jueves, 24 de julio de 2014

Navegantes franceses describen su ingreso al ignoto estrecho

EL 24 DE JULIO DE 1856
 
Esto pasó en nuestra región: Navegantes franceses describen su ingreso al ignoto estrecho
Por Bernardo Veksler

Este día, según consta en el diario de navegación de M. V. De Rochas, cirujano de la Marina Imperial Francesa, los expedicionarios divisan un canal, “después de una navegación borrascosa, nuestro vigía señaló la tierra. Era el cabo de las Vírgenes, entrada del estrecho de Magallanes. Dirigimos a todo vapor hacia el canal donde debíamos encontrar el mar en calma, las más gratas distracciones durante el día y reposo durante la noche. Presto apareció a nuestra vista, como la desembocadura de un hermoso río, una masa de agua tranquila contenida entre rompientes medianamente elevados” (Diario de un viaje al estrecho. Revista Impactos N° 78).

Una vez que lograron introducirse, comenzó la exploración. ““¡Echad la sonda!” gritó el capitán, y durante media hora fuimos avanzando tímidamente y según las indicaciones del plomo escrutador de la profundidad de las aguas. Esta precaución era necesaria, porque en la entrada del estrecho existe un vasto banco de arena peligroso para el navegante inexperto o imprudente”.

Luego, explicó las prevenciones que instrumentaron para evitar algún siniestro. “En estas playas que no están alumbradas por ningún faro, la navegación es imposible en la oscuridad de la noche” y “nos vimos obligados a permanecer a bordo”.

Los exploradores estuvieron ansiosos por cruzarse con algún nativo. Pero, “ningún indicio de ser humano apareció ante nuestros ojos que interrogaban curiosamente al horizonte por todos lados. Al día siguiente por la mañana, cuando levamos anclas, un solo ser viviente asistía a nuestra partida; era un guanaco que estaba paciendo tranquilamente cerca de la ribera, y que de vez en cuando levantaba una mirada hacia la masa negra que veía en el mar a algunos miles de pasos de él. El guanaco es un animal muy curioso”.

En el prólogo del texto publicado, de Rochas explicó su motivación para dar a conocer sus experiencias australes: “¡Cuántos de nuestros compatriotas no creen todavía en la existencia de los Polifemos que en las playas magallánicas amenazan la vida del imprudente o infortunado navegante! ¡Cuántos no hay también que consideran el clima de esas comarcas como extremadamente rigoroso, y se figuran que una parte de su suelo es árido, está abrasado por volcanes en ignición, y la otra cubierta de nieves y hielos”.

Fuente: El Diario del Fin del Mundo, Ushuaia, 24 Jul. 2014

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