miércoles, 17 de diciembre de 2014

Importancia de sitios patrimoniales en isla Navarino y el museo Martín Gusinde

Destacan importancia de sitios patrimoniales en isla Navarino y el museo Martín Gusinde

- La actividad fue organizada por el Museo Antropológico Martín Gusinde de la Dibam y contó con la presencia de expositores chilenos y argentinos que entregaron su visión  del patrimonio austral.





31 de agosto de 2014
Jaime Almonacid Vargas

Tal como los nativos fueguinos que vivían a uno y otro lado del canal Beagle el II Encuentro de Arqueología e Historia organizado por el Museo Antropológico Martín Gusinde de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam), reunió a expositores de Argentina y Chile y público local quienes entre el 8 y 10 de agosto se dieron cita en la pequeña ciudad de Puerto Williams, el poblado más austral del mundo antes de llegar a la Antártica.
El encuentro tuvo entre sus motivos centrales empezar a crear conciencia que isla Navarino y la comuna de Cabo de Hornos son un gran sitio patrimonial, con un inmenso valor arqueológico que se expresa por medio de vestigios como conchales, al decir de investigadores chilenos o concheros como los denominan argentinos y españoles. 
Más allá de su nombramiento, estos lugares fueron los espacios habitacionales donde los yaganes vivieron por al menos siete mil años, en un territorio que abarca desde la cordillera Darwin hasta la península Mitre en Argentina y el Cabo de Hornos por el sur y que, dada su condición de archipiélago obligó a sus habitantes a ocupar como principal medio de transporte y vivienda la canoa.
Para el director del Museo Antropológico Martín Gusinde (MAMG ), Alberto Serrano, este encuentro que se realiza por segunda vez en Puerto Williams ha permitido estrechar lazos entre investigadores y la producción de conocimiento regional, quienes sólo son separados por una línea fronteriza imaginada más en Buenos Aires y Santiago, que en Río Grande, Ushuaia o Puerto Williams. 
Esa frontera no es suficiente para que los intereses culturales permitan hablar de arqueología e historia en un paso marítimo que comenzó a escribir su fama cuando el capitán inglés Robert Fitz Roy navegó las aguas del sur del mundo en la embarcación HMS Beagle, participando en una de sus expediciones el naturalista Charles Darwin, quien sería finalmente el que daría interés mundial científico a esta helada geografía austral, recordando de paso sus desafortunados comentarios hacia los yaganes, indicando que prácticamente los habitantes de estas tierras no eran seres humanos. 
Interés de la comunidad
Alberto Serrano, sociólogo y gran motivador de esta reunión, destacó la asistencia de la comunidad local, y especialmente de miembros de la comunidad yagán.
El director del MAMG recalca “el ánimo con que vecinos y vecinas de Puerto Williams participaron a través de preguntas y comentarios referidos al poblamiento humano e interacción cultural, al Proyecto Arqueología del canal Beagle desarrollado en el margen argentino de este paso oceánico, en los proyectos de investigación arqueológicos venideros en el sector chileno y de la Expedición Misión Científica al Cabo de Hornos de la fragata Romanche, entre otras temáticas como en todas las temáticas tratadas a lo largo de los tres días que duró el encuentro”.
Alfredo Prieto, arqueólogo del Instituto de la Patagonia opina que luego del encuentro se vuelve necesario profundizar en el trabajo con la comunidad y las instituciones. “Creo que estos talleres arman redes temporales que pueden ser beneficiosas para el futuro de las instituciones culturales involucradas, para los artesanos, los investigadores y finalmente para sus comunidades. Creo que hay que hacer un seguimiento del impacto provocado”.
Para Flavia Morello, también arqueóloga del Instituto de la Patagonia “es muy destacable el desarrollo de este tipo de encuentros que vinculan ciencia y la comunidad local inmediata que vive su vida diaria en torno a la evidencia o los restos que permiten la realización de esas investigaciones científicas. Más aún, en el caso de canal Beagle donde existe una población indígena directamente relacionada con las ocupaciones prehistóricas. Además, este tipo de encuentro permite el diálogo entre distintos científicos pero a la vez compartir la visión con distintos actores de la comunidad”.
Además de los arqueólogos magallánicos, expusieron en el encuentro sus pares argentinos Ernesto Piana y Martín Vázquez, todos quienes por largos años han estudiado la zona del canal Beagle, Tierra del Fuego y cabo de Hornos. La perspectiva histórica la aportó Marisol Palma Behnke, directora de la licenciatura en Historia de la Universidad Alberto Hurtado en Santiago, quien realizó el lanzamiento del libro “Fotografías de Martin Gusinde en Tierra del Fuego (1919-1924). La imagen material y receptiva”, quien trabajó con la comunidad yagán hace más de diez años y ha estudiado en profundidad las fotografías del etnógrafo alemán.
Al encuentro de los “conchales” 
La arqueología, como muchas ciencias tiene su laboratorio en la naturaleza, el que se encuentra más o menos alterado dependiendo de cuán grande ha sido el paso de la naturaleza o del hombre. Ese efecto es el que justamente se desea controlar en Puerto Williams con el trabajo del Museo Antropológico Martín Gusinde, enseñándole a la comunidad a identificar los sitios arqueológicos, en especial las denominadas casas-pozo, donde desarrollaron sus vidas los antiguos habitantes de isla Navarino y, donde con facilidad es posible encontrar huesos de aves o cetáceos, mariscos, peces y utensilios que ocuparon los yaganes. En ocasiones también estos sitios albergaron enterratorios, que resguardaban los restos de los integrantes de su tribu.
Durante el encuentro, los participantes reconocieron los conchales en terreno. Apenas salieron de las dependencias del museo se encontraron con un primer conchal, creyendo que deberían caminar varios kilómetros para hallar uno de estos vestigios. La arqueóloga Karina Rodríguez indica que los conchales están entre nosotros. “En cualquier patio de una casa de Puerto Williams podemos encontrar uno. Por eso, en el museo tenemos la tarea de registrarlos, una labor que es de nosotros pero también de todos los que habitan la isla y quienes la visitan”.
Flavia Morello agrega que la tarea es compartida: “la universidad tiene una gran responsabilidad en tanto institución pública de apoyar y capacitar a otras entidades y servicios del gobierno y la comunidad como un todo. Los estudios de conservación y valorización de patrimonio cultural en el mundo indican que más que los científicos son las comunidades locales las que pueden ser los mejores protectores de su patrimonio, siempre que lo valoren de manera adecuada”.
Continuando el recorrido, en el sector del club de yates Micalvi donde se mecen una decena de veleros turísticos que suelen desafiar las aguas del cabo de Hornos, los visitantes se detienen en otro conchal. La charla se transforma en imaginación y en torno a la casa-pozo Martín Vázquez explica:
“En el centro se albergaban las chozas y las acumulaciones de valvas que iban formando estas estructuras anulares, como las llamamos los arqueólogos. Junius Bird, que fue un arqueólogo norteamericano que excavó acá en las décadas del veinte y treinta, definió incluso un periodo cultural como el periodo típico de las casas pozo. Después hubo otros investigadores, el primero fue (Osvaldo) Menghini y después (Luis Abel) Orquera y (Ernesto Luis) Piana, quienes discutieron esa noción de casa-pozo, de si realmente existía una intención y una acción de hacer un pozo, de profundizar el suelo para instalar la choza y que después éste se formara. Lo que ellos dijeron es que lo que se interpretó como casa-pozo es un efecto de la acreción o acumulación de material de desecho alrededor de las chozas que genera esto”, dice Vázquez quien con la mano hace el gesto de concavidad, ante la concentrada mirada de una audiencia que la conforman adultos y niños de Puerto Williams.
El arqueólogo argentino continúa con su hipótesis: “A mi entender, lo cierto es que muchas de las excavaciones en donde se han expuesto perfiles lo suficientemente largos como para ver esa relación entre el espesor y la forma de la acumulación y el suelo de base no indican que hubiese una casa-pozo, argumentan a favor de la explicación que son acumulaciones. Sin embargo hay un caso como túnel 7 (en Argentina) donde parece haber una pequeña depresión y hace no mucho en una pequeña isla enfrente de Ushuaia se vio una estructura que con un par de sondeos responden más a la idea de casa-pozo que a la de acumulación. O sea, que si seguimos excavando y seguimos viendo casos posiblemente terminemos encontrando que ambas explicaciones son válidas y que, tal vez son decisiones que hayan dependido de la circunstancia, de la condición del lugar y de otras variables. Lo cierto es que el efecto final que vemos y que caracteriza a muchos concheros de ambos márgenes del canal Beagle son estas estructuras anulares donde seguramente albergaron una choza y eso sí, es una cosa que está bastante comprobada porque en muchas excavaciones que han incluido los sectores internos y externos de este tipo de estructuras el centro registra fogones, acumulaciones y cierta limpieza, lo que es muy coherente con un ámbito interior de una choza a su exterior”.
Importancia de los sitios patrimoniales
El turismo, otras actividades productivas, el accionar de la Armada y el solo movimiento de la población civil que se realiza en Puerto Williams hacen temer la preservación de estos sitios patrimoniales en Puerto Williams. La tarea en adelante es educar y aprender a apreciar los sitios arqueológicos, donde cada capa de tierra tiene una historia o prehistoria que contar, no sólo de los pueblos canoeros, sino también de diversos temas de interés científico, como ocurre con las condiciones climáticas del archipiélago. Por ello una síntesis de los temas analizados en este encuentro será recogida en un tríptico destinado a promover la protección del patrimonio arqueológico de la zona, que se distribuirá a fines de octubre entre vecinos y visitantes de la localidad, esperando que otro tanto sea distribuido en Ushuaia y en otros sectores magallánicos y fueguinos donde los conchales son sitios patrimoniales que permiten ahondar en la vida e historia de los primeros habitantes de esta tierra. Eso a uno y otro lado del alambre que de tanto en tanto vuelve a tensarse por la soberanía centralista de Santiago y Buenos Aires.
El director del MAMG es sincero. Estos encuentros no son fáciles de organizar en Puerto Williams. En esta oportunidad fue posible gracias al Fondo para el Fortalecimiento del Desarrollo Institucional de Museos regionales y especializados (Fodim) con que la Subdirección Nacional de Museos de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) fomenta las áreas de educación, conservación, documentación, difusión y extensión de sus instituciones. No está demás la mención.

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