El cambio climático está haciendo desparecer los hielos de Sudamérica. Con las actuales condiciones climáticas, el fenómeno es irreversible y trae consigo graves consecuencias para las comunidades andinas.
Los mayores gigantes -
La superficie de hielo de los Andes es de unos 30 mil kilómetros cuadrados. El 75% está en Chile, el 15% en Argentina y el resto distribuido por Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia. Los glaciares más grandes, también de todo el hemisferio sur, son el Pío XI, chileno, y Viedma, argentino. Con unos mil kilómetros cuadrados de superficie cada uno, se ubican en la zona de Campos de Hielo Sur
Reservas que se agotan
En Argentina y Chile, en general las ciudades, los poblados y las zonas cultivadas están más lejos de los glaciares y la dependencia de ellos es menor, pero sobre todo se siente en los años de sequía. “En años como éste, en que no hay mucha nieve en la cordillera, el caudal del río en todos los oasis irrigados de Mendoza y San Juan depende en un 40% de los glaciares”, explica Lucas Ruiz.Ecosistemas dependientes
Los glaciares no sólo aportan agua para la población, sino también para los ecosistemas. En las cuencas en que hay glaciares hay mayor cantidad de vegas o humedales de altura, que se verían afectados si los hielos desaparecen. A nivel de la población, la educación ambiental, toma de conciencia, uso más eficiente del suelo y del riego, pueden mitigar las consecuencias.Fuente DW.com
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Fotos: Luciano Parodi
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Glaciares y cambio climático: Entrevista con Gino Casassa
Viernes 09 de Marzo de 2018
Por Jimmy Langman
Los
impactos del cambio climático en los glaciares de la Patagonia se van
intensificando a medida que iniciamos el 2018. En noviembre, un témpano
singularmente grande, de 350 metros de largo y 380 metros de ancho hizo
noticia en todo el mundo al separarse del glaciar Grey en el Parque
Nacional Torres del Paine. Poco tiempo después, un trágico aluvión en la Carretera Austral de Chile, en Villa Santa Lucía,
dejó 18 personas muertas y destruyó más de dos docenas de casas. ¿La
causa? En parte, los glaciares derritiéndose en la montaña detrás del
pueblo.
Los científicos dicen que el tamaño de los
glaciares de la Patagonia se está reduciendo proporcionalmente a una
velocidad más alta y a mayor altitud que en cualquier otra parte del
mundo. Es más, los datos muestran que entre el 2000 y el 2012 la
velocidad de disminución del tamaño de los Campos de Hielo Patagónicos
fue más del doble de lo que fue entre 1975 y el 2000, y esta tendencia
continúa hoy en día. Los dos campos de hielo de la Patagonia representan
casi el 10 por ciento del aumento total del nivel del mar causado en
todo el planeta por los glaciares de montaña. “La Patagonia es el
ejemplo perfecto de sistemas glaciares que están cambiando rápidamente”,
dice el investigador de la Universidad de Cornell, Michael Willis,
autor principal de un estudio que el 2012 mostró que los Campos de Hielo
Patagónicos están contribuyendo al aumento del nivel del mar a una tasa
comparativamente alta para su tamaño, y concluyó “que los campos de
hielo están experimentando una reducción rápida”.
Hace seis años, doce científicos de Chile, Canadá, Europa y Estados Unidos enviaron una carta
al gobierno de Chile advirtiéndole que debería actuar con mayor rapidez
para enfrentar las amenazas planteadas por el aumento de la
desglaciación en el país, que es el hogar de más del 90 por ciento de
los campos de hielo de la Patagonia. “A medida que el paisaje responde
ante los cambios climáticos y globales, se nos está acabando el tiempo
para actuar,” dice la carta. “Los riesgos glaciares en la Patagonia
conllevan implicancias económicas y sociales: no sólo afectarán al
paisaje, sino que también a la infraestructura, los habitantes y el
desarrollo regional”.
Casi nada ha cambiado desde
entonces. Por ejemplo, Chile no ha aprobado una ley para proteger los
glaciares, la cual se ha estancado en el Congreso desde el 2006. Y no se
ha hecho lo suficiente para salvaguardar a las comunidades que se
encuentran en el camino directo de posibles Inundaciones Repentinas de
Lagos Glaciares (Glofs, por sus siglas en inglés), o los aluviones como
el que ocurrió en Villa Santa Lucía.
La última vez que estuve en contacto con el glaciólogo Gino Casassa yo estaba trabajando en un artículo
acerca de los peligros de los Glofs en Patagonia y el mundo entero. En
particular, quería saber entonces sobre su trabajo estudiando el lago
Cachet 2, el caso más célebre en torno a los Glofs en la Patagonia.
Desde abril del 2008, unas tres veces al año, este lago glaciar de cinco
kilómetros cuadrados, ubicado en el sur de la región de Aysén, ha
estado vaciando unos 200 millones de metros cúbicos de agua –el
equivalente a 46.000 piscinas olímpicas- en los ríos Colonia y Baker. El
resultado son los “ríos tsunamis”, como se les denomina a veces a los
eventos Glofs, que pueden amenazar carreteras, puentes, granjas, y al
pueblo de Caleta Tortel, localizado en la desembocadura del río Baker.
Casassa,
de 59 años, es un ávido alpinista y escalador de roca, y trabaja en la
actualidad en Geostudios, en Santiago, y como investigador en la
Universidad de Magallanes en Punta Arenas. Ha estado estudiando los
glaciares de la Patagonia por más de tres décadas, y desde 1984 ha
realizado más de 15 expediciones científicas a los campos de hielo de la
Patagonia. No solo es uno de los principales glaciólogos de Chile, sino
también un líder mundial en asuntos relacionados con los glaciares y el
cambio climático.
En el 2007, Casassa fue el autor principal y coordinador del Grupo de Trabajo II para el Cuarto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
de las Naciones Unidas (IPCC), una organización que ese mismo año
compartió el Premio Nobel de la Paz con el exvicepresidente de Estados
Unidos, Al Gore. El reporte evaluó “la información científica, técnica y
socioeconómica acerca del cambio climático, sus posibles impactos y las
opciones en cuanto a adaptación y mitigación”. Recientemente, Casassa
fue coinvestigador en un estudio de tres años realizado por el Organismo
Internacional de Energía Atómica, que abordó el cambio climático y su
impacto en el retroceso de glaciares y en los ecosistemas de las
regiones polares y de montañas en todo el mundo. A continuación, algunos
extractos de mi entrevista con Casassa en diciembre pasado.
LANGMAN:
¿Son las Inundaciones Repentinas de Lagos Glaciares (Glofs) todavía un
motivo de preocupación en el lago Cachet 2 y en otros lugares de la
Patagonia?
CASASSA: Si ves a la totalidad de la
Patagonia, tenemos evidencia de eventos más frecuentes por la simple
razón de que con el calentamiento global el hielo se está derritiendo
más rápidamente y estos lagos glaciares están aumentando de tamaño. Hay
evidencia proveniente de áreas muy remotas donde no vive nadie, como la
cordillera Darwin, en la Tierra del Fuego, y en el Gran Campo Nevado.
Hay al menos tres casos en el Campo de Hielo Patagónico Sur. Y en el
Campo de Hielo Patagónico Norte también se han reportado varios casos.
Uno, por supuesto, es Cachet 2, cuyo túnel glaciar sigue abierto, pero
en el pasado también ocurrió en el lago Leones y al sur del glaciar
Colonia en el lago Arco.
¿Se encuentra Chile preparado para eventos Glof?
Hoy
en día existe una brecha en el mundo científico. Necesitamos trabajar
más para mapear las zonas de peligro y compartir esto con políticos,
urbanistas y otros individuos para que elaboren leyes adecuadas que
regulen la urbanización de pueblos y carreteras. Esto se encuentra muy
desarrollado en otras regiones montañosas, como en los Alpes, donde hay
zonas verdes, amarillas y rojas. Pero aquí no está muy bien
desarrollado.
¿Te
anima la forma en que el mundo –exceptuando Donald Trump, por supuesto-
está reaccionando ante la amenaza del cambio climático?
Sí, absolutamente. Recientemente vi el nuevo documental de Al Gore, Una Secuela Incómoda.
Es maravilloso ver cómo el mundo en general está recurriendo al uso de
fuentes de energía renovables y cómo los precios de los paneles solares
van disminuyendo. Esto está cambiando completamente la matriz de
energía, incluyendo a Chile, que figura como un ejemplo importante en la
película de Al Gore.
¿Cuánto está aumentando el nivel del mar?
El
nivel del mar está aumentando casi 3 milímetros al año. No es mucho,
pero cuando lo multiplicas por 100, tenemos que en el último siglo el
nivel del mar ha aumentado entre 20 y 30 centímetros, y las proyecciones
para el final de este siglo apuntan a que podría aumentar más de 2
metros cada año. Esta cantidad crece y crece, y 2 metros es mucho.
¿Continúa en aumento la velocidad a la que los glaciares se están derritiendo en la Patagonia?
Sí.
Acabamos de entregar, junto a unos colegas, un artículo para una
revista en donde comparamos los datos de elevación superficial del 2014,
provenientes de un satélite alemán, el Tandem X, con los datos del
Transbordador Espacial de la NASA del año 2000. Los datos apuntan a una
aceleración en la pérdida de masa de muchos glaciares. Por otra parte,
también descubrimos a algunos glaciares que están estables. Moreno está
estable, tiene pulsos de avance y retirada. Y, sorprendentemente, hay
otros glaciares que están creciendo, particularmente en los costados
suroeste y centro oeste.
¿Por qué crecen los glaciares en ciertos lugares?
Por
un aumento en las precipitaciones. Hay buena evidencia que muestra que
los vientos occidentales están aumentando y empujando hacia el sur.
Mientras eso ocurra, la precipitación también va a aumentar. Mientras
las precipitaciones sean sólidas y haya nieve, los glaciares estarán en
buen estado y aumentará su masa. Pero si continúa el calentamiento, por
supuesto que la precipitación sólida se convertirá en lluvia y ésta
derretirá a los glaciares todavía más.
¿Tienes algunas proyecciones para el futuro de los Campos de Hielo Patagónicos?
Tenemos
un modelo de la evolución del comportamiento futuro del Campo de Hielo
Norte. Todavía no hemos hecho ese ejercicio para el Campo de Hielo Sur.
Pero la diferencia entre el Norte y el Sur es que la precipitación ha
disminuido hasta los alrededores de Coyhaique, pero ha aumentado más al
sur. No mucho, pero un poco. Y ese poco ayudará a que los glaciares
crezcan en las zonas altas, pero en las zonas bajas, donde las
temperaturas están teniendo un efecto, el deshielo irá aumentando.
Particularmente, hay algunos glaciares –glaciares muy grandes como Jorge
Montt, O´Higgins y otros –donde el flujo de hielo se está acelerando.
Estos glaciares no solo se están derritiendo, sino que se están
desprendiendo; rompiéndose en pedazos que caen en el océano, fiordos o
lagos.
¿Habrá un cambio importante en el paisaje de la Patagonia en el próximo siglo?
Sí,
los llamados efectos de la dinámica del hielo tendrán más relevancia a
medida que el hielo se derrite en los lugares donde ya hay mucha agua.
Esta agua actúa como lubricante del flujo del glaciar, así que a medida
que el hielo se lubrique, fluirá más rápido, y la velocidad del hielo
aumentará. Y estas contribuciones de los desprendimientos de hielo a los
fiordos y lagos aumentarán. Ya estamos viendo eso, no solo en varias
zonas grandes de la Patagonia, sino también en Groenlandia y en partes
de la Antártica. Y no hay un límite superior para la aceleración que
puede experimentar un glaciar; pueden fluir más y más rápido. Así que
eso es una gran preocupación.
¿Las mayores pérdidas entonces se encuentran en las áreas donde hay desprendimientos de hielo?
Sí,
las mayores pérdidas han estado ocurriendo cerca del nivel del mar,
pero ahora estamos empezando a ver pérdidas glaciares incluso en
elevaciones mayores a los mil metros. Eso es muy considerable y
preocupante: que incluso en el plateau superior, como al oeste del Monte
Fitz Roy, estamos viendo la disminución de glaciares en un lugar donde
se supone que debe haber nieve durante todo el año.
¿Cuándo se descubrió esto?
El
ejército chileno invitó a algunos de nuestros colegas el pasado agosto.
Recolectaron datos valiosos, y lo más extraordinario es que una estaca
que habíamos instalado allí a finales de los noventa, y que estaba
prácticamente cubierta de nieve cuando estuvimos allí por última vez
hace siete años, nuevamente se encontraba en la superficie. Así que el
deshielo superficial está aumentando, y la nieve no se está acumulando
allí. La nieve es cada vez más escasa. Eso es muy preocupante porque el
balance de la masa de hielo en los Campos de Hielo Patagónicos, incluso a
esa altura, a casi 1.500 metros sobre el nivel del mar, está
disminuyendo.
¿Qué deben hacer Chile y Argentina para proteger los Campos de Hielo Patagónicos?
Creo
que un paso importante se realizó hace años cuando ambos países
convirtieron a los campos de hielo en parques nacionales. El uso
industrial de los parques es legalmente inaceptable, así que están
protegidos. Argentina ha dado un paso más al aprobar una ley de
glaciares. En Chile, todavía no tenemos una. Lo que se necesita ahora
son más restricciones, protocolos y regulaciones
medioambientales. Estamos trabajando en ello, tanto en Chile como en
Argentina, pero todavía queda mucho camino por recorrer.
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