Chile ha vivido una grave emergencia
humanitaria. No existe registro de incendios simultáneos de tal envergadura,
que han dejado miles de damnificados y
graves pérdidas económicas.
El poder destructivo del fuego
pareció por momentos incontrolable, cuando proliferaron los focos de incendios
gracias a la confluencia de altas temperaturas, descenso de la humedad ambiente
y fuertes vientos.
Se despertó, entonces, la solidaridad internacional. Agradezco a nombre
de mi Gobierno y del pueblo de Chile la ayuda prestada por los argentinos y sus
autoridades: los más de 115 Brigadistas Cascos Blancos, y las múltiples
iniciativas de asistencia a las víctimas. Un reconocimiento especial a Parques
Provinciales y Nacionales, Brigadistas de la Provincia de Córdoba, Santa Fe y
San Juan, Policía Federal y Brigada Forestal de la Policía Argentina y Bomberos.
Este esfuerzo tiene mayor valor
porque se da en circunstancias que Argentina también está sufriendo incendios
devastadores en la pampa.
Símbolo de ese espíritu fraterno
argentino ha sido Santiago, un niño de 9 años de Malargüe que conmovido por la
catástrofe, donó lo poco que tenía para socorrer a los damnificados. Su gestó
tocó el corazón de todos los chilenos.
La solidaridad argentina es el mejor
aporte a la conmemoración de los 200
años de la gesta Libertadora de San Martín, que tendrá un hito importante el 12
de febrero cuando se recuerde la batalla de Chacabuco en Chile con la presencia
del Presidente M. Macri e importantes autoridades de ambos países.
José
Antonio Viera-Gallo
Embajador de Chile en Argentina
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