaje y terrorífico del Estrecho de Magallanes.
En un momento dado, los indígenas robaron uno de los botes del Beagle, por lo que el capitán Robert FitzRoy ordenó una expedición punitiva contra los yámanas que acabó con cuatro prisioneros: un hombre adulto (El’leparu), un joven de unos 20 años (nombre desconocido), un adolescente de 14 a 16 (O’run-del’lico) y una niña (Yok’cushlu). La tripulación del Beagle los rebautizó respectivamente como York Minster, Boat Memory (“Recuerdo del bote”), Jemmy Button (“Botón de nácar”) y Fuegia Basket (“Cesta fueguina”), y posteriormente puso rumbo de regreso a Inglaterra. Según FitzRoy, Orundellico fue llamado así porque su familia accedió a intercambiarlo por un gran botón de nácar, aunque es probable que esta historia fuese inventada por el capitán para evitar ser acusado de secuestro al llegar a Gran Bretaña.
El plan del capitán del Beagle era educarlos y luego llevarlos de regreso a sus costas y que tanto los nativos como los ingleses se beneficiaran de este programa de intercambio. Unos verían la luz de la civilización “elevándose un peldaño más arriba en la estimación de los ingleses” y estos últimos podrían aprender sobre la situación interior del territorio del extremo austral. Los fueguinos se convertirían así en aliados útiles. Se trataba en todo caso de una ambición imperial congruente con su trabajo geográfico que contribuía a hacer del estrecho un lugar más transitado por loas embarcacionebarcos ingleseas y europeas.
Desde el comienzo las cosas no salieron bien. Boat Memory murió de viruelasviruela y los sobrevivientes ingresaron a un internado para niños al este de Londres. Causaron un pequeño revuelo. Personalidades del mundo científico los admiraron e incluso Fueguia y Jemmy fueron presentados ante los reyes. Por alguna razón que se desconoce los planes educativos de Fitz Roy – “dos o tres años de clases y después devolverlos a su tierra”- se interrumpieron de pronto tras siete meses de clases.
Jemmy Button
Roy hizo cuanto pudo para sacar a sus cautivos de Inglaterra y llevarlos de regreso a Tierra del Fuego, aun cuando tuviera que estrujar sus bolsillos para hacerlo. Afortunadamente, sus conexiones lograron convencer al Almirantazgo de la necesidad de reanudar las antiguas operaciones británicas de medición en el extremo austral y Fitz Roy recibió una nueva misión a bordo del fiel Beagle, que esta vez se acondicionó, para una expedición mucho más ambiciosa que la anterior. El capitán debía regresar a Inglaterra por la vía del oeste y dar una vuelta al mundo, lo que le permitiría trazar la medición de una serie interrumpida de meridianos alrededor del mundo.
En 1831 volvieron a embarcar en el Beagle, de nuevo bajo la dirección de FitzRoy, con el fin de servir de intérpretes entre sus compatriotas y los ingleses. Les acompañaba en esta ocasión el naturalista Charles Darwin. Tras desembarcar en Tierra del Fuego, Orundellico y sus dos compañeros volvieron con los suyos y abandonaron las costumbres y vestimentas occidentales. En marzo de 1834 la tripulación del Beagle volvió a encontrarse con Orundellico, quien ya sólo cubría su desnudez con un taparrabos y su propia cabellera, que volvía a ser tan larga como antes. Para sorpresa de Darwin, Orundellico se negó en rotundo a volver a Inglaterra. Se encontraba feliz entre los suyos, a los que incluso había enseñado algunas palabras en inglés, y ya había encontrado esposa en una joven llamada Lassaweea.
Jemmy Button no volvió a ser visitado por occidentales hasta la década de 1850, cuando un grupo de misioneros de la Patagonian Missionary Society recaló en su territorio. Por razones que se ignoran, los misioneros fueron atacados y masacrados en 1859 en la bahía Wulaia por los fueguinos, supuestamente dirigidos por Orundellico. Los restos de los muertos no serían sepultados hasta 1862, cuando una nueva expedición de la Patagonian, dirigida por Thomas Bridges (quien realizaría el primer diccionario yagán-inglés) los localizó.


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