martes, 5 de agosto de 2014

Reinaldo Catalán y Francisco Oyarzún, baqueanos del sur de Tierra del Fuego (Chile) y su participación en el origen de la senda de penetración Vicuña - Yendegaia

Texto y fotos del artículo de Samuel García O., de la Universidad de Magallanes, quien nos da a conocer sobre esta hazaña. 

Ver fuente: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22442012000100004


Dos baqueanos fueron los responsables del éxito de la expedición encomendada a Hans Niemeyer Fernández (1921–2005), cuyo objetivo era analizar la factibilidad técnica de la construcción de un camino al sur de Tierra del Fuego (Chile). 

El fruto de esta travesía es la actual construcción de la senda de penetración Vicuña - Yendegaia cuyo fin es conectar a la Isla Grande de Tierra del Fuego en toda su longitud a través de una vía terrestre.


http://www.scielo.cl/fbpe/img/magallania/v40n1/art04-img47.jpg


En octubre del 2010 visitó la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Magallanes (Punta Arenas) el arquitecto Juan Baixas, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile. En esa ocasión sostuvimos una conversación sobre el sur de Tierra del Fuego y me comentó que Hans Niemeyer, un reconocido arqueólogo chileno, había realizado años atrás una expedición en aquella zona y que posiblemente pudo haber plasmado en un escrito dicha experiencia, algo muy común en él. 

Buscamos inmediatamente en internet y dimos con la cita bibliográfica, efectivamente existía aquel artículo y se publicó en una revista llamada Expedición a Chile en 1978.

En enero del 2011, con el artículo de Hans Niemeyer en mano, visité el lago Fagnano1 (Tierra del Fuego, Chile), allí pude conversar con Germán Genskowsky Middleton (1945), único vecino del solitario lago Fagnano. Le pregunté algunas cosas relacionadas con la historia del lugar y sobre la expedición de Hans Niemeyer y me dijo: … Si quieres conocer la historia de esta zona, primero tienes que hablar con una persona, él se llama Reinaldo Catalán y le dicen "don Cata". El vivió mucho tiempo acá, tiene un excelente memoria y se acuerda de todo, es un verdadero libro. Y en un tono melancólico prosiguió: el día en que "don Cata" parta de este mundo, no sólo partirá él, sino también toda un historia. El nombre de Don Cata me sonaba familiar ya que lo había leído en el artículo de Hans Niemeyer.

Un recorte del diario La Prensa Austral del miércoles 16 de marzo de 1994, se refere a que tres miembros de la Sociedad Chilena de Exploraciones habrían sido los primeros chilenos en unir Pampa Guanacos y bahía Yendegaia entre los días 1 y 12 de marzo de 1994. Uno de los miembros afirma … sabíamos que era un trazado difícil que no había sido cubierto por ninguna expedición chilena.





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Don Cata - Reinaldo Catalán: Un fueguino de alma

En la actualidad visitar el lago Deseado, trasponer el cordón La Paciencia y llegar al lago Fagnano no tiene mayores inconvenientes, por lo menos en verano, pero hace tan sólo 6 años, cuando no existía accesibilidad vehicular, el panorama era muy distinto. 

Desde la localidad de estancia "Vicuña" hasta el lago Fagnano, lo que hoy en vehículo se recorre en menos de 2 horas, antes significaba entre 3 a 4 días de cabalgata por una huella llena de riesgos, conocida sólo por pocos baqueanos. "Vadear ríos", "buscar la picada por entre los montes", "se viene la cerrazón", "la bestia resbaló", eran frases cotidianas. 

Esto lo sabe muy bien Reinaldo Catalán Oporto que por más de 20 años realizó a caballo el trayecto de lago Fagnano a estancia Vicuña para posteriormente dirigirse a Porvenir. Sin embargo no lo hacía sólo sino que arreando sus vacunos, que solían ser entre 18 a 42 animales con la colaboración de otro baqueano y la de sus perros, demorándose 21 días en el trayecto entre la ribera sur del lago Fagnano y Porvenir.

Don Cata, como se suele llamar en Tierra del Fuego a Reinaldo Catalán Oporto nació el 1 de junio de 1927 en Osorno y llegó a Punta Arenas en diciembre de 1953 a los 27 años de edad sin otro objetivo que la búsqueda de un trabajo bien remunerado para ayudar económicamente a su familia residente en aquella ciudad. 

En enero de 1954 se embarcó a Tierra del Fuego y sin estar dentro de sus intenciones, ya que iba en calidad de acompañante, se quedó trabajando en las inmediaciones del cabo Nose para Alfredo Agoni Solís (1904-1975). 

Desde aquí en adelante don Cata estuvo ligado a las faenas propias de los aserraderos y del cuidado de ganado, principalmente de vacuno. El 5 de enero de 1955, aún trabajando para Alfredo Agoni y siendo éste contratista de la firma Campos y Marcou, se dirigió por primera vez y por vía marítima a Caleta María ubicada en la bahía Azopardo, extremo oriental del seno Almirantazgo, para la faena de elaboración y posterior envío a Punta Arenas de 4000 vigas dejadas por el aserradero "Caleta María".  

Don Cata recuerda que en aquel tiempo Caleta María estaba habitada por alrededor de 40 personas siendo la mayoría gente trabajadora y esforzada proveniente de Chiloé además de su administrador Domingo Fernández quien residía allí junto a su familia. 

El aserradero de Caleta María (1942-1957) fue fundado por la firma Campos y Marcou conformada por Francisco Campos Menéndez (1905-1991) y Alejo Segundo Marcou (1887-1957), cuyas instalaciones y actividades significarían el desarrollo económico máximo que presentó el lugar en su historia.

Terminada la faena en Caleta María, don Cata se trasladó al lago Fagnano donde se desempeñó hasta abril de 1956 como corredor o balsero de vigas, siendo éstas transportadas hasta Caleta María a través del río Azopardo8

El castor en aquel tiempo era un animal totalmente desconocido y respetado. Don Cata recuerda que se le asociaba a duendes que tenían sus casas sobre piscinas, hasta que llegó un estudioso y mostró un libro con animales, quienes habían visto al castor lo reconocieron inmediatamente en las páginas. Recién en ese momento supieron de que se trataba, pero existía incertidumbre si sería agresivo o no. Todo el temor y respeto que emanaba el castor terminó cuando se cazó al primer animal.

Don Cata, cansado de lo poco humano de su patrón, se retiró de Caleta María y encontró un nuevo puesto de trabajo en los aserraderos del poeta José Grimaldi (1911-1992) ubicados en el seno Otway. 

Don Cata recuerda al poeta Grimaldi como el mejor patrón que tuvo, una persona muy humana, cariñosa y comprensiva con sus trabajadores a quienes los llamaba "hijos". 

En 1960 volvió definitivamente a Tierra del Fuego, esta vez al lote 4 ubicado a 25 km. al interior de Cameron. 

En febrero de 1966 se trasladó finalmente al sur del lago Fagnano para trabajar en la crianza de vacunos en los terrenos arrendados por Santiago Gómez Andrade (1901-1980), terrenos que a partir del 1 de abril de 19799 tomó en arrendamiento hasta 1980. 

Mientras permanece en el sur del lago Fagnano se convirtió en el único poblador de esta región y construyó dos ranchos, uno en las inmediaciones de la desembocadura del río Betbeder (Fig. 37) y otro a un km. de distancia del limite fronterizo con Argentina.

En 1966 el único habitante de Caleta María era Lucio Genskowsky Pietrogrande (1921-1977), quien subarrendaba los terrenos a la firma Campos y Marcou, y sus trabajadores que desarrollaban faenas madereras explotando los bosques de la cuenca occidental y norte del lago Fagnano, los cuales ante cualquier emergencia o eventualidad se comunicaban con don Cata a través de dos fogatas encendidas simultáneamente a orillas del lago Fagnano. 

Entre los trabajadores de Lucio Genskowsky estaba Francisco Oyarzún Díaz, baqueano que también participó en la expedición de Niemeyer en 1978.





Francisco Oyarzún: Un peregrino de la Patagonia

Oyarzún, nació el 1 de mayo de 1934 en la isla de Chiloé y llegó a Punta Arenas en 1949, a la edad de 15 años, para trabajar junto a su padre, quién se encontraba trabajando en la estancia "Laguna Blanca". 

Su largo peregrinaje por la Patagonia comenzó en su primer puesto de trabajo en la estancia "Laguna Blanca" donde ejerció de leñero junto a su padre. Desde entonces se desempeñó en los más variados oficios que ofrecía la Patagonia de antaño; leñador, peón, palanquero, palero, bagualero, carneador, carretero, baqueano, puestero, amansador, ovejero, alambrador, guachimán10, campañista11.

Durante un año trabajó en el hotel Cabeza del Mar desempeñándose de leñero y carneador de animales. En 1952, año en que falleció su padre, ya se encontraba trabajando de peón en la estancia "María" y su sección "Las Coles"12

En 1954 realizó el servicio militar por un período de dos meses en el Regimiento Pudeto en la ciudad de Punta Arenas. Finalizada su breve estadía militar se dirigió hacia Argentina donde trabajó como palero en la mina de carbón de Río Turbio, luego viajó a Río Gallegos donde consiguió emplearse como peón en la estancia "Librún", de Ernesto Lenzner, ubicada al norte de Cancha Carrera. 

Terminado su paso por el vecino país, Oyarzún regresó a Chile y logró obtener un puesto de trabajo en la localidad de Posesión donde permaneció por dos años desarrollando faenas de carga y descarga de materiales pertenecientes a ENAP.

En 1965 Oyarzún se trasladó al sur de Tierra del Fuego entre la zona que comprende el lago Fagnano y Caleta María (seno Almirantazgo) donde trabajó en el balseo de vigas a través del río Azopardo para Lucio Genskowsky Pietrogrande a quien habría conocido en la estancia "Las Coles" en 1952. 

Entre 1965 y 1973 Oyarzún trabajó simultáneamente en los aserraderos de Genskowsky ubicados en Caleta María y Morro Chico y en el aserradero de Francisco Tarrío Fernández (1912-2001) ubicado en río Chico, isla Dawson.

Cuando Genskowsky se retiró de Caleta María en el año 1973, Oyarzún se trasladó con él a su aserradero ubicado en Morro Chico, comuna de Laguna Blanca, donde trabajó hasta el año de la trágica muerte de don Lucio ocurrida el 31 de enero de 1977 a sus 56 años de edad.

Al retirarse de Caleta María, Genskowsky vendió sus derechos de subarriendo a Arturo Barrientos Leal (1908-1987), jubilado de Carabineros de Chile y oriundo de Osorno. 

En enero de 1978 Oyarzún retornó a Caleta María para trabajar por alrededor de una semana con Arturo Barrientos. Cumplido el trato, dejó Caleta María y se fue a trabajar para Santiago Gómez Andrade (1901-1980) al sur del lago Fagnano junto a Reinaldo Catalán a quien conocía desde 1966. 

Es por estas circunstancias que estos dos baqueanos se encontraban en la isla cuando se realizó la expedición Vicuña-Yendegaia en 1978.



Fig. 1. Francisco Oyarzún en La Paciencia. (Foto gentileza de Francisco Oyarzún)


Fig. 2. Francisco Oyarzún (izq.) en La Paciencia. (Foto gentileza de Francisco Oyarzún)
Fig. 3. Francisco Oyarzún junto a su perro Quirón,1990. (Foto gentileza de Francisco Oyarzún)
Fig. 4. Francisco Oyarzún (der.) preparando partida a la localidad de La Paciencia,1991. (Foto gentileza de Francisco Oyarzún)
Fig. 5. Reinaldo Catalán guiando a una comisión a Caleta María,1987.(Foto gentileza de Reinaldo Catalán)


Fig. 8. Don Cata y su caballo Pele. (Foto gentileza de Reinaldo Catalán)
Fig. 9. Reinaldo Catalán y su esposa Sara Alvarado restaurando su vivienda en Caleta María,1986. (Foto gentileza de Reinaldo Catalán)
Fig. 10. Reinaldo Catalán cruzando el río Azopardo,1982.(Foto gentileza de Reinaldo Catalán)
Fig. 11. Reinaldo Catalán junto a su esposa Sara Alvarado caminando a orillas del seno Almirantazgo,1988). (Foto gentileza de Reinaldo Catalán)
Fig. 12. Reinaldo Catalán comunicándose por vía radial,1994.(Foto gentileza de Reinaldo Catalán)

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Palabras del autor:

"Tierra del Fuego es por distintos motivos un caso particular y único en el que su singular historia se encuentra dispersa por el territorio a través de vestigios aún sin descifrar, los cuales se conservan intactos o alterados por factores naturales. 

Concentrar la historia y dar por hecho que ésta puede verse sólo en los museos puede ser cause de que nos olvidemos del lugar desde donde se forjó, siendo este el verdadero espacio de exposición al que debemos proteger dado el singular caso de la isla. 

Tierra del Fuego es una tierra a la que hay que ir sin prejuicios, hay que observarla y comprenderla, lo que significa conocer su pasado y presente, a su gente y ahondar en las profundidades de su alma, algo que ha sido escasamente capturado por la fotografía."

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