Por Inti González, investigador Fundación Cequa
Al observar antártica desde las imágenes de Google Earth el blanco predomínate nos lleva a pensar inmediatamente en un continente cubierto en su totalidad por hielo y nieve. Sin embargo, al acotar el zoom a la península antártica, aparecen de forma tenue espacios en el mapa con un color distinto al predominante. Son áreas que se encuentran libres de hielo. Alrededor de 280.000 km² del continente se encuentran libre de hielo, es decir la superficie que suman las regiones de Magallanes, Aysén y los Lagos. Corresponde a solo el 2% de los 14.000.000 km² que tiene la Antártica.
Una de las zonas que concentra parte de este porcentaje de áreas libres de hielo corresponde al archipiélago que conforma las Islas Shetland del Sur, con 11 islas principales y una superficie aproximada de 4.700 km² (Serrano y López-Martinez, 1998). Ubicadas a 120 km. del extremo nororiente de la península antártica. Entre el paso Drake por el norte y el estrecho de Bransfield por el sur.(ver Figura 1).
Del total de la superficie de este archipiélago, el 10% corresponde a áreas libres de hielo, (Serrano y López-Martinez, 1998). Si se descarta a isla Decepción (uno de los tres volcanes de antártica), por tener el 50% de su superficie sin hielo, península Fildes de isla Rey Jorge y península Byers de isla Livingston corresponden a las máximas extensiones sin hielo de las islas del archipiélago.
Las geoformas actuales, más las evidencias paleontológicas y el tipo de sedimentos que se encuentran sobre la superficie de estas áreas, dan cuenta de una evolución geomorfológica que describe el tránsito de un medio glaciar a uno actual con amplias formas periglaciares (Serrano y López-Martínez, 2004). Esto quiere decir que el relieve del archipiélago ha sido modelado por la acción y procesos glaciares, la acción marina y el periglaciarismo, existiendo también evidencias de movimientos glacioisostaticos y tectónicos cuaternarios.
Por lo tanto, en las áreas libres de hielo, podemos encontrar formas derivadas del avance y retroceso glaciar – morrenas, formas que son productos de las variaciones del nivel del mar -terrazas marinas y formas periglaciares – suelos poligonales-glaciares de roca, permafrost, entre otras, como se muestran en la Figura 2.
Las formas derivadas de las variaciones del mar son consecuencia directa del derretimiento de las masas de hielo, provocando por una parte el aumento del nivel del mar (mayor cantidad de agua disponible por deshielo) y por otra parte, por el rebote de la corteza terrestre al quitar el peso que ejerce las masas de hielo, lo que se conoce como rebote isostático.
Esta evolución geomorfológica, que involucra procesos y formas que aún persisten como parte del relieve de las áreas libres de hielo, viene dándose desde por lo menos 11 mil años, tiempo en el cual se suceden cambios climáticos que derivan en los procesos que originan y dan forma a las actuales áreas libres de hielo.
Es aquí, en estas áreas, donde la vida como más la conocemos comienza proliferar de manera sutil a una escala temporal que va más allá de nuestra propia existencia. @prensaantartica
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