Tierra del Fuego tiene su paraíso y se llama Lago Deseado
El secreto mejor guardado del extremo sur es un destino asombroso, que sigilosamente ingresa a los circuitos de turismo de especialidad. Con buena pesca, naturaleza virgen y deshabitada, travesías en kayak, caminatas en medio de cascadas secretas y bosques inexplorados, el lago Deseado le hace honor a su nombre: es uno de los últimos ecosistemas en Chile que se mantiene prístino y salvaje.
Deseado es un secreto que hay que
compartir, un destino imperdible para estas vacaciones. Un lugar donde
el tiempo transcurre a otra velocidad, lejos de los estímulos de la
ciudad: sin teléfono, televisión ni internet, sin correos electrónicos
impertinentes ni celulares que vibran, sin supermercados ni almacenes.
Aquí los letreros publicitarios aún no llegan, la tarjeta de crédito no
sirve y el paisaje visual es bosque magallánico puro, montañas nevadas,
cauces de agua cristalina y un aire brutalmente limpio.
El lago Deseado es un paraíso, no sólo
para los amantes de la pesca con devolución, que encuentran con
facilidad abundantes truchas marrones y arcoíris de dos kilos, pero para
cualquier viajero que busca una conexión profunda con la naturaleza
indomable, los bosques impenetrados, los atardeceres de color naranja y
el silencio constante, solamente interrumpido por el silbido del viento,
los caiquenes y las bandurrias. En el extremo sur de la isla de Tierra
del Fuego, a pocos metros de la frontera con Argentina, Deseado es una
revelación, un turismo de exploración que combina la pasión por la vida
al aire libre con buena hotelería y gastronomía de alto nivel con toques
regionales: generosos corderos al palo, adictivas tortas de ruibarbo,
reponedores calafate sour.
Bartolo (foto)es uno de los espectáculos
del Deseado. Se acerca sigiloso por la orilla del lago, avanza con
astucia y comienza a comer. Sabe que lo observamos: Bartolo es un zorro,
que todos los días, a la misma hora, va en busca de su alimento. Es una
de las tantas maravillas de la naturaleza generosa y cambiante de este
lugar, donde el clima varía de un momento a otro. La mañana despejada da
paso a nubes lejanas pero amenazantes. En un instante el cielo se
cierra y comienza a nevar. Todo se cubre de blanco y viento, pero el
temporal es pasajero, y el sol vuelve a salir. El pájaro carpintero es
otro de los eventos fieles y recurrentes del Deseado. Puntualmente,
picotea algunas ventanas del lodge que está al borde del lago, y de
cuyas cómodas habitaciones con inmensos ventanales no dan ganas de
salir. En medio del bosque, y a un par de metros del agua, el hotel
funciona con una política sustentable y de cuidado irrestricto por la
naturaleza. Las suites están unidas por pasarelas de lenga de formas
serpenteadas, que respetan la disposición de los árboles. Vale la pena
detenerse en el comedor, aquí, en el fin del mundo, en pleno bosque y
con el lago al frente, la gastronomía es de talla internacional:
desfilan deliciosos corderos, centollas y piernas de jamón acompañados
de vinos añosos recién sacados de la cava. El final de estos banquetes
es un delicado postre que incorpora ruibarbos, calafates o preparaciones
regionales.
Más que turistas, los viajeros que
llegan hasta Deseado son exploradores, colonizadores de un territorio
desconocido y solitario. Llegar hasta aquí es una travesía, donde las
distancias y los tiempos de espera son el preámbulo para disfrutar del
premio mayor: las grandiosas vistas del lago, con sus bosques de lenga
que crecen en diagonal, como queriendo caer al agua, y una tranquilidad
difícil de poner en palabras. No siempre fue fácil llegar aquí: los
viajeros que se aventuraban por estos lados viajaban varios días a
caballo, con un clima y una naturaleza agreste, sin instalaciones para
dormir, y con la dificultad de armar una fogata en medio de la nieve. El
camino recién se inauguró en 2005.
Llegar a Punta Arenas es sólo el punto
de partida de esta aventura. Las posibilidades son varias, desde un
vuelo de salida diaria desde esa ciudad, que en 12 minutos atraviesa el
estrecho de Magallanes y aterriza en Porvenir. Otra opción es hacer la
misma ruta pero navegando, en una barcaza que sale todos los días y
traslada pasajeros y vehículos. Luego el viaje sigue por tierra, con
cuatro horas por la pampa y sus paisajes de estancias, piños de ovejas
con pilcheros, manadas de guanacos y ríos serpenteados.
Pero la alternativa más espectacular es
sobrevolar en un charter hasta la parte sur de Tierra del Fuego,
aterrizando en la localidad de Pampa Guanaco. En el vuelo, se disfruta
desde lo alto de la majestuosidad de la cordillera de Darwin, las
tonalidades cambiantes del glaciar Marinelli, las erráticas formas del
seno Almirantazgo y la textura lechosa del alargado lago Fagnano.
Toda esta épica de viajar y recorrer
largas distancias tiene una recompensa permanente: mirar por la ventana.
El camino hasta Deseado tiene algunas paradas imperdonables para los
amantes de la naturaleza y la historia de Tierra del Fuego. En el Parque
Pingüino Rey, a 114 kilómetros de Porvenir, puede visitar una colonia
de simpáticos pingüinos rey, además de bandurrias, albatros y zorros que
conviven en el lugar. El cementerio inglés, en el sector de Onaisin, la
draga aurífera de Russfin y los corrales marinos Selknam en Bahía
Inútil son testigos del pasado de colonos e indígenas y de los intentos
por explotar oro en la región.
Antes de llegar a Deseado, la geografía y
el paisaje cambian abruptamente. La pampa de coirón queda atrás y
aparecen montañas nevadas, bosques de notofagos, menudos calafates y
ciruelillos. Junto a las lengas crecen hongos, musgos y líquenes,
verdaderos bosques en miniatura, ideal para observarlos con una lupa. La
belleza de este lugar está amenazada por los castores, que depredan el
bosque sigilosamente, dejando rastros a la vista: enormes y laboriosas
castoreras, con lengas y ñirres talados desde su base. Los castores son
el problema más serio de la zona, y al no existir en Tierra del Fuego un
depredador natural, su avance es tema que preocupa.
En Deseado, hay varias alternativas para
entretenerse. Los fanáticos de la pesca con devolución pueden intentar
desde la orilla o salir en zodiac junto a los experimentados guías de
pesca, conocedores de los mejores spots. Los que prefieran las caminatas
o el kayak, tienen un sinfín de rutas para explorar, hacer avistamiento
de aves y sacar fotografías por doquier a los caranchos de pico azul,
las loicas de pecho rojo y los curiosos carpinteros y Martín pescador.
Un paseo imperdible es conocer el cristalino río Azopardo y el lago
Fagnano, ambos de muy buena pesca y espectaculares vistas. En el camino
hay cascadas de agua y farellones de roca y nieve. El Azopardo desemboca
en el mar en el seno Almirantazgo, donde el Cuerpo Militar del Trabajo
hace los últimos ajustes al camino de 12 kilómetros que unirá Fagnano
con la solitaria caleta María. En pocos años más, aquí se construirán
villas para promover el turismo. Hoy sólo hay un espectáculo
impresionante y digno de la naturaleza de este lugar: una colonia de
pingüinos rey que puede verse en esta época y que es necesario observar
al menos a 20 m de distancia, pues su hábitat es sumamente sensible. Y
si está de suerte, puede que se asome una bandada de albatros de ceja
negra, enormes aves que con sus alas extendidas pueden superar los dos
metros y que habitan la única colonia en el mundo que no se ubica en
aguas oceánicas.
Fuente: latercera.com
www.chiledesarrollosustentable.cl
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