sábado, 5 de julio de 2014

Ushuaia en sus inicios

Waite Hockin Stirling
El Obispo Waite Hockin Stirling es el primero en llegar a la actual Ushuaia
El nombre de la ciudad: Ushuaia ( "bahía que penetra hacia el poniente" ),tiene su origen en el idioma de los habitantes originales de esta tierra: los yamanes.

En 1869, se anota por primera vez el nombre de “Ushuaia”, apareciendo en la Sociedad Misionera de Sud América en Inglaterra. 

El 18 de enero de ese año, Waite Hockin Stirling, un misionero evangélico se radica en la zona con el propósito de establecer una aldea cristiana y vive con los indígenas hasta septiembre.

Un año más tarde, varios miembros de esa Sociedad realizan viajes para aumentar las instalaciones, siendo el siguiente en llegar William Bartlett y el 30 de marzo, Thomas Bridges (foto).




En 1871 se radica James Lewis con su familia, 
siendo su esposa  (Leonor Britten) y su hijo (Frank), 
la primera mujer y el primer niño blancos.
 


Luego llega María, la esposa de Bridges y más tarde, Joanna Verder, su cuñada.

En 1872 nace el primer bebé blanco en la zona, Thomas Despard Bridges y además hay 36 bautismos y 7 casamientos.

Un año después llega el matrimonio Lawrence, compuesto por Juan y Clara y en 1874 nace el hijo de la pareja, Juan Martín. 

En 1876 arriba otra familia, la de Roberto Whaits, como operarios de la Misión,

La tercera casa que se construye es la de los Lawrence y en 1879 nace Bertha Bridges, la primera mujer blanca nativa.

Fuente




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Extractos del libro de Aroldo Canclini (Así nació Ushuaia: ... , Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1989, 103 pp )

"Los recuerdos de los hijos de los misioneros -Lucas
Bridges en su hermoso libro y su hermano Guillermo oralmente- son
coincidentes y demuestran cómo quedaron marcados por aquella experiencia.
 
[ Espiritualidad y Trabajo ]

El horario cotidiano cambió varias veces durante los años, pero
podemos dar como ejemplo el que regía para el verano de 1876. Todos se
levantaban a las cinco menos veinte y, antes de desayunarse a las seis, los
misioneros dedicaban un rato a la lectura de la Biblia y a la oración en conjunto.

A la hora citada, tocaba una campana para llamar a los indígenas quienes,
luego de comer, se dedicaban a sus trabajos. Algunos cuidaban las cabras y
vacas que se utilizaban para el consumo y otros cultivaban las huertas que
todos tenían detrás de su casita. En algunas ocasiones, se construían cercos o
caminos, por ejemplo desde la iglesia hasta la playa. De nueve a diez, se
celebraba un culto para implorar la bendición divina durante el día y luego se
daba alguna enseñanza a los hombres y mujeres, que después volvían a su
trabajo.
A la una de la tarde otra campana llamaba a almorzar y de dos a cinco
y media se trabajaba nuevamente.

 
Los sábados a la tarde y los domingos eran días de descanso. Los
indígenas recibían pago por su trabajo, no en dinero, sino en ropas, alimentos y
útiles.
De la misma manera se les pagaba las pieles de zorro o nutria que
algunos traían desde lejos. Para mayor seguridad sólo se daba al indio parte
del valor presumible de la pieza; luego se enviaba a las Malvinas, donde las
vendía un comerciante llamado Jorge M. Dean, amigo y colaborador de la
Misión, y si lo que éste pagaba era más de lo que se le había dado al portador,
se le entregaba dicho excedente. Inclusive figuran casos de pago extra, por
ejemplo por descargar el Allen Gardiner."

...
La parte fundamental de trabajo era la espiritual. Además de las
reuniones diarias ya citadas, todos los domingos se celebraban dos servicios
religiosos: uno a las diez de la mañana y otro a las tres de la tarde.
Se cantaba
al son de un armonio tocado por la señora de Bridges o su hermana que aún se
ve en la estancia Harberton, se oraba, se leía un trozo de las Escrituras y luego
Bridges pronunciaba un sermón en yagán. A veces hablaba otro misionero y,
en ciertas ocasiones, algún indio."

...

"La asistencia era muy variable, porque dependía del número de canoas
que estuvieran en la bahía. Disminuía en verano cuando los indios se iban a
cazar y aumentaba en invierno, cuando se llegaban a Ushuaia en mayor
número, en busca de ropas y alimentos. Por ejemplo, los últimos seis meses de
1874, el número de indígenas varió entre cinco en un día de noviembre y
noventa y cinco en uno de agosto. Concurrían, por lo general, más hombres
que mujeres e iban también bastantes niños.
 
En un informe de 1880, se dice, que se celebraba un servicio religioso
en yagán a las 10.00 y otros en el orfanato, en inglés, a cargo de Whaits a las
11.30. A las 14.00 se daba instrucción religiosa a los indios y luego otro servicio
en yagán a las 15.00.
Hay que tener en cuenta que en invierno en Ushuaia, a
las 17.00 ya está oscuro.

Ese mismo año, se nos dice que la población estable variaba entre los
150 y los 300 y las visitas de mil a mil quinientos al año.
 
 Aparte de las reuniones citadas, se celebraban otras para la Santa
Cena, con los indios bautizados, de oración y de ensayo del canto. Desde un
tiempo antes de los bautismos, se daba clase a los que serían nuevos
miembros.
 
Había también algunas ocasiones especiales, sobre todo cuando se
realizaban bautismos y para Navidad en que la concurrencia aumentaba
mucho; por ejemplo, en 1876, hubo doscientos setenta y seis en la fiesta de
Navidad.
 
Bridges cuenta que, para esa fecha de 1872, cuando aún Lewis estaba
con ellos, a las cinco y veinte fue despertado por los indígenas que cantaban
"Oíd un son en alta esfera", dirigidos por Lewis y su esposa. Con toda
seguridad, cuando Mendelssohn escribió esa melodía, no llegó a pensar que se
la entonaría en tan lejano confín de la Tierra. En la reunión hubo un número
récord -ciento veinticuatro- hasta el punto que fue necesario abrir puertas y
ventanas para que se renovara el aire. Después de un breve discurso de
Bridges, cantaron nuevamente "Oíd un son en alta esfera" y otros himnos y
luego el misionero elevó una oración. Se entonó "Venid, fieles todos", se
escuchó otro discurso sobre el placer que produce el servir a Dios y se terminó
el culto con esta oración. "Gran interés y atención eran evidentes", escribía
Bridges en su diario de ese día "y estoy seguro que mucho bien ha resultado y
resultará de la enseñanza y la predicación de hoy".
 
A la tarde, todos se echaron sobre el pasto y los nativos recibieron
regalos: líneas de pesca, canastas, etc., y un trozo de torta para cada uno.
Todos cantaban y se comportaban ejemplarmente, según declaración de
Bridges, que termina su relato diciendo: "Pasamos una muy feliz Navidad y
esperamos que para los nativos haya sido lo mismo".
 
Lógicamente, los misioneros celebraban reuniones privadas, en las que
se prestaba especial atención a la oración. Los indios también hacían cultos de
familia, en los que oraban, cantaban y leían un trozo de las Escrituras. ... 

Además de la enseñanza religiosa, se les daba enseñanza general,
sobre todo a los niños. Dentro del horario ya citado, la escuela para los
pequeños ocupaba toda la mañana de diez en adelante. En esos momentos,
las clases se daban en dos cursos diferentes, de acuerdo a la edad y adelanto
de los discípulos."

...

Una prueba del adelanto de los alumnos la tenemos en el relato de
Bridges que, en 1877, contaba que los pequeños sabían leer y escribir
correctamente, contar para adelante y para atrás, con números ordinales y
cardinales, conocían los nombres de los días y de los meses y sabían los de
los países de América, sus ciudades y ríos principales, su idioma y sus
importaciones y exportaciones. En esa fecha, el alumno más adelantado era
Cranmer Okokko.

 
Lawrence enseñaba a leer también a los adultos. Uno de los sistemas
de enseñanza que más interesaba a los indios era, sin duda, la linterna mágica,
aunque las colecciones de diapositivas debían ser pasadas repetidamente.

 
Las señoras Bridges y Lawrence y la señorita Varder daban a las indias
clases de costura, cocina y otros menesteres domésticos.
El trabajo
fundamental de los esposos Whaits y su hija era el de encargados del asilo de
huérfanos. Los dos misioneros, que eran de un carácter muy piadoso,
demostraron ser ideales para esa tarea, a la que se entregaron de lleno. Daban
clases exclusivamente para los internados, ayudados por su hija. El orfanato
fue inaugurado el 22 de marzo de 1879, aniversario de la llegada de Gardiner a
los canales, con dieciséis niños. Consistía en una gran sala, bien calentada,
dos dormitorios, una cocina y varios anexos, inclusive una gran sala para
albergue de náufragos. La capacidad máxima era de cuarenta niños, pero el
número era muy variable, aunque llama la atención lo elevado. En 1881 era de
23 y de 25 al año siguiente. De este año tenemos la lista por nombre; además
en la mayoría de los casos se menciona a una persona que lo sostenía.
 
Aparece un indiecito que había sido bautizado James Fitz Roy Button, a quien
mantenía "la Sra. Fitz Roy y los oficiales del H. M. S. Beagle". El niño entró en
1877 y murió tres años después teniendo doce de edad.
 
Esta referencia es muy sugestiva, porque revela cómo se mantenía el
interés de aquellos primeros que estuvieron en contacto con los indios. Casi
cincuenta años después, la viuda de Fitz Roy y sus oficiales veían florecer sus
esperanzas, inclusive en otro indio que recibió el nombre "el protegido del
almirante"; muy significativo, es que el segundo fuera nieto del primero."

...

"Bridges tenía un bote muy fuerte con el que recorría los canales y, en
más de una ocasión, debía estar fuera de su casa durante varios días, pero no
temía dormir a la intemperie o con los indios.
 
[ El problema de los conejos ]

En uno de sus viajes, soltó conejos en las islas más pequeñas del
Beagle. Pocos años después, los hombres del navío Sirius cazaron en un solo
lugar seiscientos animales, descendientes de una sola pareja
. Bridges
comprendió que por el mismo hecho de su reproducción extraordinaria, no
convenía soltarlos en tierra firme o en las islas más grandes, por el peligro que
representaban para los futuros colonos, que entonces era sólo una lejana
posibilidad. Años después, los animalitos fueron causa de muchos problemas."

...

"El gobierno argentino (1884-1886)
 
E128 de septiembre de 1884 fondeó en la bahía de Ushuaia la llamada
"División Expedicionaria al Atlántico Sud", enviada por el gobierno argentino.
 
Llegaba para concretar la soberanía nacional en aquellas zonas, por medio del
establecimiento de subprefecturas marítimas en la isla de los Estados y en
Ushuaia. Esto era consecuencia del tratado de límites con Chile."

...
 
"Los dos viajes de Bove fueron el primer reflejo de dicho acuerdo.
Posteriormente el presidente Roca dictó el decreto 13.185, disponiendo tal
instalación. La nave capitana era la cañonera "Paraná" y además iban el
transporte "Villarino", el aviso "Comodoro Py" -comprado ex profeso- y otras
naves. Las mencionadas y el cúter "Patagones" son las que llegaron a
Ushuaia. El mando era ejercido por el coronel de marina Augusto Lasserre.
 
Este destacado marino había nacido en Buenos Aires en 1826. Su padre era
un ex soldado de Napoleón, que luego se radicó como periodista en Buenos
Aires. Su madre, doña Ana Seguí, era hermana del coronel de marina José
Seguí. Lasserre estudió en la Academia Naval de Loriol, en Francia, y su
primer destino fue en la "Veinticinco de Mayo", en abril de 1850, al mando de
su tío. Actuó junto a Urquiza contra Rosas y contra la provincia de Buenos
Aires, al separarse de la Confederación. Se ausentó del país hasta 1859 y se
mantuvo en retiro desde 1861 y 1874. Trabajando para una compañía italiana
de seguros, visitó las Malvinas y escribió un artículo en el periódico "Río de la
Plata", reiterando los derechos argentinos. Reintegrado al servicio activo, hizo
diversos viajes por la Patagonia en 1879, 1881 y 1882. Era, por lo tanto, un
hombre adecuado para aquella importante misión. Se retiró después de treinta
y cinco años de servicio y murió a los ochenta años en Buenos Aires el 20 de
septiembre de 1906. 

Partieron de Buenos Aires el 9 de marzo de 1884 y llegaron a San Juan
del Salvamento, en la Isla de los Estados, un mes después. Allí establecieron
una subprefectura y un faro que, años más tarde, fueron abandonados. Luego
siguieron rumbo a los canales.
 
[ El domingo 28 de septiembre entran a la bahía de  Ushuaia
cuatro barcos simultáneamente ]

"Bridges escribió simplemente que fueron
"grandemente sorprendidos al ver tres barcos y un cúter".
 
Bridges, Lawrence, Whaits y varios indios subieron a un bote y se
dirigieron al "Villarino" por ser el barco de mayor tamaño. Desde a bordo, el
capitán Federico Spurr, que evidentemente estaba bien informado, y que
conocía inclusive los nombres y rasgos de los misioneros, les gritó: "¡El otro
barco, Mr. Bridges!", señalando la "Paraná", donde viajaba Lasserre.
 
El comandante los recibió con toda amabilidad y, después de conversar
largamente, misioneros y marinos se separaron con la mejor impresión y la
actitud posterior lo confirma. Bridges invitó a Lasserre a visitarle al día siguiente
a las 14.00. En su carta del 4 de octubre, al escribir a las autoridades de la
Misión, Bridges decía lo siguiente: "El jefe de la expedición el comodoro
Lasserre, que nos ha tratado con la mayor amabilidad y se muestra
sinceramente solícito por el éxito de nuestra Misión. Todos los oficiales de la
expedición nos han hecho cuanto favor les ha sido posible y hemos recibido
con gran placer el establecimiento del pabellón argentino... Se me ha hecho
saber, con toda gentileza, que debo solicitar todo servicio que ellos puedan
prestarnos y que nosotros necesitemos y el comodoro Lasserre ha declarado
que tiene instrucciones de su gobierno para dar a la Misión toda la ayuda
necesaria. Para abreviar, estamos grandemente satisfechos con nuestros
visitantes y, por supuesto, hemos dado toda la ayuda que nos ha sido posible".
Relata también cómo se intercambiaron regalos y cómo recorrieron
juntos la bahía para escoger un buen lugar para la subprefectura. Además, dos
médicos de la expedición revisaron a los indios y personal de la escuadra
reparó los botes de la Misión. Lasserre obsequió un pequeño faro para ser
colocado en el puerto de la Misión; Sisoi, de quien Bridges elogia la capacidad,
fue nombrado encargado.
 
A pesar de la forma grata con que se desarrollaban los hechos, no
escapó a la penetración de ambas partes el grave peligro que significaba para
los indios el contacto con hombres de nueva mentalidad... y nuevos vicios
.
 
Bridges envió a Lasserre unas sugestiones para el gobierno del lugar y, basado
en ellas, el comandante redactó un reglamento."
 
...

"El 12 de octubre, después de
edificarse algunas precarias instalaciones, aún no del todo terminadas, se
realizó solemnemente la inauguración de la subprefectura. El lugar fue
declarado solar histórico en 1943. Ante un piquete de treinta hombres, los
oficiales y los misioneros que, como invitados de honor estaban al lado de
Lasserre, escucharon sus palabras, declarando "solemne y oficialmente
inaugurada la primera subprefectura en estos territorios, que representará en
ellos la autoridad argentina y ejercitará nuestra propiedad"; además recordó el
hecho de que aquel día se cumplía el cuarto aniversario de la asunción del
mando por parte del general Roca, luego se izó el pabellón argentino, al mismo
tiempo que se disparaban los veintiún cañonazos de reglamento desde la
"Paraná"." 


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Se establece el 12 de octubre de 1884 como la fecha de fundación de Ushuaia 

lasserre
Augusto Lasserre es considerado el Fundador de Ushuaia

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