Guardianes del ecosistema antártico
Por Diana Schofield, investigadora Centro Regional Fundación CEQUA
El continente antártico, ubicado en el polo sur, corresponde al continente más austral de la tierra. Posee una superficie total de 14.000.000 Km2 con 17.968 Km de costa. Esta rodeado por 21.960.000Km2 de mar que forman al océano Antártico, el cual limita en los 60º latitud sur con los océanos Atlántico, Indico y Pacífico, y corresponde al 20% de la superficie de todos los océanos del mundo.
Con esta envergadura, el océano antártico es el refugio de mas de 10.000 especies, entre las que destacan pingüinos, calamares, ballenas, focas, krill antártico y una gran variedad de peces perfectamente adaptados a las inhóspitas condiciones ambientales.
La Antártida fue descubierta durante el siglo XIX, por lo que por muchos años conservó su carácter de territorio prístino. No fue sino hasta su descubrimiento, sumado al avance de la tecnología naviera y pesquera, que este territorio se convirtió en blanco para la explotación furtiva de recursos naturales como ballenas, krill y peces.
El primero de diciembre del año 1959, 12 países, entre ellos Chile, que habían desarrollado expediciones con fines científicos en territorio antártico, decidieron conformar el hoy conocido tratado antártico, con el objetivo de preservar la Antártica para la paz y la ciencia, dando un gran paso en post de preservar este prístino territorio.
Hoy en día, son 49 los países que han firmado el tratado y al pasar los años más y más medidas en post de la paz y la ciencia se han sumado, pero aún conservamos grandes deuda con su ecosistema…entre ellas, la caza furtiva, principalmente de especies como la ballena, el bacalao de profundidad y el krill y no conocemos a cabalidad los alcances de este daño.
Chile, en particular, la región de Magallanes es un territorio privilegiado en cuanto a su cercanía con el continente antártico, encontrándose solo a 990 km de distancia, siendo el país más cercano al continente blanco. Debemos considerar que la cercanía con este territorio es un privilegio pero también resulta en una responsabilidad que nos obliga a adquirir el compromiso de ayudar en la conservación de este ecosistema reservado para la paz y la ciencia.
El Centro Regional Fundación CEQUA, desde sus inicios, a buscado aportar a la conservación del ecosistema antártico, para esto, periódicamente a través del laboratorio de genética y genómica, estudiamos poblaciones afectadas por la acción humana, como es el caso de la ballena (Megaptera novaeangliae), el elefante marino (Mirounga leonina) o el lobo marino antártico (Arctophoca gazella) buscando parámetros genéticos que nos permitan establecer rangos de diversidad poblacional, con el fin de generar información necesaria para las instituciones reguladoras, que les permitan con datos científicos, conocer la salud de las poblaciones y establecer medidas de conservación, además de evidenciar los graves daños que la intervención humana furtiva puede traer en los frágiles ecosistemas. @prensaantartica
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